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génova designa a catalá tras dos años de incertidumbre y despropósitos

El PP y la Alcaldía de València: buena candidata, mal proceso

11/01/2019 - 

VALÈNCIA. El Partido Popular hizo público este jueves que su candidata a la Alcaldía de València será la diputada y exconsellera María José Catalá. Un nombre que había subido enteros en las últimas semanas y que, finalmente, fue confirmado por fuentes oficiales ayer de cara al acto que presidirá este sábado el propio líder nacional, Pablo Casado, quien encabezará un mitin en el Cap i Casal en el que se refrenderá la mencionada designación.

El nombramiento de Catalá ha sido el penúltimo de los más relevantes -Madrid será en las próximas horas- que Génova ha decidido. Debates internos, sondeos, tanteos y descartes han generado un proceso de dudoso beneficio para la formación popular. Ante la ausencia de unas primarias para la elección del aspirante, las vicisitudes para la designación de la candidata han quedado al descubierto en un recorrido que en algunos momentos ha rozado el esperpento donde se han mezclado los bulos con las realidades, el fuego amigo con la intención de desgastar a rivales y otras lindezas propias de la carrera por ocupar la cabeza de cartel.

Así, el primer nombre en sonar para el puesto con fuerza fue el portavoz del PP en Europa, Esteban González Pons. Esto ocurría, nada más y nada menos, hace dos años. De hecho, la propia Catalá afirmaba en una entrevista concedida a Valencia Plaza en octubre de 2017 que sería "un gran candidato" a la Alcaldía, mientras el exconseller trataba de zafarse de la posibilidad al preferir su continuidad en Bruselas. Las encuestas no se lo ponían fácil: de hecho, la publicada por este diario en febrero de 2018 indicaba que era más favorito entre los votantes del PP -aunque por poco- que Catalá para la Alcaldía.

Sin embargo, el exconseller se empleó fondo y fuentes populares aseguran que consiguió el compromiso de Mariano Rajoy de que seguiría en Europa pero, con la moción de censura al presidente del Gobierno y las primarias que otorgaron el liderazgo del PP a Pablo Casado, se revitalizó la opción de González Pons como alcaldable.

Así, el exconseller repitió su tarea para desmarcarse de la ciudad con el nuevo líder y, para ello, no dudó en desplegar todas sus habilidades de promoción dirigidas a otros aspirantes. Una de ellas, sin duda, María José Catalá, quien pese a haber sido alcaldesa de Torrent entre 2007-2012 crecía rápidamente en las apuestas. No obstante, se entrecruzaban posibles aspirantes independientes que la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, parecía tener en mente y los que más sonaron -aunque después hubo muchos-, fueron el presidente del Levante UD, Quico Catalán, y el director de Cáritas, Ignacio Grande. De hecho este último sigue sobre la mesa como posible miembro de la lista.

Sin embargo, con el paso de los meses y la entrada de Casado por Rajoy, también se empezó a mover ficha paralelamente. Tras la vuelta de verano, Génova puso en marcha una encuesta en la que preguntó por cinco posibles aspirantes: los citados González Pons y María José Catalá, el presidente de la Gestora de València, Luis Santamaría, el diputado Vicente Betoret y el abogado Manuel Broseta.

Isabel Bonig, Pablo Casado, Javier Maroto y Esteban González Pons. Foto: EVA MAÑEZ

Este último salió públicamente a descartarse pocas horas después. Sin embargo, el PP volvió a tantearlo a última hora con la intención de convencerle para que aceptara ser el candidato encontrando una nueva negativa. En cuanto al resto de aspirantes, González Pons fue el mejor parado en el sondeo y Catalá logró estar por encima de sus compañeros de partido, un dato que probablemente sirvió para el descarte de Santamaría y Betoret.

Ya en la recta final, y siempre con la cierta sensación de que la formación popular contemplaba la posibilidad del fichaje de un mirlo blanco, el otro nombre que trascendió con ciertas posibilidades de éxito fue el del presidente de la Audiencia Provincial de Valencia y exconseller Fernando de Rosa. Sobre esto, fuentes del partido apuntan a que existió un tímido tanteo magistrado que no llegó a concretarse simplemente porque los consultados en València desde Madrid preferían a Catalá. 

En esta línea, la propia Bonig ya había comenzado a asumir la posibilidad de que la diputada -con quien no tenía una especial sintonía- podría ser la elegida, por lo que inició una cierta campaña de blanqueo de su rivalidad. Cabe recordar que la presidenta regional tampoco se encuentra en una posición de especial fuerza para imponer a un candidato de su cuerda puesto que no respaldó públicamente a Casado en las primarias, algo que tampoco hizo Catalá, si bien esto no ha sido impedimento para su designación merced a sus conexiones en Madrid y su buen perfil como candidata.

A partir de ahí, la recta final hasta la fecha señalada se embarró. Sectores próximos a Casado criticaban que Catalá no le apoyó en las primarias, se hizo público el empadronamiento en València de la diputada y algunos buscaban a la desesperada que todavía se insistiera con la opción de un independiente. Ante tal tormenta, Génova decidió adelantar la decisión tomada de anunciar la candidata a la Alcaldía de València: una medida acertada que, dado el resultado final, podrían haber adoptado hace meses ahorrándose un viacrucis para muchos implicados y un desgaste innecesario de la marca. 

¿Y también diputada?

Por otro lado, una de las cuestiones que todavía no se ha cerrado es si la lista autonómica del PP de Isabel Bonig incluirá alcaldables. La pretensión de la dirección regional era extender la norma que ya aplican en Alicante desde el último congreso en el que salió elegido Pepe Císcar a todo el partido en la Comunitat Valenciana para que cada persona ocupe un cargo. 

Sin embargo, esta semana la líder de los populares valencianos no descartó ninguna "particularidad" en la rueda de prensa tras la Junta de Síndics y advirtió que, de momento, "nadie" lo había pedido. Una justificación de la que podía entenderse que ni Génova ni Catalá han reclamado acomodo en la candidatura autonómica, pero que deja la puerta abierta a que pudieran hacerlo con el fin de que si la exconsellera de Educación no consigue convertirse en alcaldesa tras las elecciones municipales no acabe como una concejala rasa en el Ayuntamiento de València. 

Aunque la parlamentaria eludió hablar este jueves sobre este tema, miembros de la formación llegaron a comentar días atrás que una de las condiciones para aceptar ser la cabeza de cartel del PP en València era mantener el acta de diputada. De la misma manera, otra de las premisas para esta misión de las que muchos hablan para aceptar el reto es que Catalá pueda contar con su equipo y sus candidatos, entre los que algunas ya mencionan a María José San Segundo, Juan Giner o Joaquín Marco.

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