Malú

Luis Barcala entra en la cabina como José Luis López Vázquez y, desesperado, llama inútilmente a la policía municipal de Génova. Gesticula y se traga todo el oxígeno de un sorbo. La grúa se lo lleva. Mari Carmen De España, llora, se suena tres veces, espera, no, cuatro veces, reza con voz plana y cavernosa al Caudillo, a Azaña, otra vez al Caudillo y llama a Isabel Bonig. Después, arremolinada por las aspas del polvo desértico, desesperada a lo Madonna lo intenta con Sonia Castedo y JJ Ripoll, que son los que tienen la llave de los sagrados vasos comunicantes del camarín de la extrema derecha del PP y del Vox indígena. Barcala no tiene a nadie ni nada en Madrid. Menos de media cuarta de César Sánchez. Carlos Mazón, que quiere la diputación por encima de los cadávares incorruptos de Elsa Martínez y Nerea Belmonte, ha enviado a Barcala al pico Piestewa en Phoenix, Arizona. No consigue neutralizarlo ni cuando le suben en camilla girando a tota virolla al helicóptero. Heidi y Clara tiran a Echenique al precipicio. El cuello musical y poético de Ana Bolena cae en un ruido seco al cesto del olvido. Historias para no dormir.

Teodoro García Egea e Iván Espinosa de los Monteros sellan un pacto de dinero ensangrentado más allá de la extrema, de la derecha extrema derecha. Una vergüenza para la dignidad de la civilización. Entre la espada y la pared un tiro en el entrecejo de la Ilustración. Theresa May no es la Reina ni necesita exhibir el exhuberante armario a lo Jackie Kennedy por El Fary de Melania Trump. La premier se despide del cargo en una fiesta anti UE, vale, pero tiene grabado en su ADN Auschwitz, siempre en mente los caídos del día D, porque siente la democracia. Pablo Casado es una marioneta Bannon en manos de Aznar. Los dos, en su solemne comunión “sé fuerte” y Boda Real División Azul PP&Vox, acaban de matar al Barcala alcalde. Desfile del ninot. Empiezan las Hogueras de Sant Joan. Chernobyl. Spielberg.

No es lo mismo tomarse el primer café con Pepa Bueno que con Àngels Barceló. El orden sí que altera el producto. En democracia, la ley, el protocolo son las reglas de oro. Exactamente es lo que acaba de declarar Vicente Boluda en su nombre y la del AVE de Juan Roig en la renacentista entrega de los Premios Jaime I “lo importante es quien lleva el timón”. Lo relevante es que el jefe seguirá siendo Ximo Puig. Mónica Oltra -què, com, qui- haciendo de su propia caricatura, se despide con un “nos veremos en los bares”. Muy a lo Pasqual Mollà, de los Mollà de Elche de toda la vida, Pitingo y todos los demás del atasco y del bucle de la neg(oci)ación en flor. Tocan a misa los relojes de Alfonso Grau, la primera caja de herramientas de la Humanidad. Borriana paga 20.000 euros por el bou Nubarrón. ¡Socorro! amenaza con volver Julià Álvaro. Gerard Fullana, Bloc a banda, con su azada al hombro, entra tranquilamente y se va silbando por la izquierda de la pantalla. El miércoles 12 los valencianos queremos la ropa de la lavandería pública bien limpia, el examen de la selectividad aprobado y el Botànic II en perfecto estado de revista. Nos es igual que el parotet teuladí Rubén Martínez Dalmau haya estado enamorado de Pablo Iglesias, y ahora -aunque, la verdad, no ha conocido a los sucesores, los mellizos- de Irene Montero. O que llore por no ser vicepresidente del Montgó o no. Necesitamos un govern ja. No, no estamos para tonterías. Tarantino.

Pedro Sánchez ha aceptado la oferta de Felipe VI: yo, yo, yo, como arranca Arkano su free style. El Códice del Mío Cid. Letizia Ortiz se va de compras con las dos infantas a Mango y le arrean por la derecha por, es un decir, ser amiga de Maribel Verdú. Albert Rivera queda a cenar con Malú y su suegra, que después de pedirle la comanda, bendecir la mesa y comerle el postre, le dice que se resigne: es mejor saber hacer bien y a buen ritmo la bisagra. Nunca te comerás el corazón de la derecha española. Inés Arrimadas tampoco nunca ha bajado al metro. Déjate querer, cariño, le suelta su madre política. Disfruta de que estás en el centro de la cama. Si te alías con el PP se te comerán en tres días. Manda donde puedas. Decora el despacho. Que es lo nuestro. Mira a la Begoña Villacís. A pesar del interesado ruido mediático, las cuentas del 15J son las cuentas. Mari Carmen Sánchez puede ser la alcaldesa de Alicante. Para mandar en la Diputación suenan Toni Francés de Alcoi, Rubén Alfaro de Elda O Paco Sanguino. Pero eso ya se verá a finales de julio.

Las niñas están asustadas. Su madre, muy enferma, casi no come. Las trincheras, los nidos de las ametralladoras han desaparecido bajo una lluvia incesante. Me cogen y bajan al pozo hondo. Me encuentro solo, al fondo. Al salir me ayudan a subir entre la niebla, poco a poco, a la cueva. Desnudo, me arrodillo y beso a Inmaculada. Y le digo: no me pienso morir ahora ni voy a dejar que te vayas. Me abraza y grita desde el útero de la creación. Se para la rotación de la tierra. Se levanta, elegante como una diosa hindú. Nos mira. Se hace el silencio. Mi nunca bien pagado ni remunerado Herr Direktor Miquel González rompe el hechizo con su lanza a las cuatro y 23 de la madrugada. Inma se rebela. Se enfada y nos dice: basta ya. Es Domingo de Pentecostés. Tenemos mucho que hacer. Las niñas, desconcertadas, me abrazan, se ponen a cantar y recoger. ¡la mamá, la mamá...! Al fondo de la cueva me pongo a llorar. Vuelvo a bajar y tener seis años en el fondo del pozo hondo y grito: te quiero. No te vayas, por favor Inma.