VALÈNCIA. Corría abril de 2009. El PPCV elevaba a la gerencia del partido en Madrid la posibilidad de devolver las cuotas a todos los afiliados de la formación popular en la Comunitat Valenciana. "Más de 100.000 militantes", explicaba el diario Las Provincias en su noticia, pocas semanas después de que el estallido del caso Gürtel se hiciera oír. Desde entonces, la evolución ascendente en cuanto a número de afiliados del PPCV nunca dejó de crecer -así lo afirmaban destacados dirigentes- en los siguientes años, incluso en los peores momentos del partido, cuando Alberto Fabra estaba a punto caer 23 puntos en las elecciones autonómicas de 2015.
El recorrido es amplio y clarificador: en noviembre de 2009, el entonces secretario general del partido, Antonio Clemente, hablaba 120.000 afiliados; en abril de 2010, aseguraba que se superaba esa cifra y en noviembre de ese mismo año, situaba el dato en 130.000. Menos de un año después, en septiembre de 2011, la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, criticaba la falta de "cariño" de la dirección nacional del PP y recordaba que la rama valenciana era un "pilar" con "140.000 afiliados" frente a los 90.000 de Madrid.
Un dato que se incrementaba en marzo de 2013, ya con Alberto Fabra al mando, donde se rozaban ya los 150.000 militantes, para consolidarse posteriormente en un mantra repetido por referentes posteriores como Eva Ortiz o Isabel Bonig.
La realidad es que siempre han existido dudas acerca de este tipo de cifras arrojadas sin contemplaciones desde el PPCV. La sombra acerca del registro en infinito crecimiento siempre ha planeado en la formación de la gaviota: no es difícil encontrar militantes que dejaban de pagar las cuotas -o nunca llegaban a abonarlas- y podían seguir dados de alta, de la misma manera que se ha puesto en tela de juicio si había el suficiente control interno para retirar los nombres de afiliados ya fallecidos o incluso también se ha cuestionado internamente en más de una ocasión los incrementos del censo por ejemplo en la provincia de Alicante en las duras etapas de congresos entre campistas y zaplanistas.
Todo ello hasta ahora conjeturas para las que el proceso abierto de primarias dentro del PPCV debe dar respuesta. Por el momento, las cifras en lo que se refiere a participación no apuntan a ser demasiado halagüeñas: la presidenta del PPCV y precandidata a la reelección, Isabel Bonig, ha presentado un total de 7.228 avales, mientras que su contrincante, el expresidente de NNGG de Valencia José Luis Bayo, ha recabado 203 firmas. Ahora bien, esto no implica que los militantes que hayan avalado puedan inscribirse y votar dado que para firmar ese respaldo no se requería estar al día de los pagos.
Es decir, que por el momento los populares valencianos ni siquiera tienen asegurado que esos cerca de 7.500 avalistas puedan llegar a participar. De hecho, esta cifra se antoja muy ambiciosa para diversos dirigentes populares o incluso para el propio precandidato José Luis Bayo: "Si hay cerca de 150.000 afiliados en la Comunitat y, por lo que se me ha dicho, sobre los 2.000 inscritos, si estamos hablando de un congreso de participación, no llegar al 10% de los afiliados merma mucho la participación en la vida interna del partido", manifestó.
Así, y aunque los militantes que no están al corriente de sus pagos tienen cierto margen para ponerse al día, concretamente hasta el 11 de marzo, dos días antes de la votación, las cifras que se manejan desde la dirección apuntan a situarse por debajo del número de avalistas pese a las facilidades otorgadas. Y es que según una circular del Comite Organizador del Congreso, para la participación solo será necesaria la inscripción y estar al corriente en el pago "al menos" del ejercicio 2016.
En este sentido, algunos dirigentes del PPCV ponían este miércoles la venda antes de la herida para señalar que en el caso de que fueran 2.000 inscritos oficiales "ya serían el doble" de los que participaron en el congreso de 2012, donde pudieron votar 995 compromisarios. Un razonamiento que, aunque cierto, sería endeble por dos razones: la primera, por el fuerte contraste que implica ese dato de 150.000 afiliados repetido hasta la saciedad en los últimos años. En cuanto a la segunda, porque los populares valencianos obtendrían, en su primera apertura de un proceso a la militancia, un bagaje pobre en comparación a su volumen y peso como partido, más aún si se compara a otros procesos como el de las primarias para la Generalitat celebradas en el PSPV, donde se inscribieron unas 50.000 personas de fuera del partido, incluyendo a los más de 17.200 militantes socialistas; y que se saldó con una participación del 83%.
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