VALÈNCIA. (EP). El Juzgado de Instrucción número 21 de Valencia ha acordado inverstigar a José Luis Rueda, hijo adoptivo y heredero del escultor Gerardo Rueda, por prevaricación, malversación y falsedad documental en relación con la presunta venta de obras falsas al Institut Valencià d'Art Modern (IVAM).
La jueza ha adoptado esta medida tras requerirlo la Abogacía de la Generalitat en el procedimiento en el que se investigan presuntas irregularidades en la gestión del museo valenciano en la época de Consuelo Ciscar. Rueda está investigado por esos delitos, sin perjuicio de su imputación en otros hechos delictivos que se investiguen en esta causa, según consta en un auto del juzgado, al que ha tenido acceso Europa Press.
La jueza acuerda además la investigación de las cuentas bancarias del nuevo investigado en el periodo correspondiente a los años 2004 a 2015, que es cuando ingresan las obras en el IVAM, investigación que hace extensiva a Ciscar --sobre la que la tenía limitada a las cuentas de 2008 a 2014 y ahora se amplía de 2004 a 2007, ambos inclusive--, que es cuando se firman los contratos de aquisición de las obras de Gerardo Rueda.
Así, considera que se debe investigar a Rueda por "haber transmitido a sabiendas al IVAM, bien por compra o donación condicionada, obras de arte respecto de las que existen indicios fundados de su falsedad", y sobre las que afirmó que eran autoría de su padre.
Los indicios de la falsedad se basan en tres aspectos: las obras dispuestas por Rueda y transmitidas al IVAM por compra/donación fueron reproducidas en su mayoría una vez fallecido el autor por la Fundición Capa siguiendo las directrices impartidas por José Luis y "sin seguir los parámetros establecidos para ser consideradas originales"; porque la mayor parte de esas obras no existía en el momento de la firma de los contratos por los que son adquiridas por la institución y porque no detentaba el investigado título válido que acreditara ser propietario de las obras en el momento de su trransmisión.
La magistrada considera acreditado que ninguna de las reproducciones ejecutadas por Capa diez años después de fallecer el artista --64 de las 98 adquiridas-- cumplen con esos requisitos para ser consideradas originales y de la autoría de Rueda, como se afirma en los dos contratos suscritos.
Asimismo, considera que las exposiciones e itinerancias tuvieron por objeto "sufragar con cargo a los fondos públicos la exhibición" no tanto de las reproducciones adquiridas por el IVAM sino de las obras de la colección particular del heredero, que "daba instrucciones" a Ciscar y sus altos cargos "en aspectos fundamentales" para desarrollar esas muestras.
De esta forma, se contravenía así la norma de contratación pública y él pudo contar con el "trampolín" que el instituto le brindó "con la connivencia de los investigados para legitimizar la originalidad de las obras transmitidas" e incrementar la valoración de ellas y de su colección particular. El perjuicio en este aspecto, según la UDEF, ascendió a 719.987 euros.
En esta causa están investigadas una decena de personas, entre ellas Consuelo Ciscar y su hijo artista, Rafael Blasco Ciscar, 'Rablaci'. También figuran varios subdirectores generales en el periodo de la investigación y técnicos, así como el administrador de la empresa Logística del Arte.