CASTELLÓ. La incidencia real de la pandemia del coronavirus es un debate que cada día está presente en la sociedad. Y en este análisis, las cifras aún tienen mucho que decir. Más allá del recuento oficial de fallecidos del Ministerio y la Conselleria de Sanidad, que cifran en 1.432 las personas que han muerto en la Comunitat Valenciana a causa de la covid-19, otros organismos elaboran estos días nuevos datos que aporten algo de luz a un episodio oscuro.
La última entidad en hacerlo ha sido el Instituto Nacional de Estadística, que mediante su estudio Estimación del número de defunciones semanales durante el brote de covid-19 (EDeS), señala que, el pasado 18 de mayo (el inicio de la semana 21 de este 2020) habían muerto en el territorio valenciano 20.798 personas. Estas son, exactamente, 1.494 más que el año pasado a estas alturas (en realidad a 20 de mayo, cuando comenzó en 2019 la semana 21). La cifra está en consonancia con la del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del Instituto de Salud Carlos III, del que informó recientemente.
En ambos casos se trata de un número parecido a las cifras oficiales de la Conselleria. Pero el INE no entra a valorar las causas de la muerte. Y es que, más allá de la divergencia entre el dato oficial y la evolución de un año a otro, es seguro que en este 2020 se ha reducido la cifra de fallecidos por varias causas (por ejemplo los accidentes de tráfico o laborales) y es de suponer que puede haber aumentado por otras, derivadas del confinamiento y la inactividad, tal y como señalan las autoridades sanitarias, sin llegar a aseveraciones concretas aún.
Un análisis de las cifras por semanas puede dar una idea más cercana de lo que puede haber supuesto la pandemia sanitaria en el territorio autonómico. Coincidiendo con lo más duro de la crisis de la covid-19; desde mediados de marzo al ecuador de abril el INE estima los mayores índices de mortalidad. En cada una de las cinco semanas que van de la 12 a la 16 la Comunitat superó los mil fallecidos.
El lamentable pico se alcanzó en la semana 14, que comenzó el 30 de marzo, con 1.343 valencianos muertos. Ni más ni menos que 471 más que en la misma semana de 2019. No en vano, la incidencia en muchas residencias de mayores, la verdadera zona cero de la pandemia, quedó patente desde el primer momento.
A pesar de estos datos desgarradores, la valenciana se encuentra entre las comunidades que en este 2020 han registrado un menor incremento de la mortalidad comparada con el año pasado. Con un 7,74% más de fallecidos (hasta alcanzar los 20.798 en esa semana 21 de este 2020), el territorio valenciano está muy lejos de la media estatal, por encima del 24%. Solo Baleares, Murcia, Andalucía, Canarias, Galicia y Cantabria han registrado un incremento de la mortalidad menor al de la Comunitat, según revela el INE.
En cuanto a los datos por provincias, la que menor incremento ha registrado es Valencia, con un 7,31%. Por su parte, en Castellón el aumento es del 7,45%, mientras en Alicante el porcentaje sube hasta el 8,45%.
En el caso de Valencia y Alicante la peor semana, en cuanto a las cifras de fallecidos, fue la 14, mientras en Castellón fue la 13. En el caso de la provincia de Alicante, en esa semana se alcanzaron los 507 decesos. Eso sí, en la metodología del estudio, el INE destaca que en estas estadísticas se contabilizan todas las defunciones inscritas en los registros civiles, no solo las derivadas de la pandemia derivada del nuevo coronavirus.
Esto no es óbice, en cambio, para que en las tres provincias haya sido en lo más duro de la crisis sanitaria (entre mediados de marzo y mediados de abril) cuando se haya roto una tendencia positiva en cuanto a las cifras de fallecidos, que a principios de 2020 eran, en los tres casos, pero especialmente en Castellón, mejores que en la mayoría de los años precedentes.