Las 'startups' reclaman un trato más igualitario y mayor riesgo 

El camino hacia la madurez de los inversores españoles

26/02/2018 - 

VALÈNCIA. Dice Daniel Suárez, CEO y cofundador de Zapiens, que el millón de euros que se proponen conseguir para seguir creciendo no lo van a buscar en España. Los motivos que da son varios. El primero, es un tema de valoración. “Una vaca, la misma, vale en Asturias 40 euros, en Madrid 100 euros y en EE.UU 200 euros y aquí, el mercado de fondos hace la valoración a la española”.  Otro problema que observa es que en España la mayoría de los fondos son de reciente creación. “En muchos casos ellos mismos son startups y supongo que, igual que nosotros, también ellos tendrán que hacer su camino hacia la madurez”. La última razón que alude es que se ha dado cuenta de que “en España hay mucho capital y poco venture. Les gusta hablar de riesgo, pero lo cierto es que, cuando deciden participar en una startup, suelen dejarlo todo bien atado”.

Aunque parte de la crítica la comparte, alguna alegación a las observaciones de Daniel Suárez hace Javier Megias, el CEO de Startupxplore, una plataforma que reúne a más de 8.000 inversores. “El mensaje de la valoración me parece un poco peligroso. Muchos emprendedores se quedan con eso de que en EE.UU las valoraciones son como 5 veces las que hacemos en España, pero olvidan decir que el coste también es 5 veces mayor. Algo similar sucede con los desarrolladores, que mientras que en Valencia puedes contratar a uno buenísimo por 30.000 euros al año, el mismo en EE.UU te va a costar entre 175.000 y 200.000 euros. Aún así, estoy de acuerdo en que las valoraciones se pueden mejorar” dice.

En cuanto a que hay más capital que riesgo, la culpa, según Suárez, no recaería solo en la parte del inversor. También serían responsables esas startups que empiezan por pedir inversión desde el momento que pronuncian su primer pitch, en lugar de procurar antes las ventas y la deuda convencional. “Algunos parece que piensan que esto va de levantar capital y no de levantar una empresa”, dice. Coincide Megias en que es un error de las startups aceptar la dilución temprana y del inversor imponer una condiciones demasiado estrictas desde el capital semilla. “Eso tiene los pies muy cortos. -dice- Una compañía no se debería diluir más de un 20%, sobre todo en las 3 primeras rondas. Claro que si eres un poco animal y obligas a que la compañía haga una valoración muy baja y el emprendedor se diluye un 40%, a los 4 años te lo puedes encontrar trabajando 16 horas y con una depresión brutal, algo que no es infrecuente en los emprendedores”, advierte Javier Megias.

Una relación de entre pares

En cuanto a la relación entre emprendedor e inversor, piensa Daniel Suárez que debería ser más equitativa. “Habría que aplicar cierta humildad y equidad entre las partes a la hora de negociar porque tanto necesitan ellos de buenas startups como nosotros de su dinero”.

Similar es la opinión de Cristina Bentué, CTO en Continuum Security. “No vayáis pidiendo perdón a ningún lado. Ellos os necesitan más que vosotros a los fondos. Tened muy claro que ellos necesitan empresas tecnológicas donde invertir. Mientras llegan y no, vuestro trabajo es sumar clientes y ganar mercado. Se puede ir tirando de las ventas y pedir ayudas, subvenciones, préstamos, concursos…”, era la recomendación que hacía a las startups en el transcurso de un evento de Incibe.

 

Por su parte, Mar Alarcón, CEO de Socialcar, aunque ella dice no haber tenido problemas con los inversores, sí que echa de menos una visión general más de tándem y colaboración entre las partes. “Audacia y tranquilidad” son dos cosas que recomienda Alarcón a las startups cuando afrontan las negociaciones.

En este sentido, reconoce el CEO de Startupxplore que es cierto “que los inversores tenemos que hacer nuestro camino a la madurez. Hay una cosa que algunos no acaban de entender en absoluto y es que el emprendedor no es el sujeto pasivo del juego. Estamos viviendo en un mundo donde todavía parece que quien tiene la pasta tiene el poder y eso es erróneo. De esto se tienen que dar cuenta las startups y los inversores. Lo que tendríamos que pensar es ‘yo tengo la suerte de que algunos grandes emprendedores me dejen invertir en su compañía y me dejen ayudarles’, no al revés. Si no, al final el emprendedor te ve como una vaca lechera de la que sale dinero y no es eso. Los buenos emprendedores eligen, y eligen a los inversores que más les van a ayudar y qué más les van a aportar en el camino. Tenemos que cambiar la forma de pensar y plantearnos qué valor aportas. Ahora el dinero es una commodity, cada día surgen nuevos inversores”.

El crecimiento de los inversores

Según Megias, la cantidad de inversores españoles subió el año pasado más de un 41% respecto a 2016. Solo en la plataforma de Startupxplore dicen contactar con 700 nuevos inversores cada mes. Pero llama también la atención el hecho de que el año pasado las inversiones nacionales en nuestro país superasen a las procedentes de fuera. La diferencia es muy pequeña, “pero es una gran noticia porque, históricamente, esto antes no pasaba”. 

Dicho crecimiento se explicaría, en parte, por una mayor sensación de liquidez y un giro en el mercado donde determinados bienes que gozaban antes de un alto potencial de retorno ahora han perdido esa condición. Otro motivo lo encuentra Megias en el hecho de que “muchos inversores se están dando cuenta, y es muy importante, de que cuando inviertes en renta fija, como inmobiliario o similares, son activos que están muy conectados con el mercado. De manera que, si el mercado va mal, la inversión también. La gran diferencia y lo que tiene invertir en startups es que hay una baja correlación con el mercado, es decir que si éste va mal, les puede costar más sacar un proyecto adelante, pero si se proponen hacerlo, lo van a hacer. Los buenos inversores entienden que debes tener dentro de tu portfolio inversiones graduales en cuanto al riesgo y con mayor o menos correlación con el mercado”.

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