VALÈNCIA (EFECOM). El sector turístico ha rechazado con contundencia las muestras de "turismofobia" de las últimas semanas, pero ha pedido también a todos los agentes implicados una reflexión sobre la sostenibilidad del modelo actual y ha llamado la atención ante la proliferación "incontrolada" de viviendas turísticas.
En tan sólo cinco años, el número de turistas extranjeros pasará de los 58 millones de 2012 a más de 80 millones en 2017, si se cumplen las previsiones actuales.
Este sustancial incremento, impulsado por la inseguridad en destinos competidores del Mediterráneo -factor que aporta entre 14 y 16 millones de "turistas prestados"- ha disparado los ingresos por turismo (37.217 millones en el primer semestre), pero ha multiplicado los problemas en las poblaciones turísticas.
"No es un crecimiento natural ni lógico. Es un crecimiento insólito, producto de unas circunstancias que pueden revertirse en cualquier momento", ha explicado esta semana, en declaraciones a Efe, José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur, asociación que agrupa a las grandes empresas del sector.
En la misma línea, el presidente de la Federación Andaluza de Empresarios de Playa (Faeplayas), Norberto del Castillo, ha advertido de que "no es sostenible subir todos los años en turistas", y ha apostado por enfocar la promoción en mercados con alto poder adquisitivo.
"Llegará un momento en que no tendremos agua o luz y habrá el triple de turistas que población residente", ha señalado.
Según Zoreda, la forma más sencilla de entender dónde están los límites en el crecimiento del turismo es comprobar "las líneas rojas" que fijan los ciudadanos, es decir, las situaciones con las que no sintonizan.
Tanto el sector turístico tradicional como numerosas administraciones públicas han puesto el foco en las viviendas que se ofrecen a los turistas a través de plataformas en internet como AirBnB o HomeAway, una oferta que ha permitido absorber buena parte del aluvión de turistas.
En tan sólo seis años la capacidad de las viviendas de uso turístico en las 22 principales capitales de provincia de España se ha equiparado a toda la oferta reglada.
"No podemos aceptar este crecimiento descontrolado e irregular de una capacidad alojativa impune que genera las mayores tensiones sociales", ha señalado Zoreda.
Esta proliferación de viviendas turísticas, ha explicado, lleva a situaciones de masificación en algunos puntos, encarece los alquileres y la compra de inmuebles en los barrios más turísticos y desplaza los negocios de proximidad, lo que desemboca en un rechazo social.
En algunas comunidades ya se han tomado medidas. En Baleares, los propietarios que alquilen sus pisos a turistas podrán ser multados con hasta 40.000 euros.
En el caso de las inmobiliarias, intermediarios turísticos o plataformas digitales como AirBnB o HomeAway, la sanción puede llegar a 400.000 euros
La Comunidad de Madrid ha decidido crear un certificado de idoneidad para las viviendas turísticas y permitirá que las comunidades de vecinos veten el alquiler de inmuebles a los turistas.
Exceltur ha planteado al Gobierno que, una vez pasada la temporada turística, convoque una reunión del Consejo Español de Turismo para analizar las protestas y actos vandálicos contra el sector, pero también para reflexionar sobre cómo debe ser un modelo turístico sostenible.
Según su vicepresidente, las circunstancias de esta temporada turística exigen un "cónclave nacional" en el que todos los actores puedan debatir de una manera "serena" y reflexionar "sobre un modelo turístico más sostenible y que concite las mayores empatías ciudadanas".