¿se puede ser igual de eficaz?

El experimento forzoso que demostrará si el trabajo deslocalizado funciona o no

23/03/2020 - 

VALÈNCIA. Si hasta hace unos días apenas eran entre un 4 y un 7% las empresas en España que aplicaban el trabajo en remoto en sus plantillas, ahora es la inmensa mayoría de las corporaciones las que se han visto forzadas a adoptarlo. El ejecutivo establece el teletrabajo como medida de flexibilidad laboral principal ante la crisis sanitaria y siempre que las circunstancias lo permitan. Arranca así una especie de test nacional que pondrá a prueba la eficacia, o no, del trabajo deslocalizado.

Las startups parece que lo tiene más fácil, por aquello de que muchas son de base tecnológica y con equipos multiculturales que trabajan en remoto. Pero no todas están saliendo airosas. Como ejemplo puede citarse Pompeii, la marca cool de zapatillas que, en una carta dirigida a sus clientes bajo el título ‘Joder’ reconocen que si hace una semana estaban creciendo al 40% con una plantilla de 50 personas, hoy tienen las seis tiendas cerradas y a todos los trabajadores en el paro después de aplicar un ERTE al 100%.

Pero al margen de que haya negocios de naturaleza presencial, la digitalización posibilita a otros muchos el teletrabajo, otra cosa es que se hayan animado a implantarlo hasta ahora. Según Sergi Balcells, country manager de Welcome to the Jungle, medio de comunicación sobre empleo en Europa, el principal obstáculo corresponde a la mentalidad. “En España el presencialismo laboral sigue teniendo mucho peso. Por un lado están los directivos, que no acaban de fiarse de la responsabilidad de los empleados y el temor a la pérdida de productividad, pero también es una cuestión de sociabilidad de nuestro carácter. Ahora que no nos queda otro remedio que permanecer aislados, tenemos una oportunidad enorme para demostrar que se puede ser igual de eficaz o más trabajando desde casa que en la oficina. Se trata de no alterar demasiado los horarios ni las rutinas diarias y medir la productividad, más que por las horas de trabajo, por la consecución de objetivos”. 

De manera similar piensa Eduardo Flores, CEO de Mi director Financiero, quien está convencido de que muchas empresas quedarán sorprendidas de la capacidad de autodisciplina de las personas que trabajan en ella.

Para que funcione

El problema es que trazar unos objetivos requiere de una planificación previa y de unos protocolos de actuación que apenas han tenido tiempo de organizar en las empresas, dada la inmediatez de la medida. “Aprender a coordinar equipos en remoto requiere, además de la implementación tecnológica, un tiempo de aprendizaje para empezar a rodar y no ver mermada la productividad”, sostiene Francisco Javier Blasco, director de Adecco Group Institute.

También para Pedro Moneo, CEO y fundador de Opinno, “las empresas mejor preparadas para el teletrabajo son las que tienen un protocolo propio, han formado a sus equipos y tienen coaches especializados para ayudar los equipos a teletrabajar”.

El otro factor principal que apuntan para que funcione es mantener la comunicación con el equipo. Cierto que, en este sentido, no se puede hablar de falta de tecnología como handicap principal. Además del popular Skype para celebrar videoconferencias, existen multitud de soluciones y softwares que permiten coordinar y mantener a la plantilla interconectada. Baste con citar algunas de las más socorridas en el mundo startup como Slack (chat interno), Trello (organización de tareas)  Drive (para compartir documentos) o Whereby (videollamadas). Aunque todas ellas sean económicas y su manejo sencillo, puede que a alguno le lleve unos días familiarizarse con estas herramientas, pero no es eso lo que tiene que preocupar. La clave está en delimitar muy bien la razón de su utilización y acotar los puntos a tratar en la conexión para no desperdiciar el tiempo. Esta sería la misión del coordinador o responsable del proyecto.

“La clave para afrontar con éxito el trabajo deslocalizado se encuentra en asegurar que los equipos sigan aportando valor a la organización de forma recurrente e iterativa, lo que exige que los objetivos estén correctamente marcados, los roles bien definidos, las tareas bien distribuidas y que se disponga de las herramientas adecuadas”, sostiene Moneo.

Un escenario no tan idílico

Suma CRM es una de las startups que siempre ha defendido el teletrabajo, empezando por su fundador, Tomás Santoro. Desde aquí advierten de que lo que en un principio, por eso de ser novedad, puede parecer atractivo, “una vez que desaparece la emoción inicial de trabajar desde casa, esta situación prolongada en el tiempo puede ser desalentadora y afectar tanto a nuestra vida personal como laboral…La vida profesional tiende a comerse la vida personal, y en mi caso, teletrabajando durante más de tres años, he mezclado las dos mucho y he sufrido graves consecuencias en ambas”, reconoce Santoro.

Igualmente subraya Blasco que, en el momento actual, muchos de los que se ven obligados a trabajar desde casa no estarán en el mejor de los escenarios posibles. En muchos casos tendrán que compaginar el trabajo con la atención a los niños o de personas mayores.

Dejando ya aparte las condiciones particulares de cada uno, parece claro que este experimento forzoso servirá para demostrar si el tiempo que se gana, la reducción de costes y la posibilidad de conciliación que conlleva la cacareada modalidad de trabajo deslocalizado finalmente compensa tanto a la empresa como a los trabajadores. Confiemos en conocer pronto los resultados.

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