VALÈNCIA. Ya hace meses que la Conselleria de Cultura anunció que las bases de las ayudas que otorga el IVC iban a ser renovadas para atender algunas de las demandas de los diferentes sectores culturales. La convocatoria de este año prometía ser un golpe en la mesa, con la incorporación de nuevas líneas y, en general, una dotación económica notablemente mayor. El plan sigue en pie, pero las piedras en el camino no han sido pocas. La última es el dictamen de Consell Jurídic Consultiu (CJC), el último paso por el que tenía que pasar la nueva norma, que ha sido especialmente crítico este año.
Según se desprende de las más de 40 páginas de análisis jurídico, el CJC pide al Institut Valencià de Cultura que elimine de los criterios a evaluar cualquier indicador que sea "subjetivo". Los casos son numerosos en cada una de las líneas de ayuda. Por ejemplo: en las ayudas a la creación de escrítura escénica, el CJC censura que se puedan valorar "la coherencia expositiva del proyecto, el grado de complejidad y riqueza de la estructura dramática" o "la originalidad e interés de la propuesta". El organismo pide que se reformule para concretar con parámetros cuantificables o que se eliminen de las bases. Así, quedarían afectadas varias líneas de ayudas: la ya citada línea de creación a la escritura escénica, las ayudas bienales a la producción profesional de montajes escénicos, las ayudas anuales a la producción profesional de un montaje escénico, las ayudas para la asistencia a ferias, las ayudas a la escritura de guión -ya en el terreno del audiovisual-, las ayudas al desarrollo y preparación de proyectos, las ayudas a la producción de obras audiovisuales, las ayudas a rodajes audiovisuales en la Comunitat Valenciana, y las ayudas al fomento de la música.
Según explica la Secretaria Autonómica de Cultura y Deporte, Raquel Tamarit, preguntada por Culturplaza, estos criterios que ahora el CJC censura "ya estaban en anteriores bases" y convocatorias, y recuerda "el trabajo que se está haciendo desde la Conselleria de Cultura por reflejar la especificidad del sector en diferentes procesos burocráticos", como las oposiciones o las convocatorias a ayudas. "La cultura tiene muchos aspectos que no se pueden objetivar", señala Tamarit. En este sentido, sí es cierto que la Conselleria ya propuso una modificación de las bases para las oposiciones del Cor de la Generalitat y la Orquesta de la Comunitat Valenciana, para que tuvieran un peso importante criterios que valoraran las propias capacidades musicales de las persona opositora.
La Secretaria Autonómica le pasa el balón al Ministerio de Cultura, explicando que "el conseller Marzà ha pedido al Gobierno de España que regule la Ley de Subvenciones para que se vea reflejada esta especificidad" y explica que, aunque las competencias en materia de cultura son autonómicas, hay normas estatales que afectan directamente a estas.
En todo caso, desde la Conselleria de Cultura ya está trabajando en estos cambios "esenciales" a ojos del CJC. "Se está intentando objetivar lo máximo posible estas bases y se están revisando, pero habrá cosas que no podamos cambiar", explica Tamarit, por lo que no se seguirá al 100% el dictamen jurídico.
Pero el informe del Consell Jurídic Consultiu no solo señala estas posibles trabas legales, también demanda, con carácter esencial, que los criterios objetivos concreten sus parámetros. Las bases de las ayudas bienales a la producción profesional de montajes escénicos, por ejemplo, simplemente expone que el número de intérpretes se valorará "hasta un máximo de 15 puntos", pero el CJC pide que se incluya en las mismas bases cuántos puntos valdría cada intéprete. Eso ocurre en casi una decena de ocasiones en las diferentes líneas de ayuda.
La Conselleria justifica esto explicando que esos parámetros "sí están diseñados" pero que los iban a especificar en "las convocatorias anuales". "El único cambio que tenemos que hacer es traspasarlos a las bases", explica Tamarit a este diario.
Finalmente, señalar dos aspectos que han suscitado un voto particular, respectivamente, y que por tanto, no se ha podido resolver por unanimidad en el seno del Consell Jurídic Consultiu. Por una parte, el dictamen señala la obligatoriedad de que los participantes en las ayudas tengan un plan de igualdad, algo que el Consejero Vicepresidente Enrique Fliquete cree innecesario "no existe una norma de rango legal que obligue de forma imperativa a que, en las bases reguladoras de las subvenciones, se exijan".
Por otra parte, el CJC sugiere que los comités de valoración de las diferentes líneas de ayuda, que el IVC quieren que sean mixtas y cuenten tanto con técnicos de ayudas del propio organismo como representantes de cada disciplina creativa, no tengan ningún tipo de apoyo externo, al ser el mismo sector privado el que valora y el que se beneficia de estas ayudas, algo que también señaló la Abogacía de la Generalitat. "No debería incluirse en las Comisiones de Valoración personas ajenas a la propia organización administrativa, máxime cuando se trata de incorporar a personas pertenecientes al sector al que se destinan las subvenciones", dice el dictamen, que propone: "que la composición de la Comisión de Valoración debería integrarse por personal de la organización administrativa a efectos de garantizar la máxima objetividad, así como suprimir la posibilidad de constituir una comisión de expertos".
Un voto particular, emitido por la consellera Asunción Ventura Franch, remite a la Ley 40/2015, para objetar el criterio del CJC y señala que "la cultura en general parece fácil de valorar sin embargo tiene una gran complejidad que a veces no está relacionada ni tan siquiera con el éxito de la obra. Hay una serie de elementos que le otorgan calidad a la obra y que son muy difíciles de establecer en un baremo, precisamente por su complejidad". De acuerdo con las demandas del sector y con este voto particular, al no ser un cambio "esencial", la Conselleria no va a modificar la composición que ellos proponen de la comisión de valoración, por lo que sí habrá expertos y expertas externos al IVC.
Todas estas enmiendas se están trabajando ya y la norma no tiene que volver a ser valorada, ni por la Abogacía de la Generalitat, ni por el Consell Jurídic Consultiu. Así que esta piedra en el camino no retrasará sustancialmente la publicación de estas, y las nuevas bases podrían estar publicadas en unas pocas semanas. Cuando así sea, el siguiente y definitivo paso será la publicación de las convocatorias anuales, que se esperan como agua de mayo, más en las circunstancias en la que ha quedado la cultura durante la crisis del coronavirus.
Un apunte final: aunque en las bases por fin se incorpore la posibilidad de que algunas líneas de ayuda sean bianuales, la Conselleria opina que este año no es el más adecuado para hacer efectiva ese carácter, por lo que las bianualidades tendrán que esperar, al menos, un año más. Las bases que se aprobarán solo fija máximos, las convocatorias son las que concretan en qué medida se puede llegar a ello.