VALÈNCIA. El 8 de septiembre los centros educativos de todos los niveles abrirán de nuevo sus puertas ante el inicio del curso escolar. Pese a que el año del confinamiento ha quedado atrás, colegios e institutos mantienen las medidas de seguridad para hacer frente a la crisis sanitaria, en un contexto de incertidumbre marcado por el incremento de la incidencia acumulada en todo el país y en especial en la Comunitat Valenciana, donde los contagios entre la población más joven no cesan y el plan de inmunización de los alumnos de Secundaria, de 12 a 16 años, está todavía en el aire.
Es por ello que las normas establecidas en el período lectivo anterior continúan vigentes en Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, FP y en centros de Educación Especial. Sin embargo, la Conselleria de Educación ha flexibilizado algunas de las pautas de actuación ante la covid y ha reforzado los recursos en el sistema educativo, con la finalidad de agilizar el proceso de adaptación a una nueva normalidad.
Así lo han avanzado en los últimos meses desde el departamento de Vicent Marzà y así lo recoge también el ‘Protocolo de protección y prevención frente a la transmisión y contagio del sars-cov-2 para centros educativos de la Comunitat Valenciana’, publicado el pasado miércoles en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), y firmado por el ‘número uno’ de Educación y por la responsable de Sanidad, Ana Barceló.
De este modo, una de las principales diferencias con las que se presenta el curso 2021-2022 es que la mayor parte del cuerpo docente y el personal de administración y servicios de los centros ya cuenta con ambas dosis de la vacuna -la primera fue con AstraZeneca y en la segunda pudieron escoger Pfizer-. Asimismo, la última semana de agosto comenzará el plan de inmunización de los estudiantes de bachillerato y FP, de entre 17 y 18 años, según avanzó la consellera de Sanidad dos semanas atrás en una reunión con Marzà. Un escenario algo más esperanzador que el del curso pasado, que ha propiciado la implementación de los siguientes cambios:
Este año los grupos 'burbuja' en Infantil, de 3 a 6 años, podrán tener un total de hasta 25 alumnos, frente los 20 estipulados el curso pasado. Y no solo eso, los pequeños podrán interactuar con los compañeros de otras clases de un mismo curso, "sobre todo en actividades al aire libre (patio, deportes, proyectos…)", según establece la última actualización del documento. No obstante, todavía no contarán con la posibilidad de mezclarse con niños de otros niveles, dado que la situación "no es de normalidad completa", advierten.
Además, dado que el personal estará vacunado antes el inicio de curso, los profesionales de refuerzo podrán atender a varios grupos de convivencia estable. También podrán hacerlo los monitores de comedor, cuyas aulas podrán ser de uso compartido entre alumnos de Infantil y Primaria, aunque eso sí, "cada clase, en la medida de lo posible, tendría que tener su carro con todos los utensilios". Cabe recordar que el uso de la mascarilla en menores de 3 años "no será recomendable" y está "contraindicado en menores de 2 años por riesgo de asfixia".
A partir de los 6 años, en 1º de Primaria, la mascarilla será de nuevo obligatoria "con independencia del mantenimiento de la distancia interpersonal o la pertenencia a un grupo de convivencia estable" y "se recomienda" en actividades al aire libre en las que se respeta la distancia de 1,5 metros, aunque esta decisión dependerá del profesor en función de "la evolución de la situación epidemiológica".
Asimismo, una de las principales novedades en esta etapa es que todos los grupos serán ‘burbuja’ hasta 6º de Primaria, pues hasta ahora solo lo eran hasta 2º. Sin embargo, la ratio pasará a ser de 25 alumnos hasta 3º de Primaria y de 30 escolares de 4º a 6º, frente al máximo de 20 estudiantes permitido hasta ahora. También, los tutores podrán ejercer cododencia con otros profesores y podrán cambiarse de aula para impartir las materias en otros grupos.
Se trata de una etapa que presenta uno de los principales retos del próximo curso: garantizar la presencialidad total. De hecho, el 63,8% del profesorado de refuerzo contratado de cara a septiembre se incorporará en los institutos, donde se mantendrá la distancia interpersonal, pero pasará a ser de 1,5 a 1,2 metros entre pupitres.
Por ello, la Administración insta a los centros a "organizar espacios más grandes para situar los grupos con un número más grande de alumnado", incluso en caso de que el nivel de alerta por coronavirus pase a ser de 3 o 4, deben "intentar preservar la presencialidad". Para ello, desde el gabinete de Marzà proponen la impartición de la docencia en horarios vespertinos en aquellos centros que no cuenten con la capacidad para acoger al alumnado en una misma franja horaria.
También apuestan por que los IES realicen las sesiones lectivas al aire libre, así como también en espacios públicos municipales y, en última estancia, contemplan la posibilidad de optar por la semipresencialidad, dando "prioridad al alumnado con mayor vulnerabilidad académica y social". En tal caso, recomiendan la división de grupos, de modo que una parte deberá acudir al centro en las tres primeras horas de la mañana y el resto después del mediodía.
Cabe recordar que el uso de la mascarilla seguirá siendo obligatorio también en los recreos y que los estudiantes podrán mezclarse en estos descansos con las otras clases del mismo curso, según indica el protocolo.
El alumnado con necesidades educativas especiales es uno de los colectivos más afectados por la no presencialidad en los centros y por las restricciones de movilidad entre grupos, dado que, durante el curso pasado, los estudiantes pertenecientes a unidades específicas -como las aulas de comunicación y lenguaje- tuvieron pocas oportunidades de realizar actividades conjuntas con el resto de compañeros en las aulas ordinarias.
Con todo, este año los grupos 'burbuja' serán "aproximadamente de 20 personas" y podrán estar formados tanto por alumnos del aula ordinaria como por estudiantes con necesidades especiales. También podrán estar constituidos solo por alumnos de las unidades específicas y, en ese caso, estos podrán participar en las clases ordinarias "siempre que se tengan en cuenta las medidas de prevención" y "se priorice la actividad al aire libre".
También el profesorado de educación especial podrá permanecer en las clases ordinarias junto con el tutor para ofrecer apoyo al alumnado con necesidades especiales que se encuentra integrado en un grupo de convivencia estable con el resto de estudiantes.
Asimismo, en el documento se establece que el las mascarillas transparentes entre los jóvenes con discapacidad auditiva y con dificultades de audición y lenguaje tienen "un papel importante", cuyos criterios de uso quedan regulado en la orden del BOE 11 de febrero de 2021 por la que se establecen los requisitos de información y comercialización de mascarillas higiénicas.
Al igual que se mantendrá la entrada y la salida escalonada en los centros educativos, esta misma medida se aplicará en actividades extraescolares, que el curso pasado fueron suspendidas en algunos colegios durante el inicio de curso y se retomaron en el segundo cuatrimestre.
De cara a septiembre, en el escenario de la nueva normalidad "se permitirá la interacción entre grupos de edad similares al aire libre" y el aforo se deberá limitar a 20 alumnos mientras que, en caso que aumente el nivel de alerta, deberán reducirse los grupos a 15 estudiantes.
De esta forma, los monitores tendrán la obligación de desinfectar los materiales antes y después de las clases con cada grupo, que podrá almorzar o merendar "a poder ser, al aire libre, por grupos de convivencia estable".