Ximo Puig. Foto: CARLOS PASCUALVALÈNCIA. La asociación de las fuerzas de izquierda en la Comunitat Valenciana permitiría reeditar un Govern del Botànic (II) en mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómicas del próximo 28 de abril, pero la diferencia con la derecha se ajustaría respecto a los comicios autonómicos de 2015, según una encuesta de Invest Group para Levante-EMV.
El candidato a la Presidencia de la Generalitat Valenciana, por el PSPV-PSOE, Ximo Puig, mantendría de este modo el cargo de jefe del Consell. Y además lo haría con mayor fuerza respecto a sus socios Compromís y Unides Podem. Las tres formaciones de izquierda alcanzarían los 52 diputados, asegurando la mayoría absoluta de los 50. Sin embargo, pierden tres respecto a los comicios de 2015. Pero en ese presumible Botànic II toman más fuerza los socialistas valencianos.
El partido de Ximo Puig muestra una clara línea ascendente según la encuesta de Invest Group y ganaría diez escaños respecto a las últimas elecciones autonómicas, pasando de 23 a 33. Sin embargo, se refleja en las cifras un retroceso de Compromís y de Unides Podem. La formación de la candidata a la Presidencia de la Generalitat Mónica Oltra, que sumó 19 escaños en 2015, obtendría ahora un total de 14. Por su parte, la caída más pronunciada sería la de la formación morada, que tuvo 13 escaños en los anteriores comicios y tendría cinco en 2019.
La derecha de la Comunitat Valenciana dibujaría el siguiente mapa: el PP sigue decreciendo y perdería seis diputados respecto a 2015, ya que obtuvo 31 y bajaría ahora a los 25; por su parte, Ciudadanos aumentaría su presencia en cuatro escaños, subiendo de 13 a 17; mientras que Vox, que no tuvo representación en 2015 se metería en Les Corts con cinco diputados. Una asociación de estes tres grupos se quedaría a tres escaños de gobernar.
La encuesta de Invest Group, sin embargo, todavía revela que uno de cuatro valencianos todavía no habría decidido el voto.
Es sabido que la canícula veraniega recalienta las meninges a más de uno. Lo tórrido de la estación no disculpa a los políticos. Más de un ciudadano se pregunta para qué va a las urnas si luego sus representantes no se ponen de acuerdo para gobernar. Y ya no vale que estemos en tiempo de tanteo y de juegos más o menos florentinos. Aún no lo hemos visto todo
