VALÈNCIA. El rodaje del thriller El silencio del pantano acaba de comenzar su andadura en las calles de València. Y es que, según ha podido saber Cultur Plaza, tanto el director de la película, Marc Vigil, como su equipo técnico y artístico se encuentran ya en la ciudad ultimando las primeras fases de un proceso de filmación que se alagará previsiblemente hasta el mes de noviembre. Esta adaptación de la novela homónima de Juanjo Braulio (Ediciones B) está producida por Zeta Cinema -compañía responsables de títulos como Élite, Ahora o o nunca o La enfermedad del domingo- y cuenta con la colaboración económica de Televisión Española.
El actor Pedro Alonso (La casa de papel, Gran Hotel, La embajada) es el encargado de dar vida al misterioso escritor de genero noir y experiodista Q, uno de los personajes fundamentales en la creación de Braulio. Además, entre el elenco que compone la cinta también se hallan Maite Sandoval (La Mula, Kiki, el amor se hace, La Tribu) -quien interpreta a Isabel Buso Soriano- y Carmina Barrios (Carmina o revienta, Mil cosas que haría por ti) quien ejerce de abuela ficticia de Zaira Romero, uno de los recientes descubrimientos del panorama cinematográfico patrio gracias a su papel protagonista en Carmen y Lola.
Este film supone el debut en el largometraje de Marc Vigil, realizador que se ha dado a conocer en la pequeña pantalla gracias a su labor en proyectos tan exitosos como El Ministerio del Tiempo, Águila Roja o Vivir sin permiso. Precisamente un guionista de esa primera serie, Carlos de Pando, ha sido el encargado, junto a Sara Antuña, de la adaptación del libro a la gran pantalla. La figuración de la cinta corre a cargo de la empresa Bestreta, compañía que comenzó el proceso de casting en el cap i casal a principios de septiembre.
Todavía no han transcendido detalles sobre las localizaciones en las que se ha planeado rodar, aunque se presupone que gran parte de la filmación se desarrollará en el barrio El Cabanyal, espacio que cuenta con un papel preponderante en la novela. De hecho, es allí donde vive Q y también en sus calles se encuentra el bar Flor, frecuentado por el matón Falconetti. Otros de los enclaves que desfilan por la ficción de Braulio son L'Albufera y el campus de Tarongers, por lo que no sorprendería encontrar un inesperado set de rodaje en alguno de estas coordenadas.
En su versión literaria, la trama de El silencio del pantano arranca con el hallazgo de un cadáver dentro de un saco en los márgenes del río Túria. El cuerpo presenta signos de tortura y, en concreto, el asesino parece haber recreado el poena cullei, un ritual romano con el que se castigaba a los parricidas. Este crimen sirve a Braulio como punto de partida para trazar un retrato sobre las esferas de poder y la corrupción en el seno de la sociedad valenciana. También para abordar el mundo del narcotráfico y los clanes que en él operan. El propio título de la obra hace referencia al origen de la ciudad, que fue construida por los romanos sobre tierras pantanosas, circunstancia que emplea el escritor para trazar un símil con las podredumbres del sistema político y económico local. "Que el pantano no se vea no quiere decir que haya desaparecido", llega a decirse en esta novela que recoge el eco del clarividente Rafael Chirbes. Una ciénaga de prebendas y oscuros intereses que en los próximos días quedará capturada a golpe de claqueta. Silencio, se rueda.
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