ALICANTE. Las palabras 'violinista' y 'rebelde' pueden sonar, a golpe de oído, contradictorias. Esa es precisamente la esencia, los mundos opuestos, de Jorge Guillén, conocido artísticamente como Strad, el violinista rebelde, quien acentúa su oxímoron a través de su primer disco, 'Mundos opuestos'. Un primer trabajo de estudio que va de la mano de una gira bajo el mismo nombre, con la que el violinista y su banda pisarán el Aula de Cultura CAM de Alicante el domingo 20 de diciembre, en una especie de preludio navideño.
En este proyecto, el músico y su banda se han atrevido con nuevos estilos, diferentes entre ellos, que van desde Bon Jovi a los Jackson Five, pasando por temas más folclóricos. "La gira anterior estaba muy enfocada a ACDC, Led Zeppelin y temas de ese tipo, pero ahora hemos introducido otros grupos", adelanta Strad, quien confesó en su última conversación con Alicante Plaza que, le encantaría interpretar alguna canción de Rocío Jurado, algo que ahora ha añadido. "Yo lo tenía en mente y, aunque es difícil ponerse a la altura de una artista como ella, lo estamos intentando. Rocío Jurado tiene unas letras bonitas y sencillas, pero con mucha fuerza. Con el violín se transmiten cosas diferentes a las que hacía ella con la voz, pero muy chulas", asegura.
Si bien el público se encontrará con temas conocidos, el músico también ha apostado por composiciones propias, que fluctúan por diversos estilos. Pero la nueva gira no solo se distingue de la anterior en los temas musicales, sino que existe una marcada ruptura con la puesta en escena, que incluye ahora vestuarios distintos y sorpresas "maravillosas", según califica. "La idea era revolucionarlo todo, tanto los aspectos escénicos, como de sonido, el repertorio o las historias. Lo que veníamos haciendo y lo que tenemos por delante son mundos opuestos", juega con el título de su trabajo.
En concordancia con su nueva proyecto, el enfrentamiento más evidente del músico es el mundo clásico versus el rock moderno, ya que, como él mismo explica, tenía "una plaza fija en una orquesta de ópera, con un salario para toda la vida, pero no me sentía realizado ni tampoco 100% a gusto. El problema no era la música -soy un fanático de la clásica-, sino la competitividad, porque tenía que estar demostrando cada día por qué estaba ahí; no bastaba solamente con trabajar y disfrutar de mi trabajo", confiesa Strad, que, al renunciar a su plaza y alejarse de la música más reglada, comenzó a trabajar con diferentes artistas, entre los que destacan Extremoduro, Maná o su compañero de instrumento Ara Malikian, a quien acompañó durante 19 años en sus numerosas giras.
"Por mucho que mi banda actual y yo hayamos dado más de 200 conciertos, es muy difícil empezar un nuevo proyecto sin que me comparen con Ara Malikian, porque somos poquitos en el sector del violín moderno", cuenta. Y aunque se enorgullece de la equiparación con esta "estrella mundial", asegura que son distintos y que "hay sitio para ampliar este terreno, para que la gente nos descubra de una manera totalmente distinta".
En esta ocasión, el violinista rebelde y su banda se dejarán conocer a través de su revolución particular, Mundos opuestos, un disco que llega como un ejemplo de evolución desde la primera gira, "pues es ahora, después de haber grabado, cuando nos damos cuenta de que hemos mejorado musicalmente. Ha sido una fuente de energía para seguir creciendo y ojalá hubiera llegado antes, pero ahora vamos a aprovechar ese crecimiento como músicos", declara. Este primer trabajo de estudio se posiciona como la semilla de una gira de nombre homónimo, cuya creación surgió "casi como una obligación", comenta, pues la situación de pandemia trajo consigo muchas dudas.
"El disco se iba a presentar el 17 de mayo, pero cuando empezó la cuarentena nos planteamos cancelarlo todo. Sin embargo, mi abuela me aconsejó que siguiera adelante y que no se me ocurriera posponerlo, pues ella tenía que escuchar este disco", recuerda. Una sugerencia que aceptó y gracias a la que vieron la luz las once canciones del disco, entre el mix de versiones míticas de la música y las creaciones propias. En los temas también se pueden apreciar salpicaduras de otros músicos -"amigos", según define Strad- que han participado en algunos conciertos, así como una intro especial para el violinista: "Mi abuela colabora en este proyecto leyendo una poesía que escribió cuando yo era pequeño", adelanta.
La gira comenzó a andar hace un mes y, aunque algunos municipios ya han conocido este nuevo proyecto, será la Sala La Riviera, en Madrid, el emplazamiento que acogerá su presentación oficial. "Nos vamos a tirar a la piscina en estas fechas tan complicadas para la cultura, intentando demostrar que es segura, que los conciertos son seguros y se toman las medidas para ello y que, posiblemente, sean el sitio más seguro que hay fuera de casa", reivindica el artista. Tras su paso por Alicante, Mundos opuestos recorrerá diversos puntos del mapa nacional y, si la situación lo permite, en verano cogerá un avión a distintos países de Latinoamérica.