VALÈNCIA. Solo son ideas, pero ya se verbalizan en determinados círculos del Gobierno valenciano. Especialmente en las huestes socialistas dado que el propio presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ya ha comentado abiertamente -lo hizo en la entrevista concedida a Plaza- su intención de afrontar una revisión del actual Ejecutivo.
"El Gobierno valenciano lo necesita, por supuesto. Partíamos de una Generalitat en retirada que estaba desatendiendo la capacidad de autogobierno. Tenemos muchas competencias y la arquitectura del gobierno debe fortalecerse para ser más eficaces. Habrá que rediseñarlo porque además tenemos que aprender de la experiencia de estos años y saber dónde hay necesidades supletorias y también dónde hay cuestiones que ya no son tan prioritarias. Ese diagnóstico hay que hacerlo y, después de eso, plantear el nuevo horizonte siempre vigorizando el autogobierno". Eso afirmó el jefe del Consell en la entrevista concedida a la citada revista este mismo mes de octubre, lo que indica la intención de Puig de abordar cambios estructurales si repite en el cargo.
Unas variaciones que, evidentemente, estarán sujetas a los equilibrios que arrojen las urnas. Así, si bien los sondeos apuntan a que la izquierda seguirá gobernando -incluso según algunas encuestas PSPV y Compromís no necesitarían a Podemos- dependerá de si, como se viene apuntando, los socialistas disponen de una mayoría más destacada para tratar de llevar una voz cantante más firme en las negociaciones o, simplemente, si existe acuerdo en la nueva manera de distribuir las competencias del Gobierno valenciano.
Una de las posibilidades que no pocos altos cargos del PSPV han comentado a menudo es la de volver a fusionar en una sola las consellerias de Hacienda y Economía. La primera, actualmente, en manos de los socialistas y la segunda de Compromís. Unas áreas que funcionaron de forma conjunta desde la Legislatura I de Joan Lerma hasta la VIII, en la que el popular Francisco Camps decidió separarlas. Una decisión que prorrogó primero Alberto Fabra y después el Consell del Botànic -una manera de repartir el peso económico entre PSPV y Compromís- pero que muchos consideran en cierta medida antinatural. "Lo normal es que se concentre en un mismo departamento la macroeconomía, los presupuestos, los asuntos fiscales y que por otro lado haya una Conselleria de Industria dedicada más a las empresas y a la microeconomía", reflexiona un alto cargo socialista a este diario.
En este punto, resulta evidente que en buena parte de la presenta legislatura las relaciones han sido complicadas entre Hacienda y Economía. Un hecho que, según recuerdan algunos, ha sido causa común en otros gobiernos de rifirrafes competenciales en los responsables de estas áreas. Cristóbal Montoro y Luis de Guindos fueron dos ejemplos en el Gobierno de España o en el anterior del PPCV, Máximo Buch y Juan Carlos Moragues también tuvieron algunas discrepancias.
Pero, al margen de esta posible fusión, en general las fuentes consultadas apuntan más a la creación de nuevas consellerias. Así, el Botànic ha sido notablemente austero en el número de carteras (una decena contando la Presidencia) en esta primera etapa, si bien se considera que una vez pasada la época de mayor crisis se puede aumentar el Ejecutivo -el PP llegó a tener 15- en algún departamento para agilizar la gestión.
En este sentido, varios dirigentes socialistas mencionan algunas áreas, varias de ellas vinculadas a Presidencia, que podrían tener su espacio propio e independiente como conselleria. Una, sin duda, Turismo, que precisamente estos días ha estado en el debate al ser demandada por la Cámara de Alicante la creación de esta cartera y situarla en Benidorm. Una petición que Puig se comprometió a estudiar.
Hay más, algunos apuntan a la idea la de generar una Conselleria de Interior que incluya policía autonómica, bomberos, seguridad, emergencias y otras cuestiones, unas competencias actualmente también en Presidencia con José María Ángel al frente. Otros opinan que Puig podría poner sobre la mesa una cartera específica sobre Administración Local dirigida a la atención a municipios y coordinación con las diputaciones, una iniciativa que tendría sentido en relación al intento del presidente de la Generalitat en esta legislatura de vaciar -o al menos controlar- ciertas competencias que vienen manejando las corporaciones provinciales.
En esta línea de posibles carteras que emanaran de Presidencia, otra teoría que algunos exponen es la creación de una conselleria de asuntos europeos. Sobre esto, el Gobierno valenciano trató de impulsar asesores específicos en los distintos departamentos para tratar de estar más pendientes de las relaciones con Bruselas y estar a la 'caza' de fondos europeos. Una iniciativa que hasta el momento sigue sin desarrollarse pero que algunos opinan que debería reimpulsarse. Así, la idea sería una conselleria específica con presencia europea y que funcionara con el objetivo de coordinar al resto de departamentos para que no se perdiera ni un céntimo de posibles ayudas y fondos.
Al margen de estas posibles nuevas creaciones, algunos dirigentes se limitan a rediseñar en base a lo existente. No son pocos los que opinan que quizá se podría desgajar Cultura y Deporte de Educación para dar un mayor protagonismo a las dos primeras del que no han gozado demasiado en esta legislatura. Por otro lado, también hay quien opina que Obras Públicas podría tener un calado más único y específico sin llevar adosadas otras cuestiones como Vivienda y, otros, apuntan a generar algún departamento más moderno al estilo del de Ciencia, Innovación y Universidades al estilo del que ostenta el ministro Pedro Duque.
Evidentemente, el futuro Botànic no podría desarrollar todas estas ideas pero es más que probable que alguna de ellas pueda tomar forma cuando llegue el momento de reflexionar sobre la revisión autonómica que contempla Puig y en la que, de repetirse resultados similares en las elecciones a los de 2015, también deberá participar Compromís y quizá Podemos.