VALÈNCIA (EFE/Antonio Martín/AP). El todavía alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, del PSPV-PSOE, se ha visto forzado a anunciar que en dos semanas dejará el cargo a causa de sus problemas con la Justicia en una situación que recuerda, aunque con diferencias, a lo vivido por la exalcaldesa del PP, Sonia Castedo. La renuncia de Luis Díaz Aperi, antecesor de Castedo y también procesado ahora en la rama del caso Brugal sobre el supuesto amaño del Plan General de Alicante en favor del promotor Enrique Ortiz, se produjo en 2008, antes de que saltase el escándalo y después de que se hubiese archivado otra causa seguida contra él por la adjudicación de tres aparcamientos públicos municipales, precisamente al mismo empresario.
De esta forma, Echávarri se ha convertido en el segundo alcalde de los últimos cuatro en dimitir tras ser investigado (antes imputado) por un juez. Con todo, la diferencia con Díaz Alperi y Castedo está en que sobre Echávarri, investido alcalde hace dos años y medio, pesan supuestos delitos de carácter administrativo (fraccionamiento de contratos y despido de una interina cuñada del portavoz local del PP) y no por supuestos asociados directamente a casos de corrupción, como sí ocurre, presuntamente, en el caso de los políticos del PP por asuntos urbanísticos.
El socialista consiguió en junio de 2015 poner fin a veinte años de gobiernos consecutivos del PP al frente de un tripartito de izquierdas "del cambio", con Guanyar (EU-IU, Podemos e independientes) y Compromís, que tuvo notables desencuentros y falta de entendimiento desde el primer momento.
Echávarri consiguió la vara de mando pese a que su partido no fue el más votado (quedó tras el PP) y pese a que cosechó el peor resultado histórico de los socialistas en la ciudad de Alicante, con solamente el 20,29 por ciento de los sufragios (30.526 votos), que le dieron seis de los veintinueve concejales (dos menos que el PP y empatado a ediles con Guanyar y Ciudadanos).
Pero su habilidad negociadora y las ganas de cambio en las fuerzas de izquierda le facilitó liderar un acuerdo con Miguel Ángel Pavón (Guanyar) y Natxo Bellido (Compromís) para sumar la mayoría absoluta por la exigua diferencia de un concejal sobre la suma de PP y Cs. Sin embargo, el entendimiento de los tres socios no fue lo suficientemente fluido desde un principio, con discrepancias visibles sobre todo con Pavón, y con el paso del tiempo cada partido ha ido por su lado, con poca comunicación con sus compañeros del tripartito.
En los últimos tiempos, Guanyar y Compromís le han reprochado, además, sus "formas y maneras" en el liderazgo de la ciudad y en la relación con ellos. Esta falta de sintonía, según han admitido sus exsocios, ha sido "la gota que ha colmado el vaso" de la paciencia para que dejaran solos a los socialistas en noviembre de 2017, una vez que resultó investigado (figura que sustituye a la imputado) por el 'caso Comercio' y el despido de la interina cuñada del portavoz del PP.
Echávarri se tomó la marcha de sus socios como un nuevo reto y, junto a sus cinco compañeros del PSPV-PSOE, se propuso agilizar la gestión municipal y que los ciudadanos percibieran la impronta socialista pese a su flagrante minoría en el salón de plenos, aunque la Justicia le fue empujando poco a poco al borde del precipicio político.
Los dos procesamientos dictados por los tribunales en las últimas semanas, la reciente moción de censura impulsada por el PP y la exigencia del resto de partidos para que se vaya han enturbiado a ún más el ambiente en torno al socialista, que el pasado miércoles confesó que estaba "hecho polvo" por, en su opinión, un "linchamiento que no es normal".
Su trayectoria política podría haber acabado este viernes "en diferido" en una comparecencia en la sede del PSPV-PSOE, en València, donde ha mostrado su lado más humano y, con un nudo en la garganta, ha explicado que se marchará el próximo 9 de abril para tener aún plazo para que le reemplace su número dos, Eva Montesinos.
Nacido en el alicantino barrio de San Blas hace 44 años e hijo de un navarro y una asturiana, Echávarri es abogado, está casado y es padre de dos niños. Está afiliado desde 2000 a la agrupación alicantina del PSPV-PSOE y en noviembre de 2011 fue elegido diputado en el Congreso de los Diputados, donde cumplió una legislatura.
El 14 de julio de 2012 ganó la elección interna para convertirse en secretario general local del partido en Alicante y el 11 de octubre de 2014 volvió a vencer, esta vez en las primarias, para ser el cabeza de cartel al Ayuntamiento alicantino. Ha ejercido de letrado entre 2003 y 2014 y durante unos años también fue profesor asociado de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales.