VALÈNCIA. Este jueves se aprobó en el Congreso de los Diputados la reforma del Estatuto de Autonomía valenciano que contempla la adecuación de las inversiones que realiza el Estado en la Comunitat Valenciana para que éstas sean acordes al peso poblacional. Una modificación de la Carta Magna para la que las distintas fuerzas políticas con representación en Les Corts habían ido de la mano durante toda la legislatura hasta que el pasado 11 de diciembre, día en el que comenzó su fase final de tramitación en la Cámara Baja, Ciudadanos decidió borrarse del pacto.
El cambio de criterio molestó a PSPV-PSOE, Compromís, Podemos y PPCV, proponente de la reforma en 2006. Cada partido expuso la semana pasada su cabreo en la ponencia y votación de la modificación en la comisión Constitucional del Congreso y, con estos mimbres, el debate de este jueves en el pleno del Congreso no hizo más que replicar los enfrentamientos que se produjeron entonces. Eso sí, con significativas diferencias: esta vez fue el diputado Toni Cantó quien defendió la postura de su partido -y no el diputado asturiano Ignacio Prendes- y, por ende, también fue el receptor de todos los envites que tenían preparados el resto de fuerzas políticas.
Lo compararon con Wally –el personaje de los libros infantiles–, desmintieron los argumentos que utilizó el parlamentario para defender la abstención de Ciudadanos, le señalaron como el futuro candidato a la Presidencia de la Generalitat –mal que pese en el seno de su partido que se hable de ello cuando todavía no desean oficializarlo–, y cuestionaron la validez que tienen los acuerdos que firma el partido que preside Albert Rivera.
Cantó pronunció el mismo discurso que empleó su formación durante la votación la semana pasada: que la reforma era un brindis al sol y que ésta no daría ni un euro más a los valencianos en infraestructuras porque era "papel mojado". Incluso insistió en la tesis de que el Tribunal Constitucional ya dictó una sentencia sobre el Estatuto catalán en la que recogía que no era "admisible" que éste predeterminase el contenido de los Presupuestos Generales del Estado y, por tanto, la modificación del valenciano sería inaplicable. Obvió el también actor en su discurso que el Tribunal Supremo admitió hace meses, contra el criterio del Constitucional, que la disposición compromete al Estado.
Sus razonamientos, así, fueron discutidos por el resto de grupos parlamentarios. El portavoz de Compromís, Joan Baldoví, tachó a Ciudadanos de "irresponsable" por llegar a un acuerdo y "luego romperlo sin causas objetivas"; la diputada valenciana de Podemos, Àngela Ballester, afeó a Cantó que no tuviera "palabra" y que la firma de su partido no valiera "nada"; e incluso Gerardo Camps (PP), exconseller de Economía y Hacienda de la Generalitat Valenciana, le acusó de cabalgar a los lomos del "caballo de la demagogia parlamentaria". "Se le desborda. Ha hecho un monumento a la incoherencia política; ha cambiado de portavoz y de postura en cuestión de días", anexó.
Las críticas, no obstante, no fueron la única reacción de los partidos valencianos a que Ciudadanos decidiera ponerse de perfil en esta cuestión después de haber firmado numerosas declaraciones institucionales y enmiendas en Les Corts que pedían la reforma de la Carta Magna para adecuar las inversiones territorializadas; la última, sin ir más lejos, la pactada el pasado 20 de noviembre.
También hubo lugar para la ironía y socarronería. No en vano, Baldoví, el primero en intervenir en el debate, avanzó al resto de grupos cómo se iba a desarrollar el discurso de los naranjas -sin apenas un dislate, cabe apuntar-: "Primero dirá que esto es papel mojado, luego hablará de la reforma del sistema de financiación para despistar, y aprovechando que hablamos de una ley valenciana, hablarán de Cataluña porque los diputados de Ciudadanos son tan valencianos que siempre tienen Cataluña en la boca".
Un hat-trick para el de Sueca que supo adelantarse a las palabras de Cantó además de lamentar que alguien "que pretende ser presidente de la Generalitat se borre del debate de la ley más importante para su comunidad autónoma". "Supongo que hoy aparecerá Wally, después de que todos le hayamos reprobado por desaparecerse", zanjó en referencia a que la postura del partido de Rivera respecto a este debate valenciano la defendiera Prendes y no él o cualquiera de los otros diputados de la Comunitat Valenciana que tiene Ciudadanos en el Congreso.
El parlamentario Ricardo Sixto (IU), por su parte, apenas subió a la tribuna dio la bienvenida al "primer mitin del candidato de Ciudadanos a la Generalitat para 2019". Lo hizo después de que Cantó centrara su discurso en censurar la gestión de Compromís en el Gobierno del Botánico. Para ello había utilizado una fotografía de la multitudinaria manifestación del 18 de noviembre de 2017 que organizaron los sindicatos y la patronal CEV para pedir al Gobierno de Mariano Rajoy una financiación justa para la Comunitat; una plataforma -la de Per un Finançament Just- en la que ahora mismo se integra el propio Cantó. "Aquí tenemos a Compromís detrás de una pancarta, que está boicoteando La Marina o Puerto Mediterráneo", expuso el valenciano tras reprender a los dirigentes de la coalición valencianista por el tuit del director general de Comercio, Natxo Costa, a Intu Mediterrani. "Go home es lo que deben hacer ustedes", criticó.
Tras esta variante sobre la cuestión del debate, Cantó afirmó que la negociación de esas inversiones se harían entre alcaldes y Gobierno central. "Pone de manifiesto su desconocimiento. ¿Usted no sabe ya que para decidir las inversiones los ayuntamientos hacen alegaciones? Qué atrevido es el desconocimiento a veces", le increpó Camps. "Es un legítimo representante de los valencianos, no seré yo quien se lo niegue, pero se empatiza mejor con las necesidades de los valencianos pisando territorio que haciendo viajes de ida y vuelta", regañó el parlamentario del PSOE Artemi Rallo en alusión a que el actor reside desde hace años en Madrid y es ahora cuando ha empezado a viajar más a su tierra natal.
Un tenso debate que los populares zanjaron dándole una última estocada a Cantó; no quisieron dejar pasar que los anexionara a PSOE, Compomís y Podemos por votar a favor de esta reforma y denominara tal alineación como "Botànic Plus". "Nosotros no venimos a sumarnos a otra propuesta, sino que fuimos los que la impulsamos. Debería saberlo, señor Cantó. Usted ya era diputado entonces, aunque en otro grupo -UPyD-", terminó Camps. Sin duda, un baño de varapalos para el diputado (y su partido) que terminó con una votación en la que pudo apreciarse el amplio consenso que generaba el tema en cuestión. Y todo a pesar de los 31 puntos amarillos que hasta hacía una semana, iban a ser verdes.