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the music republic (arenal sound) plantea cómo será su futuro

El FIB cambia de manos: ambiciones, retos e incógnitas en plena crisis de los 25

26/07/2019 - 

CASTELLÓ. Es raro ir a un cumpleaños y que la persona que tiene que soplar las velas no aparezca durante casi toda la velada. Pero más extraño es si cabe que cuando por fin se deje ver en la fiesta, lo haga con un rostro serio y cabizbajo. Pues bien, esto mismo era lo que ocurría hace apenas una semana en el 25 aniversario del FIB con su director Melvin Benn, quien se paseaba por las inmediaciones del festival un sábado por la mañana con muy poco subidón. De este modo, además de la evidente caída de asistentes, algo había en el ambiente que hacía entrever que las cosas no iban del todo bien. No se respiraba jolgorio. Y efectivamente, esta iba a convertirse en una agridulce despedida.

No habían pasado todavía 24 horas y se daba la noticia: The Music Republic, la promotora musical que organiza el Arenal Sound, va a proceder a la compra del FIB. Así lo oficializaron  este martes, en un comunicado, donde explicaban que se ha alcanzado un acuerdo con la propiedad actual para “tomar el control y gestión” del festival en, al menos, los próximos 15 años. La información, que corría como la pólvora, desataba entonces todo tipo de reacciones entre los fibers, quienes lanzaban al aire una oleada de preguntas, muchas de ellas todavía por resolver.

El FIB no cambia de dueños por primera vez

No es la primera vez que el FIB se vende. Desde que los hermanos Morán impulsarán en 1995 el festival, junto a la empresa organizadora Maraworld, su marca ha estado expuesta a otros nombres, como el del empresario irlandés Vince Power, quien adquirió los derechos de la marca en 2009. Tan solo cuatro años después, Melvin Benn se hacía cargo de la titularidad de la cita que, tras acumular una deuda de unos cuatro millones de euros, entró en un concurso de acreedores. Era también entonces cuando Denis Demond y SJM Concert salvaban in extremis la celebración de su 19 edición, tras la compra de gran parte de las acciones.

Así, aunque gran parte de su público todavía guarde un buen recuerdo de los anteriores años del festival de Benicàssim, su camino en la última década no ha sido precisamente glorioso.

Foto: Carlos Pascual

Los retos inmediatos: recuperar la confianza y definir su cartel

Advertía el mismo Benn, en una rueda de prensa previa a la 25 edición, que esta no iba a ser la mejor edición, pero tampoco la peor. Sin embargo, la sensación de desapego con el FIB ya estaba sembrada desde hace tiempo. Un cartel con falta de definición y al que muchos usuarios tacharon de “poco atractivo”, terminó por cobrarse casi 50.000 espectadores respecto a 2018 y, por primera vez, se producía un asombroso cambio: el público español superaba al extranjero, en un 60 y 40 por ciento, respectivamente.

No es de extrañar que ante esos datos, la pregunta “estrella” sea hacía qué target caminará ahora el FIB. Más teniendo en cuenta que The Music Republic ya cuenta con otras marcas de alto carácter estatal, como son el Arenal Sound y el Festival de les Arts de València, los cuales comparten gran parte de sus artistas. Por lo que hace al FIB, el cartel del domingo rezaba, por un lado, sobre propuestas como la de Cupido, Mueveloreina, Cariño, Soleá Morente o Vetusta Morla; y por otro, sobre nombres como Franz Ferdinand. 

En su comunicado a prensa, David y Toño Sánchez– dueños de otras citas como el Viña Rock- aseveraban que su intención “es mantener la esencia del FIB y posicionarlo de nuevo en lo más alto del panorama internacional”. “The Music Republic es conocedora de la gran historia que precede al festival. Por eso, el objetivo de la promotora no es otro que relanzarlo y mejorar los estándares de calidad cuidando cada detalle al máximo”, agregaban los nuevos responsables del evento, quienes, en esta última edición, se dejaban ver en repetidas ocasiones tanto en la sala VIP como en los diferentes conciertos del festival.

De igual modo, la alcaldesa de la ciudad Susana Márquez expuso, en una reunión con The Music Republic, los “elevados” requisitos a los que no puede prescindir cualquier festival que se celebre en Benicàssim. Unos estándares que, según recogía la agencia EFE, pasan por unas medidas de limpieza, de seguridad y de organización muy concretas, con las que se quiere seguir ofreciendo una actividad “modélica”.

Los hermanos Sánchez se habrían comprometido así a todas las peticiones, aprendiendo de errores pasados producidos precisamente en el Arenal Sound. Y es que el festival de Burriana no ha estado exento de polémica durante sus nueve ediciones. Fue, en 2017 cuando tuvieron que suspender los conciertos de su segunda jornada por exceso de aforo y por producirse una avalancha de público que rompió el control de seguridad tratando de acceder al recinto. Un error que ya solventaron el año pasando reubicando algunos dj’s a los exteriores del festival.

Foto: Carlos Pascual

Los ahora responsables del FIB no han dado mucho más detalles sobre la próxima edición que, como viene siendo costumbre, a estas alturas ya habría abierto la venta de entradas, a pesar de no conocerse tan pronto el cartel. Ahora bien, entre los posibles ajustes y cambios que podría sufrir el FIB, la empresa valenciana se plantea modificar los precios del festival. Aunque es demasiado pronto para especificar en cuánto variarían, en caso se reducirse, dicha propuesta chocaría frontalmente con la del Arenal que ha ido subiendo sus precios a mesura que corría la venta de sus entradas. Precisamente otra sus grandes polémica reside en la venta y reventa de tickets de acaba alcanzando cifras desorbitadas. Si bien, esto sucede en cualquier otro mega concierto, el baile de precios en los abonos del Arenal a medida que pasaban las horas de su compra ha enervado en repetidas ocasiones a sus usuarios.

El cambio de dueños se cobra a Maraworld

De lo que sí ha quedado ya constancia es que una de las consecuencias directas de la absorción del FIB por parte del Arenal ha sido el cierre de Maraworld. Fundada en 1997, la empresa ha gestionado el festival durante 22 años. Sin embargo, a pesar de que su equipo de comunicación todavía está terminando de trabajar en la reciente edición, será el equipo de Music Republic el que a partir de ahora gestione dichas tareas.

Los hermanos Sánches toman así el rumbo de la 26 edición en un momento en el que las cuentas de la cita benicense ya están totalmente saneadas, según comunicó hace semanas Melvin Benn, aunque todavía hace falta margen para que pueda volver a ser “rentable”.

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