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LA LIBRERÍA

Entendiendo España y el mundo con el politólogo Pablo Simón y el geoestratega Pedro Baños

Dos libros contienen las visiones, explicaciones y pronósticos de estos dos profesionales del análisis a quienes hemos entrevistado para esclarecer el futuro más inmediato del país y del país dentro del mundo

12/11/2018 - 

VALÈNCIA.

SOBRE ESPAÑA

¿Cuándo crees que lograremos una separación de poderes real en España?

Pablo Simón, autor de El príncipe modernoDebate, 2018: Supongo que cuando empecemos a afrontar las reformas institucionales que tenemos pendientes, y es verdad que la despolitización de la justicia es una de ellas. Si tú te vas al último informe del Consejo de Sistemas Judiciales de la Unión Europea que hace encuestas a los propios jueces -por tanto ya no hablamos de la percepción de la gente sino de los propios miembros de la judicatura-, casi un ochenta por ciento de los jueces te dicen que consideran que las promociones no se deben a criterios meritocráticos, sino de otro tipo, y casi en un quince por ciento de las ocasiones señalan que la asignación de los casos que tienen que enjuiciar es parcial o no está justificada, frente a un promedio del resto de la UE de aproximadamente el cuatro por cierto. Por lo tanto los propios miembros de la judicatura reconocen que existen presiones, y yo creo que la ciudadanía en general está bastante al día del problema que tenemos con la independencia de nuestro sistema judicial; eso requeriría reformas a fondo, sobre todo del proceso de promoción dentro de la carrera, y en especial en los procesos de nombramiento por lo que toca al Consejo General del Poder Judicial, pero a día de hoy ningún partido le ha querido poner el cascabel al gato. 

¿Puede ayudar la figura del politólogo a evitar el éxito de mensajes de odio como los de Bolsonaro o Duterte? 

Bueno, los politólogos no sé si tenemos tanta capacidad en un contexto en el que todo es tan cambiante, y además ese tipo de mensajes calan con mucha facilidad; nosotros tenemos yo creo un par de obligaciones ante la sociedad: la primera es revertir el gasto que se ha hecho en nosotros como académicos proporcionando a la gente información de la mejor calidad posible para que ellos puedan formarse su propia opinión, y segunda, y yo creo que es un elemento fundamental, es que nosotros tenemos una ventaja que no la tienen otros gremios, que es el hecho de que al ser científicos sociales, las asunciones que hacemos, o el tipo de afirmaciones descriptivas que lanzamos al debate público, las podemos contrastar; es decir, cuando se dice, y te pongo un ejemplo, que las izquierdas están perdiendo porque están demasiado centradas en las políticas de la identidad y demasiado poco en la redistribución, eso es una afirmación que un intelectual, en el año sesenta y ocho, pues no lo tendría por qué contrastar, pero nosotros sí lo podemos hacer, porque tenemos acceso a datos, podemos comprobar el censo, y  ver si efectivamente hay algún tipo de elemento que hace que esos elementos calen o no calen, y eso es bueno, porque nos permite ponernos frente al espejo y comprender mejor la sociedad, y ese tipo de comprensión se la tenemos que ofrecer a la ciudadanía. 

¿Pasa el futuro del país por la descentralización?

Tiene que pasar necesariamente. Fíjate, todos los países más avanzados del mundo han adoptado fórmulas federales o descentralizadas. La descentralización no solo es que sea competitiva desde una perspectiva económica, sino que en países más heterogéneos -y España indudablemente es un país heterogéneo y diverso interiormente-, es lógico que no nos pongamos de acuerdo sobre el nivel de servicios que debe tener cada comunidad y por lo tanto la descentralización, que en España todavía es muy perfectible, porque tenemos muchos problemas, yo creo que es una de las vías más razonables para transitar si queremos seguir juntos, claro. 

Por último, ¿se puede ser príncipe y moderno?

[Risas] La pregunta es: ¿puede haber un príncipe premoderno? Es decir, al final de lo que estamos hablando aquí es de que la lógica de la modernidad lo que nos está impeliendo es a, dentro del humanismo, mejorar las potencialidades del ser humano, y yo creo que efectivamente el príncipe es alguien que se aproxima a la política con una racionalidad autónoma, alguien que entiende que a través de ella se puede transformar la sociedad. 

SOBRE EL MUNDO

En tu libro hablas de los flujos migratorios y de las rutas a través de las cuales se canalizan. ¿Te ha sorprendido la caravana centroamericana? ¿Qué va a hacer EEUU?

Pedro Baños, autor de El dominio mundialAriel, 2018: Llama la atención también que se produzca en un momento muy concreto de la política estadounidense; yo creo que las cosas nunca son por azar, hay que pensar que la situación de inestabilidad, de violencia extrema que hay en toda Centroamérica no es nueva en absoluto, se lleva produciendo muchos años, y movilizar a estas personas no es muy difícil si se hace con astucia. Lo que es verdad es que con lo que no se va a poder parar es con el ejército. A mí esto me recuerda en cierto modo a la Marcha Verde. Un ejército no puede ponerse a disparar contra civiles indefensos, además hay que tener en cuenta que emplear el ejército es una situación muy delicada porque el ejército siempre ha sido el último recurso de los estados, para eso están las fuerzas policiales previamente. Si utilizas el ejército y fracasas, ¿qué vas a utilizar a partir de ese momento? Además, los soldados se podrían negar a disparar: hay unos límites a la obediencia debida, como son los derechos humanos, o el respeto a las leyes y usos de la guerra.

¿Qué ha pasado con el terrorismo? Me explico: hace un tiempo todos temíamos que el fenómeno de las furgonetas no iba a tener solución o que iba a tener una solución muy difícil. La remisión que se ha producido de un tiempo ahora, ¿a qué se debe? ¿A la actuación policial, o a algo más?

Verás, por un lado está la eficacia que han demostrado los servicios de inteligencia y las fuerzas policiales en Europa en general, cómo se han extremado las medidas de control de todas las fronteras, pero también es muy importante entender que se ha rebajado enormemente el eco mediático de todos los escenarios de conflicto, es decir, pensemos que cuando se producen los atentados en Europa, todos los telediarios abrían con los bombardeos en Siria, en Irak, donde la coalición liderada por Estados Unidos -donde participaban principalmente Francia y Reino Unido- estaba bombardeando sistemáticamente a musulmanes. Esto si lo entendemos desde el concepto de la umma, la comunidad de creyentes en el mundo musulmán, todo lo que le pasa a un musulmán en cualquier parte del mundo afecta al resto directamente. Claro, si estás abriendo el telediario con esas noticias, hay gente que tiene sus propios problemas personales, o que de repente encuentra una bandera en la que arroparse para sentirse mejor o convertirse en un héroe, que se lanza a este tipo de ataques terroristas. En el momento que eso desaparece, esa tensión también se rebaja. Luego también es verdad que el Estado Islámico, que creció de esa manera, o que se le permitió crecer de esa manera, ha desaparecido prácticamente en Irak -aunque el sustrato, la ideología, sigue existiendo-, y en Siria, aunque siguen existiendo combates, ya no es lo que fue en aquel momento, cuando parecía que se iba a extender por todo Oriente Medio. 

La última vez que hablamos no eras muy optimista con el futuro de la Unión Europea. ¿Has cambiado de opinión?

A mí me gusta dar datos objetivos. Precisamente hablando de Siria, hace muy pocos días hubo una reunión de alto nivel para intentar buscar la solución definitiva a este escenario, ojalá se consiga, y la reunión la llevaron a cabo el señor Erdogan, presidente de Turquía, Putin, presidente de Rusia, y los que fueron por parte de la UE fueron la señora Merkel, canciller alemana, y el señor Macron, presidente de Francia. ¿Dónde está la UE? ¿Par qué queremos un Alto Representante, un presidente del Consejo, del Parlamento, de la Comisión? Esa es la realidad. Hay que pensar que ahora en el escenario Libio están enfrentados Francia e Italia por el control del petróleo de este país, pero es que podríamos seguir con uno tras otro. Austria ha abandonado el acuerdo internacional sobre inmigrantes precisamente para no conceder ningún derecho a sus inmigrantes. Tenemos el caso de Italia, y para qué vamos a hablar del Brexit: significa que el país que se ha ido de la UE es uno de los tres más poderosos. Si todo eso lo unimos con los países de Visegrado -Polonia, República Checa, Hungría y Eslovaquia-, que ya incumplen sistemáticamente los acuerdos de Bruselas y han roto los acuerdos Schengen, especialmente en el caso de Hungría, que ha llevado al Parlamento Europeo a votar para quitarle el derecho a voto -a un país soberano como es Hungría dentro de la UE-, pues esta es la situación. 

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