VALÈNCIA. El primer aniversario del inicio de la pandemia ha atrapado a la Comunitat Valenciana en una situación de gravedad que en las dos últimas semanas ha comenzado a remitir. La incidencia de contagios por cada 100.000 habitantes se sitúa en 138, una cifra muy alejadas de los cerca de 1.500 que marcaba el ministerio a finales de enero, unos datos que han permitido al Consell anunciar un desconfinamiento lento y progresivo que comenzará este lunes 1 de marzo.
Este aplanamiento de la curva también puede conllevar consecuencias políticas. La sensación de que la Conselleria de Sanidad sufre un desgaste importante empieza a ser un comentario constante entre altos cargos del Gobierno valenciano, incluidos los socialistas, bajo las siglas se encuentra el departamento que lidera Ana Barceló.
De hecho, tal y como informó Valencia Plaza, las comparecencias de la responsable autonómica han venido reduciéndose de manera notable desde que comenzara 2021, arrojan un balance de una única rueda de prensa en solitario de la consellera en estos dos primeros meses, más otras tres acompañando al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, como apoyo en las comparecencias posteriores a la Comisión Interdepartamental contra la covid-19.
Algunas voces aseguran que este descenso de la exposición de la consellera se produjo a través de una orden directa de Presidencia -extremo este no confirmado por fuentes oficiales-, debido al descontento en el Palau de la Generalitat por los malos datos y las dudas sobre que la presencia ante los medios de Barceló no contribuyera a agravar la situación.
Más allá de esta situación, resulta obvio que el desgaste para la consellera y su equipo en estos meses ha sido notable. Desde el inicio de la pandemia hasta hoy, se han producido tres olas del virus y se han vivido dos confinamientos, uno común a toda España y, este último, el valenciano, algo más laxo pero igualmente duro para la población. Las catastróficas cifras en los días posteriores a las fiestas navideñas, donde se renunció a restricciones más duras y los tropiezos en el proceso de la vacunación, han supuesto más complicaciones en una conselleria donde, además, y como ya explicó este diario, no está funcionando el mestizaje con Compromís.
Con este escenario, son cada vez más los que ven un relevo próximo al frente de la conselleria que incluso podría conllevar, además, variaciones en el segundo escalón. Fuentes socialistas creen que si la incidencia sigue bajando y se produce un periodo de relativa tranquilidad en los próximos dos meses con una desescalada satisfactoria, puede ser el momento idóneo para acometer la sustitución de Barceló.
Una manera de dar un golpe de timón a la conselleria sin poner en evidencia a una dirigente que, y en esto coinciden todas las fuentes consultadas, ha sido un ejemplo de sacrificio y trabajo en este periplo. Es por ello que, un relevo en una situación de baja incidencia de la pandemia, permitiría que la salida de Barceló fuera especialmente digna y se produjera en un momento de oasis del coronavirus, permitiendo la adaptación de la nueva incorporación.
Un puesto para el que ya empiezan a sonar nombres como el de la responsable de compras de la covid y secretaria autonómica de Hacienda, Mako Mira; la subsecretaria de Sanidad, Mónica Almiñana, o la secretaria autonómica de Eficiencia y Tecnología Sanitaria, Concha Andrés, si descartar posibles cambios de cromos con otras consellerias.