VALÈNCIA (EFE/Concha Tejerina). En la decisión de a qué partido o candidato votar en las elecciones municipales influye más el área cerebral del razonamiento que el de las emociones, que prevalece en los comicios generales, porque el votante pone al político y al mensaje que este transmite por encima de la formación política.
Así lo ha asegurado a EFE Jaime Guixeres, socio fundador de Quatechnion y coordinador científico del Instituto I3B de la Universitat Politècnica de València (UPV), quien destaca que en política es importante transmitir la información a cada persona "de una manera diferente".
"La toma de decisión del voto es una respuesta consciente, a pesar de que muchas veces la tomamos de manera un poco inconsciente", afirma el investigador, que añade que en ella influyen aspectos como "nuestra educación, nuestros orígenes, nuestro pasado, nuestro entorno, la gente con la que nos relacionamos o la situación actual en la que vivimos".
A nivel cerebral hay tres zonas que tienen gran influencia a la hora de decidir el voto, una de ellas la amígdala, la parte que gestiona las emociones y que "aunque no debería ser tan importante, al final se convierte en la predominante".
"Una emoción positiva que hemos tenido desde la infancia, viendo a nuestros padres decantándose hacia una ideología política, va a marcar seguramente nuestra tendencia en el voto a posteriori", indica el experto, que añade que también influye el hipocampo, que media en la recuperación de recuerdos del pasado.
Por último, la zona cerebral que más debería influir a la hora de votar debería ser el lóbulo prefrontal, responsable del razonamiento y las funciones ejecutivas, pero sobre ella imperan las partes emocional y de los recuerdos.
"Hay gente más deliberativa, que va a pedir más información al político y la va a contrastar y comparar, y otra más impulsiva que se dejará guiar por las emociones y, desde el minuto uno, tendrá muy claro lo que va a hacer", asegura.
A su juicio, en política "el reto va a ser saber personalizar y transmitir a cada persona, dependiendo del perfil que tengan, la información de una manera diferente, algo que puede realizarse en las redes sociales y webs de los partidos políticos".
También reconoce que dos procesos electorales tan cercanos en el tiempo -las generales el 28 de abril y las autonómicas, municipales y europeas el 26 de mayo- "no es lo más inteligente, porque el cerebro es un músculo que se cansa y, aunque necesita información, también se puede saturar".
"Hemos tenido una saturación tremenda de contenidos, lo que va a generar que muchos votantes pongan el 'piloto automático' y repitan el voto que ejercieron en los anteriores comicios en lugar de volver a pensar cuál es su mejor opción", explica.
¿Y las encuestas? Cree que ahora influyen "bastante menos" que en el pasado porque la vasta cantidad de información que llega al ciudadano desde distintos canales "nos hace ser mucho más selectivos e incrédulos de todo lo que vemos".
A su juicio, el éxito de un candidato radica en "saber transmitir bien contenidos concretos, que enganchen y hagan al ciudadano votar a formaciones políticas distintas a las que ha votado durante toda su vida".
"Al cerebro le interesa la información interesante, no las generalidades, que le aburren", y por ello las elecciones municipales permiten lanzar mensajes sobre aspectos "más concretos" y cercanos al votante.
Según Guixeres, "al final, lo importante son las personas, por encima del partido, y eso en las elecciones municipales aún se nota más. El votante piensa en quién quiere que dirija su ciudad y se guía más por la persona que por el contenido".
Y aunque los grandes actos políticos, a los que acuden miles de personas, generan un efecto de fuerza y potencia en los partidos, las formaciones deberían tener un contacto "más cercano y emocional" con la gente, especialmente con la que no tiene tan claro su voto.
Las redes sociales y el mundo digital "han revolucionado" la forma de transmitir los mensajes, según Guixeres, quien echa en falta una mayor interacción entre los partidos y los ciudadanos y que las formaciones "personalicen" el mensaje.
"El fracaso de los partidos es que no transmiten su programa electoral de forma adecuada, casi nadie se lo ha leído y votamos por inercia", afirma para añadir que la neurociencia puede ayudar a los partidos a transmitir los mensajes de una forma más adecuada.