Un hogar para Simone Fattal
El IVAM explora la idea de narración en Suspensión de la incredulidad, la primera exposición en España de la artista
VALÈNCIA. Decía Tucídides que la felicidad estaba en la libertad, y la libertad en el coraje. En torno a estos tres conceptos trabaja En rebeldía. Narraciones femeninas en el mundo árabe, una exposición con la que el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM) quiere romper tópicos partiendo de la mirada de más de una veintena de creadoras que nadan entre la celebración de la identidad personal y la reivindicación de su espacio en una sociedad que les sigue negando la igualdad. “Las mujeres árabes no son el objeto, sino el sujeto de esta exposición. Ellas han sido las más olvidadas. El IVAM quiere darles la palabra para que muestren su punto de vista sobre distintas problemáticas”, explicó el director del museo, José Miguel García Cortés, que presentó la exposición junto al comisario de la misma, Juan Vicente Aliaga. La libertad es el eje común de las piezas presentadas, aunque no así la celebración –al menos total- de lo conseguido, sino la tensión por una lucha que todavía continúa.
Se habla de una libertad intranquila, tensa. “Hoy en día ser árabe y vivir en el mundo árabe es darse de cabeza contra un muro hecho de férreas encrucijadas políticas, sociales y existenciales. Es golpearse y golpearse, una y otra vez, y ver que nada cambia, solo el número de moratones en la piel. Pero hay que derribar ese muro desde dentro. Es nuestra única esperanza. Porque no se puede derribar, penetrar o derruir desde el exterior”. Esta frase de la periodista libanesa Joumana Haddad acompaña la última sección de la exposición, un texto que remite a la lucha, sí, pero desde dentro, una presión que no es nueva, que ejercen muchas mujeres y hombres que también forman parte de la sociedad árabe, aunque estén poco representados. “Hay otras realidades: mujeres emprendedoras, que se rebelan, que intentan cambiar el mundo […] Mas allá de las lecturas orientalistas”, indica el comisario. Son ellas, creadoras como Ghada Amer o Leila Alaoui, las que en este caso muestran su visión en distintos ámbitos: la sexualidad, el espacio público o con una visión político/histórica.
El título de la exposición, En rebeldía, alude al deseo de romper con los discursos dominantes de género presentes, no solo en los países árabes, sino también en otras partes del mundo. De esta forma, la muestra quiere romper con el relato Occidente-Modernidad y Oriente-Tradición exponiendo las piezas de un nutrido grupo de autores que representan la resistencia, la otra cara de la moneda, sin dejar de lado una realidad que las oprime. No en vano, cabe destacar que las artistas pertenecen a una generación de mujeres formadas en muchos casos fuera de sus países de origen, o son hijas de la diáspora que tienen acceso a la fotografía y el vídeo. Es por ello que, aunque la selección de piezas va de 1990 a 2017, en la primera sala se incluye una pequeña sección a modo de prólogo con imágenes históricas que representan a la mujer árabe en un contexto mucho más moderno del que se esperaría.
La felicidad de la celebración de la identidad va siempre en este caso ligada a la idea del coraje de una lucha que sigue pues no hay que olvidar que la exhibición de las obras que se pueden ver en el IVAM hasta el 28 de enero no es fácil en el lugar de origen de las artistas, muchas de ellas representadas por galerías de Francia o Reino Unido. Uno de los casos más graves es el de la creadora Ghada Amer, que abandonó su país tras trabajar en una de sus piezas con El Corán. La muestra no evade las prohibiciones y tabúes religioso, la crítica a los clichés machistas, las experiencias en el exilio de las artistas o el impacto de la ocupación israelí de los territorios palestinos o la Primavera Árabe. Todo, eso sí, desde la complejidad que supone poner el acento en distintas miradas personales y no en una versión global simplificadora de la supuesta realidad de la sociedad árabe.
Pero cuando el IVAM habla de ‘narraciones femeninas’ en el título de la exposición, en realidad va un paso más allá, pues la muestra también hace hincapié en la cuestión de género, con una selección de piezas que dan visibilidad al colectivo LGTB. No en vano, también cabe destacar figuras como la del autor Abu Nuwas (siglos VIII-IX), cuya poesía homoerótica ha supuesto una aportación histórica en este ámbito. Fue en el siglo XVIII cuando se acentuó el retroceso en el terreno sexual con la llegada del wahabismo, una tendencia que trata de revertirse con el surgimiento de organizaciones feministas y LGTB como Helem o Meem, en el Líbano. En este contexto la artista Tamara Abdul Hadi muestra las fotografías de Tarek, Ahmed y Bassam, tres hombres que se alejan de la idea preconcebida de masculinidad, mientras que Ahlam Shibli destapa la ‘realidad oculta’ de hombres y mujeres condenados por no jugar a las reglas del género establecidas. “Mi intención era mostrar que el cuerpo es el primer hogar y, por lo tanto, debes tratarlo de la manera que quieras. Está claro que en la tierra natal, los LGTB no podían expresarse abiertamente porque la sociedad decido que tu cuerpo no es tuyo […] Su única oportunidad era huir a otro lugar donde los individuos puedan existir de acuerdo a sus deseos”, declaraba el artista en 2008.
La decisión de arrancar la muestra en los años 90 responde a la intención de representar la sociedad árabe de acuerdo a los cambios producidos por la aparición de Internet y su uso masivo, lo que facilitó el intercambio de imágenes y el acercamiento entre personas que vivían alejadas entre sí, así como el lanzamiento de Al Yazeera Satellite Channel en 1996, que revolucionó el paisaje televisivo e informativo en lengua árabe. “Nos gusta empujar los muros del museo […] El IVAM no es una torre de marfil que vive al margen de los conflictos”, afirmaba el director del museo. Del conflicto al coraje, del coraje a la libertad y de la libertad a la felicidad.
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