VALENCIA. Los primeros movimientos de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos han provocado que Baleària vea como una opción cada vez más remota la posibilidad de ser la primera naviera en operar con sus ferrys entre Cuba y Estados Unidos. El presidente de la compañía, Adolfo Utor, reconoció este martes que, a pesar de contar ya con algunos permisos, el proyecto está parado.
"Lo de Cuba ha quedado en standby por la imprevisibilidad que se tiene con el nuevo gobernante en muchos ámbitos. Su política autárquica no es el síntoma más propicio para ver con optimismo un posible levantamiento total del embargo en la isla", explicó durante una rueda de prensa para presentar los resultados de 2016 y explicar el plan de inversiones hasta 2021.
Aún así, recordó que Baleària ya acumula cinco años de presencia en el Caribe, donde desarrolla otros proyectos como los tráficos locales en Santo Domingo, Puerto Rico o el incremento de trafico en Bahamas. "El tema se ha quedado parado y en algunos casos prefiero ni preguntar", admitió.
El responsable de la naviera ya mostraba el pasado septiembre sus reservas sobre la culminación de su entrada en la línea Cuba-EEUU. Por entonces, la entrada en servicio dependía de algunas autorizaciones pendientes, pero el asunto ya se había enfriado por varias incertidumbres, entre ellas el periodo preelectoral en EEUU.
En el caso de EEUU, era necesaria la derogación de dos leyes que limitan el comercio marítimo. "Las elecciones en los EEUU han paralizado un poco el tema; no va a ser lo mismo según quién gane", reconocía entonces Utor.
Semanas después, en la misión comercial liderada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a Cuba, Utor admitía que tras los contactos con las autoridades de la isla había detectado que había otros proyectos prioritarios. "Estaremos aquí cuando se nos requiera y sea necesario", dijo el empresario.