VALÈNCIA. Este martes vencía el plazo para que los grupos parlamentarios tomaran posición respecto al diseño de tasa turística que durante dos meses ha estado moldeando la formación morada que dirige Antonio Estañ. Después de semanas de desencuentros entre Podemos y el Consell -la abstención de los morados en la enmienda a la totalidad del PP a la ley de Acompañamiento supuso un punto de fricción entre las tres patas del Botànic-, se votaba la enmienda planteada por los morados. Una de sus condiciones fijadas desde el principio de las negociaciones para aprobar las cuentas del próximo ejercicio.
Podemos, consciente del rechazo que generaba en los socialistas el impuesto turístico y de los recelos de Compromís que se habían evidenciado con una propuesta alternativa de tasa que rebajaba la pretensión inicial de los morados, modificó a última hora de este lunes su propuesta. El objetivo era conseguir los votos favorables de los socios del Botànic. Para que fuera posible, mantenían los dos tramos -uno autonómico y otro municipal-, pero establecían una moratoria hasta 2020 del primero para que éste no se aplicara durante la presente legislatura. A pesar de los cambios en el texto, la nueva enmienda no consiguió prosperar. La abstención de PSPV, Compromís y del no adscrito, David de Miguel, junto a los votos en contra de PP y Ciudadanos, lo impidieron.
Pese al duro enfrentamiento durante la Comisión de Economía, Hacienda y Presupuestos entre el exsíndic de Podemos Antonio Montiel y la portavoz adjunta de Compromís Mireia Mollà, la tensión vivida durante estos últimos días se ha relajado. Aunque los duelos dialécticos rezuman la misma intensidad que durante la abstención de los morados a la enmienda a la totalidad del PP sobre la ley de Acompañamiento del Consell, el partido que encabeza Antonio Estañ se ha acercado al voto afirmativo a las cuentas para el 2018 si se les conceden algunas de las peticiones planteadas en sus enmiendas. Y sus declaraciones después de la Junta de Síndics de este martes fueron un claro reflejo de ello.
Así, paralelamente al encontronazo en la comisión, Estañ advertía que su postura en las cuentas del próximo ejercicio dependería del resultado global que el Gobierno les concediera a sus exigencias. Y todo, sin saber aún el resultado de la votación sobre la tasa turística. Un hecho que evidenciaba que con avances en otras áreas, la exigencia de este impuesto puede guardarse en el cajón.
"Nuestro voto se decidirá en base a la valoración global que hagamos de nuestras prioridades en los presupuestos. Estamos muy orgullosos de medidas que sí se han aceptado como la pobreza farmacológica, justicia, accesibilidad…", afirmó, mostrando su satisfacción por los compromisos arrancados al Consell y con un tono que indicaba avances. Con ello, las amenazas de ruptura expresadas semanas atrás parecían haberse disipado.
La rebaja del tono de Podemos se debe a que el paquete de enmiendas que PSPV y Compromís ha aceptado, de momento, no es baladí. Más tratándose de enmiendas en áreas consideradas como fundamentales para la formación que encabeza Estañ, como es Vivienda. Aunque marcaron como línea roja al principio de las negociaciones una inversión de 100 millones en este campo, el Consell incluyó en el anteproyecto de ley 10 millones de euros para "compra pura" de viviendas que ampliarían el parque público destinado a alquiler social. La Conselleria de María José Salvador, además, realizó una previsión para destinar 20 millones de euros en 2019 y otro importe equivalente en 2020. Los morados lo tomaron como un compromiso adquirido que elevaba el presupuesto de las exigencias conseguidas a 50 millones.
Aún así, exigieron más. En el trámite de enmiendas a los presupuestos registraron una modificación para que de los 10 millones reales a invertir, se sumaran otros 5 millones. Y que la previsión de los próximos dos años, se incrementara en 10 millones de euros cada anualidad. En total, se exigían 15 millones para el próximo año y otros 60 divididos entre 2019 y 2020. Una reclamación que, según la formación morada, el bipartito les ha trasladado que aceptará.
No es el único 'guiño' del Gobierno a Podemos. En medio ambiente, una de las áreas donde los morados se han mostrado más reivindicativos, también se han registrado avances. Con el rechazo de PSPV y Compromís a que comience a tramitarse la ley del SDDR en 2018, la formación tuvo que buscar alternativas para conseguir ciertos progresos en esta área. Así, pusieron encima de la mesa otras cuestiones en materia medioambiental como la creación de una Agencia de Gestión de Residuos y la aplicación de un canon para la incineración y vertidos de residuos en la Comunitat a partir de 2021 para cumplir con la normativa europea.
Si bien durante el desarrollo de la comisión de este martes la primera propuesta fue rechazada, sí aceptaron la segunda parte de manera parcial. PSPV y Compromís dieron su visto bueno a la aplicación de un canon para incinerar, pero no para verter. Con este sí a medias, los morados pidieron que el canon por incinerar se incrementara y se equiparara al gravamen que se aplica ya en Cataluña. "Evitaríamos la importación de residuos de otras comunidades autónomas", señala la diputada de Podemos responsable del área de Medio Ambiente, Beatriz Gascó, a Valencia Plaza.
Los logros en materia mediambiental, sin embargo, no se quedaron ahí. También consiguieron que se aprobara la integración de los bomberos forestales en la administración a través de la Agencia de Seguridad y Respuesta a las Emergencias a partir de noviembre de 2018 y que se forme al cuerpo de bomberos de agentes forestales con la creación de los consejos forestales de demarcación. Una muestra de como las negociaciones prosperan y encauzan el sí de Estañ a los Presupuestos de las Generalitat para 2018.