VALÈNCIA (VP/EP). El exdirector del museo Reina Sofia y afamado crítico de arte Tomás Llorens, acudió este viernes a declarar como testigo en la pieza del caso IVAM que investiga si el museo adquirió obras falsas del escultor Gerardo Rueda. La acusación sobre el hijo del escultor y la exdirectora del museo valenciano Consuelo Císcar se basa en un informe de la abogacía de la Generalitat y un perito en el que se aseguraba que, las obras eran falsas porque se habían fabricado varios años después de la muerte del escultor.
Pero fuentes presentes en dicha declaración explicaron a Valencia Plaza que Llorens ha afirmado que "el valor y la autenticidad de una obra de arte se basa en la idea original y en los derechos de autor de la misma" y, por tanto, el hecho de que el hijo de Rueda realizara esculturas después del fallecimiento de su padre con los moldes y dibujos originales no supone que las esculturas sean falsas.
Para exponer dicha afirmación hizo hincapié en que "hay que descartar la palabra 'original' porque todas son auténticas aunque no sean las originales". Y sobre el precio al que fueron vendidas, que el informe pericial decía que estaba muy por encima del precio real al ser copias, Llorens manifestó que "al ser auténticas, el precio de cada escultura lo marca el mercado".
Además de Tomás Llorens, declaró un representante de la Fundación Capa, que es el lugar donde se hicieron las esculturas pues tenían los moldes. El representante fue en la misma línea que Llorens.
Según las mismas fuentes, tanto la magistrada del caso como el fiscal Anticorrupción han tomado nota de estas declaraciones, por lo que no se descarta que en breve se archive todo lo referente a esta parte de la investigación judicial.
El hijo y heredero del artista Gerardo Rueda, José Luis Rueda, defendió en su declaración en el juzgado de Instrucción número 21 de València -que investiga la gestión del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) durante la etapa al frente de Consuelo Ciscar- que en la venta de obras de su padre al museo no hubo ninguna irregularidad. Asimismo, recordó, a preguntas de su abogado, que también compró obra el Museo Nacional Reina Sofía cuando lo dirigía el actual ministro de Cultura, José Guirao.
José Luis Rueda compareció después de que el juzgado decidiera investigarle por prevaricación, malversación y falsedad documental en relación con la presunta venta de obras falsas. Rueda aseguró estar muy tranquilo porque en ningún caso las obras que adquirió el IVAM son falsas. En la misma línea recalcó que todo fue correcto en la transacción y que los precios eran acordes al mercado.
El pasado mes de abril, Instrucción 21 acordó incorporar a José Luis Rueda como investigado en esta causa en la que también están imputadas otras personas, entre ellas Consuelo Císcar y su hijo artista Rafael Blasco Císcar, 'Rablaci', así como varios subdirectores generales en el periodo de la investigación y técnicos del museo y el administrador de la empresa Logística del Arte.
Además, el juzgado decidió exigir una fianza de más de 4 millones de euros a la exdirectora del museo, al exdirector financiero Juan Carlos Lledó y a José Luis Rueda.
De acuerdo a los argumentos de la Abogacía de la Generalitat, Consuelo Ciscar, con la "concomitancia" de Lledó destinaron, "a sabiendas", caudales públicos a adquirir obras de arte falsas haciéndolas pasar por originales de su padre, el autor Gerardo Rueda -fallecido en 1996-, y produciendo así una desviación de los fondos presupuestarios hacia el patrimonio de José Luis Rueda.
De ese modo, el IVAM habría adquirido obras de arte no originales como si lo fueran, enriqueciendo a José Luis Rueda. Entre 2004 y 2006 el museo compró mediante dos contratos mixtos de compraventa y donación una serie de obras cuyo supuesto autor era el escultor desaparecido.
En los dos contratos se condicionó la donación de determinadas esculturas a la adquisición onerosa de otras. Por consiguiente, el IVAM pagó un total de 2.944.325 euros, más 512.524 que costó que la Fundición CAPA manufacturara gran parte de las obras que, bien habían sido donadas, bien habían sido vendidas al museo por el heredero. De este modo las arcas públicas pagaron por obras supuestamente atribuidas a Gerardo Rueda el montante total de 3.456.876 euros.
A esta cantidad, según la Abogacía, hay que sumar los 719.987,80 euros que se pagaron para promocionar las obras y con el objeto de blanquearlas a través de varias actividades y exposiciones.
En el auto de mayo de fijación de fianza, la jueza encargada del caso recuerda los correos e informes policiales que obran en la causa y que apuntan a que las obras que vendió el hijo adoptivo de Gerardo rueda "no pueden ser consideradas originales". Agregaba que "existen fundados motivos para pensar que José Luis Rueda creó nuevas obras de arte a nombre de Gerardo Rueda tras su fallecimiento, reproduciendo obras del mismo con otros materiales y de mayores dimensiones, todo ello a través de la Fundación Capa, que fueron transmitidas al IVAM como si fueran originales y de la autoría de su padre".
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