ALICANTE. Muchos y muchas lo consideran ya una celebración, aunque su origen, más que festivo, es de reivindicación. La fiesta del orgullo busca gritar que el colectivo LGTBI (para quien todavía no conozca el significado de sus siglas, Lesbianas, Gays, Transgénero, Bisexuales e Intersexuales) merece conseguir los mismos derechos que disfruta el resto de la sociedad. Podría considerarse una ocasión de doble o nada: por un lado, para reivindicar más alto y, por otro, con motivo de celebrar el amor en sus distintas formas. Pero si esta protesta histórica sigue viva en la actualidad es debido a los disturbios de Stonewall, el Big Bang que "inaugura los orgullos o la lucha tal y como la entendemos hoy día", aclara Toño Abad, presidente de Diversitat Alacant (el colectivo de lesbianas, gays, trans y bisexuales de la provincia), quien recuerda que este año "coincide con el 50 aniversario del suceso, por lo que queremos destacar este momento histórico".
Además de esta conmemoración, la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (FELGTB) ha escogido el lema común de Mayores sin armarios, "para visibilizar la lucha, la memoria y la historia de las personas lgtb que se han batido en cobre por nuestros derechos, que han vivido lo peor de la historia reciente de España, con la dictadura, y que ahora están en la última etapa de su vida, con unas situaciones muy precarias", advierte el presidente del colectivo. "Eso aquellas que han llegado, porque, por desgracia, otras se han quedado por el camino y no pueden contar esa historia de lucha por los derechos", se lamenta.
La celebración de esta señalada fecha llega a la mayoría de ciudades el último fin de semana de junio, aunque Alicante siempre la vive con posterioridad al orgullo estatal: "Somos la única ciudad federada que tiene autorización de la FELGTB para organizarlo después, porque aquí coincide con Hogueras. Como está todo petado y cortado, hemos buscado otra fecha y se ha institucionalizado ya que el orgullo de Alicante es el último en España y se lleva a cabo el tercer fin de semana de julio", justifica.
Es por ello que el sábado 20 se encuentra señalado en la agenda alicantina con los colores del arcoíris, día en que tendrá lugar "la manifestación reivindicativa por los derechos que nos quedan por conquistar y la posterior celebración de lo conquistado con una fiesta, donde habrá actuaciones musicales, dj, etc.", comenta. Y enfatiza que "no se trata de un desfile, sino de una manifestación por los derechos", la cual partirá de Luceros y recorrerá "las principales arterias de la ciudad", como son Alfonso el Sabio o la Rambla Méndez Núñez, para finalizar en la Plaza del Ayuntamiento, "con la lectura de un manifiesto social, porque el orgullo de Alicante es muy ciudadano, no hay empresas ni carrozas, sino 20.000 personas que salen a la calle con pancartas, lemas y banderas", notifica Abad.
El año 2018, esta movilización logró congregar a "22.000 personas, mientras que este año se espera una participación de 25.000", estima. Aunque el soporte ciudadano va creciendo, "lo que más necesitamos es apoyo de las instituciones", insiste el presidente. El del 20 no será el único acto del orgullo alicantino, sino que desde el día 11 se "montará una serie de actividades culturales, divulgativas y artísticas donde visibilizamos la diversidad de una manera cercana a la ciudadanía", explica el presidente, "con actividades abiertas a todo Alicante y de todo tipo, con la intención de que sea una semana variada y la gente pueda asistir a presentaciones de libros, charlas formativas, exposiciones y demás". La intención del colectivo es clara: "Que no solo se quede en la manifestación, pero que tampoco sea únicamente una fiesta", expresa.
La consigna visual del orgullo la aporta Fernando Fernández Torres, el que podría considerarse como ilustrador oficial del colectivo en Alicante, ya que colabora con Diversitat desde hace seis ediciones. Aunque la ilustración es suya, el artista no duda en mencionar que comparte diseño con su socia Luisa Sirvent, ambos de Plátino Estudio. El cartel incluye la imagen de la Plaza de los Luceros envuelta en cuatro banderas: "la del colectivo lgtbi, la trans, la bisexual y la pansexual", enumera el artista, quien apunta que se ha "centrado en los símbolos propios del colectivo añadiéndoles símbolos locales, como Luceros, que es un punto de referencia en la ciudad". Además, ha mimetizado la ilustración con el colectivo a través de pequeños detalles: "He cambiado los caballos por unicornios", desvela Fernández. En definitiva, "el cartel se hace desde Alicante y para Alicante", resume el presidente de Diversitat.
Pese a que el lgtbi se trata de un movimiento social, el ilustrador asegura que "no quería representar gente en el cartel genérico, por el hecho de no anclar el factor humano y que fuera todo más simbólico", otorgándole una mirada "muy local". Este es el requisito que se fija todos los años al elegir algo icónico o que represente Alicante para llevarlo al terreno lgtbi: "Otros años he utilizado el Castillo de Santa Bárbara, la explanada, el mural del Gran Sol...", rememora. Un Alicante "muy abierto, plural, diverso y respetuoso con los derechos", opina Abad, "aunque en las instituciones tenemos a personas que no solamente adoptan un discurso que no nos defiende, sino que, además, nos ataca y nos considera una amenaza", traslada. Y tilda de "problema el odio y el rechazo hacia la diversidad, los cuales tienen que ser erradicados, además de que no se puedan utilizar las instituciones de todas y todos para lanzar un mensaje discriminatorio hacia las personas", reivindica el presidente.