Hoy tendrá lugar la última reunión de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) con Janet Yellen al frente de la institución monetaria norteamericana
MADRID. La Reserva Federal (FED) no tiene urgencia para actuar y, al igual que el BCE, puede esperar a la actualización de sus previsiones en marzo antes de dar cualquier nuevo paso. Por tanto, el encuentro de mañana no deparará sorpresas y se caracterizará por su tono continuista sin desmarcarse de lo apuntado con anterioridad.
Hoy asistiremos a una reunión de transición, en un año en el que las sorpresas serán al alza sobre los precios y salarios en EEUU, haciendo más desafiantes los movimientos de la Fed con la mirada también puesta en los equilibrios de los mercados financieros. Este encuentro se caracterizará por su tono continuista y por ser el último que presidirá Janet Yellen, quien adquirirá un espíritu de transición antes de pasar el testigo a Jerome Powell. De hecho, sin cambios de calado en el escenario y después de subir tipos y dar un paso más en el ajuste del balance en diciembre, creemos que la Reserva Federal no tienen prisa por endurecer su política en enero. Además, el reciente incremento del PCE central en diciembre hasta 1,524% a. servirá de apoyo a la Reserva Federal para que mañana ratifique su hoja de ruta.
El martes pasado, día en el que el Senado confirmaba a Jerome Powell como presidente de la FED, el bono estadounidense a 10 años recortaba ligeramente su rentabilidad, descontando que el nuevo dirigente del banco central estadounidense llevará a cabo una policía monetaria continuista. Sin embargo, recientemente la rentabilidad de los T-Notes ha vuelto a subir. Este aumento, así como los acontecidos en la deuda alemana, responden a la visión global de los mercados hacia un escenario marcado por una menor laxitud de la política monetaria, el cual se ve respaldado por la mejora de los datos a nivel global. De hecho, recientemente el T-Note a diez años rompía la barrera de 2,70% y daba señales de que los inversores ya dan por sentado el endurecimiento paulatino de la estrategia de la Fed (aunque ésta no haga nada en la reunión del miércoles, sí va a seguir restando generosidad en lo que queda de año). Asimismo, las ventas de deuda pública estarían muy vinculadas con el mayor apetito por el riesgo de los inversores y con un S&P500 que no dejar de romper máximos históricos.
En los últimos días la atención se ha centrado en el mercado de divisas, donde el dólar se ha debilitado en los principales pares después de que el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, diera la bienvenida a un dólar débil por las oportunidades comerciales que creaba. El presidente Donald Trump posteriormente desdijo estas palabras, pero el billete verde sigue mostrando síntomas de debilidad. De cara a la reunión de mañana, lo lógico es que Yellen apunte a la necesidad de mantener los equilibrios de mercado, de manera que tampoco repare en exceso sobre las ventajas que puede sacar EEUU de un dólar más debilitado. La fortaleza del euro se explica como un hecho natural de la robustez de la economía de la Eurozona y el desfase en las políticas monetarias en ambos lados del Atlántico. Draghi ya fue claro al recordar el compromiso para no influir sobre los tipos de cambio con fines competitivos, de manera que nosotros descartamos cualquier 'guerra de divisas', algo que recordará Yellen.
Los niveles actuales del euro/dólar no son preocupantes para la competitividad de las empresas de la Eurozona. Los últimos movimientos podrían interpretarse, desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo, como un ajuste, desde una situación de importante sobrevaloración relativa del dólar con respecto al euro, hasta una situación que podremos considerar más 'neutral'. Los movimientos de las divisas obedecen, fundamentalmente, a flujos y suelen tener un importante componente técnico. En ese sentido, las divisas cotizan normalmente en bandas muy amplias, con respecto a sus niveles 'neutrales', por lo que no es descartable que el euro/dólar rompa el 1,25 en el corto plazo. Más allá de eso, ya todo serían conjeturas.
Patricia Mata es responsable de Imdi Funds