El responsable del Institut Valencià de Cultura y el asesor de la Secretaría Autonómica de Cultura se sientan para analizar los datos del Informe sobre las artes escénicas en España y mirar al futuro
VALÈNCIA. El pasado 14 de febrero, se presentó en València el primer Informe sobre las artes escénicas en España, su financiación y situación laboral, que estudia y recopila datos de percepción de unas mil personas a nivel nacional y 129 a nivel autonómico. La radiografía de los y las profesionales de la Comunitat dibujaban, según el análisis de este diario, una situación muy alejada de cualquier triunfalismo. Roberto García, Director Adjunto de Teatro y Danza del Institut Valencià de Cultura, y Josep Policarpo, de la Secretaría Autonómica de Cultura, se sientan para analizar estos datos para Culturplaza, y de paso, hablar sobre algunos de los asuntos de actualidad en las artes escénicas más ligados a la actualidad.
- Empecemos por lo más reciente, que es la publicación del primer Informe sobre las artes escénicas en España, su financiación y situación laboral impulsado por la Academia de Artes Escénicas de España, que se presentó hace una semana. Aunque esté en sintonía con la media nacional, el 74% de las personas encuestadas opinan que la situación actual es mala o muy mala. ¿Desde dónde se trabaja con estos datos?
- Roberto García: Permíteme contarte primero una anécdota muy rápida. No hace mucho, fui a una función del Teatre Nacional de Catalunya y en un coloquio posterior a la función, una de las actrices -de cierta juventud-, después de agradecer al teatro público que diera trabajo a los profesionales catalanes, comentaba que el paro entre los intérpretes en Catalunya superaba el 90%. En ese momento, alzó la mano una persona del patio de butacas que era un actor de Madrid y dijo que en allí el paro aún superior. Con esto, quiero resaltar que el contexto nacional, que ya es muy precario, es uno de los grandes condicionantes de la percepción de las personas encuestadas.
A mí me gustaría decir dos cosas. Primero, que es una encuesta de percepción que se ha hecho entre unas 100 personas, y por tanto, hay que cogerla con algo de cuidado, aunque sí refleja un sentir general. Lo segundo, destacar un par de datos en los que resaltamos sobre otras comunidades autónomas: en la pregunta "¿cómo es la situación respecto a hace dos años?" duplicamos a Madrid o Barcelona en el porcentaje de personas que creen que hemos mejorado; y en "¿cómo será la situación dentro de dos años?" la mayoría también son optimistas. Yo podría coger estos datos de manera egoísta, pero soy consciente de que la sensación en la cultura en general y en las artes escénicas en particular es de una gran precariedad. Más allá de esto, la encuesta señala también respuestas a preguntas como la que dice ¿Cuál es la mejor manera de conseguir nuevos públicos? o ¿Cuáles son las vías de desarrollo mejores?, y las soluciones que proponen los profesionales coinciden con las líneas de trabajo que está llevando a cabo el IVC de manera muy significativa.
- Josep Policarpo: Opino igual que Roberto. Una cosa es que la gente manifieste que n ha salido aún de una situación de precariedad, y otra muy diferente, es el análisis de cuál es la responsabilidad de las instituciones en la mejora de la situación respecto a hace cuatro o cinco años. Y yo creo que, en este tiempo, se han dado pasos decisivos, y es ahora cuando esto empieza a llegar al sector profesional. También creo que el sector arrastra una sensación que representa una foto de cómo estaba la situación hace -al menos- dos años, porque en un dato objetivo como es el de la inversión pública del gobierno autonómico, en tan solo cuatro años, el aumento del presupuesto de la Secretaría Autonómica de Cultura ha sido del 67%. Se trata de una subida considerable que tiene que haberse traducido en una mejora de muchos parámetros...
- Roberto García: Y las ayudas a las artes escénicas en el periodo que comenta Josep se han triplicado.
- Estos datos también reflejan una fuerte dependencia de las artes escénicas a la administración pública, especialmente la autonómica, si nos fijamos en las respuestas de las personas encuestadas en la Comunitat Valenciana. ¿De qué manera señala al sector privado estos datos?
- Roberto García: A mí me gustaría que hubiera un sector privado con más músculo y más presencia en el mundo cultural y en las artes escénicas. Pero también creo que hay cierta contradicción en que estas iniciativas privadas piden una mayor financiación por parte de la administración pública. Esto dice mucho de cómo es nuestro tejido. Yo creo que sería mejor una menor dependencia de lo público; por ejemplo, si desaparecieran las ayudas, el ecosistema de los festivales en toda España temblaría de una manera estrepitosa.
- Josep Policarpo: Yo creo que también depende del grado de madurez del propio sector. En Madrid, o en países como Gran Bretaña, hay un sector privado mucho más potente porque es el fruto de muchos años de apoyo institucional, y aquí aún estamos en ese camino. En la medida en la que las compañías y los festivales se vayan consolidando, la iniciativa privada tendrá más protagonismo, pero aún no hemos llegado a ese punto. Nuestra historia reciente no es tan larga como para tener grandes empresas de producción que puedan asumir, por ejemplo, la puesta en marcha de un musical. También, más allá de Madrid y Barcelona, no hay una ciudad que tenga el público y la posibilidad de ingresos como para poner en marcha esa ambición.
- Roberto García: Es que en Madrid el teatro comercial ha conseguido generar un público, una economía y finalmente una industria, y nosotros no. Nuestro sector está mucho más enfocado a la creación. De todas maneras, si las ayudas sirven para reforzar las salas, que creo que son el motor de la actividad escénica privada, y si las compañías, las giras y el circuito absorve esa oferta, este sector de iniciativa privada (aunque a veces pienso que todo es un gran sector público) cogerá más músculo.
- ¿Qué regusto deja la desaparición del festival Tercera Setmana?
- Josep Policarpo: Tercera Setmana es un tema que hemos hablado mucho, con ellos mismos incluso. La desaparición de un festival nunca puede tener una valoración positiva, pero creo el análisis de este caso va mucho más allá. Creo que es un festival que era difícil de encajar en la ciudad, de encontrar un modelo viable, y tenía un problema de financiación porque, con la dimensión que tenía, no se maduró lo suficiente cuando se creó un diseño suficientemente profundo y meditado para que perdurara en el tiempo. Tercera Setmana fue el fruto de una coyuntura política, de un compromiso político que se adquirió hace un par de elecciones con AVETID pero sin acabar de valorar cómo se pondría poner en marcha y cómo se podía articular. Con todo esto, después nos hemos encontrado con todos estos problemas de falta de diseño. Seguramente si se quería hacer este tipo de festival se tendría que haber creado un patronato o un consorcio que hubiera podido afrontar administrativamente las dimensiones de ese festival. Como no se hizo, los organizadores se han ido dando cuenta que en realidad era como una trampa a nivel organizativo, también por la propia naturaleza de las administraciones públicas, que tenemos un régimen muy rígido en el que nos cuesta mucho tramitar cualquier cosa.
También, a nivel artístico, considero que un festival de estas dimensiones no podía estar en manos privadas o en manos de una organización. Un festival de ese tamaño tendría que haberlo asumido directamente la administración pública por responsabilidad política y también por capacidad.
- Roberto García: Y también tenía un problema de relato. Como el resto de festivales urbanos, nacieron en un momento en el que no había una política cultural y una programación normalizada y Tercera Setmana buscaba su personalidad en la demanda que tenía el público. Ahora que la oferta de la ciudad ha cambiado, ver cosas en el Tercera Setmana que puedes ver el resto del año en el Teatre Principal o en La Mutant le quita poder de atracción a la propuesta.
- Josep Policarpo: Y la propia convivencia con el resto de festivales. La calendarización es muy complicada, y el festival se celebraba en mayo-junio, el momento más crítico del año... Con todo esto, hay que poner en valor todo el buen trabajo que ha hecho AVETID, y con todas las dificultades que tenían, han conseguidos resultados muy plausibles y que se tiene que reconocer. Otra cosa es que, en el contexto actual, no tenga tanto sentido.
- ¿La Comunitat Valenciana podrá recuperar la pérdida del 40% de representaciones y casi 300.000 espectadores de los últimos diez años?
- Roberto García: Yo creo que sí, porque tanto en los datos objetivos como en los que saldrán en el futuro se notará una tendencia de recuperación. No es una curva súper ascendente, pero al menos estará todo más armonizado: más actividad, más contratación, más ayudas, más producción pública... Esto tiene que hacer que todos estos items, de alguna manera, vaya subiendo.
- Lo digo porque la recaudación, sin embargo, ha mejorado, y eso significa una brecha: más dinero para menos compañías...
- Roberto García: Sí, pero esos datos se conocen hasta 2017, y estamos en 2020. Por eso te digo, a partir de 2014 empieza a haber una línea ascendente, así que cuando se haga el estudio hasta 2020, tenemos la sensación (también por los resultados parciales) que la curva seguirá siendo ascendente.
-Josep Policarpo: Los datos que manejamos personalmente -yo desde el Escalante, y Roberto García desde el Rialto y el Principal- nos indican que hay más funciones y más espectadores. Pero es que como espectador, en los últimos años, he ido a salas como Inestable o Carme Teatre, y yo creo que si hay una mayor ocupación.
- Roberto García: O en las salas medianas, como Micalet o Sala Russafa, notas como cierta alegría y ganas de ir al teatro.
- Josep Policarpo: De todas maneras, puedo contar que, desde la Secretaría Autonómica, la recopilación de datos es fundamental para hacer un buen análisis, y a quien más le interesa tener estos datos e interpretarlos es a la institución. Así que vamos a poner en marcha esta recopilación y estos estudios. Lo ideal sería que todas las comunidades autónomas lo hiciésemos así y facilitáramos los datos al Ministerio de Cultura para que hiciera los anuarios. Nosotros vamos a ponernos en marcha lo antes posible para tener y analizar la situación en 2019 e intentar sacar conclusiones lo más actualizadas posibles.
- Más datos: el 18% de los y las profesionales que han contestado la encuesta han trabajado 100 o más días sin cotizar a la Seguridad Social, el 68,9% de los han necesitado ingresos complementarios a las artes escénicas para poder vivir, solo el 21% opina que la seguridad en el trabajo se cumple, el 85% asegura que las condiciones laborales no cumplen el convenio colectivo y la legislación, solo el 5% valora como adecuada la protección social de la que disponen. ¿Hasta qué punto la Administración Pública autonómica puede legislar para corregir estos datos de precariedad absoluta?
- Roberto García: En lo que nos referimos a nuestra acción directa, el año pasado no solo contratamos, para nuestras producciones propias, más de 90 actores y actrices, bailarines y bailarinas; sino también más de 300 profesionales, que ya duplican las personas encuestadas en este informe en la Comunitat. Nosotros siempre pagamos a partir del Convenio Laboral, que indica un mínimo pero no un máximo. Esta acción directa es significativa, igual como el aumento de las ayudas, que suponen mayores ingresos a la compañía y eso afecta directamente a la economía de sus profesionales.
Pero, evidentemente, para que mejoren las cosas se necesitan otras cuestiones; por ejemplo, el hecho de que la economía vaya a mejor para que el consumo cultural suba y eso signifique un aumento de espectadores.
- Josep Policarpo: Hay un dato objetivo que yo creo que refleja muy bien el esfuerzo de la Administración: las ayudas de este año a las Artes Escénicas, en todas las modalidades, aumenta un 50%. Es un aumento muy considerable que, lógicamente, entendemos que repercutirá en las condiciones laborales que planteen las compañías y en la contratación laboral de los profesionales.
- Roberto García: Y todo esto, después del aumento presupuestario para las ayudas en 2017... También hemos revisado las bases reguladoras y las ayudas serán bianuales, lo que supondrá mayor estabilidad de compañías y de salas.
- Josep Policarpo: Y en las bases reguladoras, las ayudas a las salas privadas reflejan que la subvención tendrá que garantizar, como mínimo, las compañías puedan pagar los salarios estipulados por el convenio colectivo.
- Los trabajadores del IVC emitieron un comunicado el pasado mes de noviembre diciendo que estar "al borde del colapso". Tú mismo, [dirigido a Roberto García] comentaste al final de la temporada 2018-2019, que la calidad de la misma se había hecho en base a un sobreesfuerzo que no se podría mantener año tras año. ¿Qué se puede hacer con esta falta de personal, la externalización excesiva...?
- Roberto García: Este es un tema que en realidad es mi día a día. Lo primero que quiero dejar claro es que yo estoy rodeado de auténticos superhéroes, tanto los técnicos como el personal de producción son personas que se multiplican por tres para desarrollar nuestro proyecto, que no es mío sino que es compartido. Pero también he de decir una cosa importante: cuando yo llegué al IVC, heredamos una situación de precariedad absoluta que venía del famoso ERE y ha sido una rémora que no se ha solucionado y que depende de Función Pública, Hacienda y más. Yo llegué con ese problema y continuamos con este problema, aunque he de decir que no depende de tener más o menos actividad. Cuando yo adopté mis funciones, que la actividad era mínima (hasta que yo dinamicé un poco el proyecto), el problema era el mismo e igual de grave, con menos producción y una programación diferente. Lo que yo no podía hacer era ser conservador y pensar en no hacer nada, porque esto ya empezaba a crujir. Y si esta programación y este plan de producción se ha hecho realidad, es porque hemos podido hacerlo.
Por otra parte, la externalización, en algunos casos, se ha optado por unas empresas para contratar a nuestros propios trabajadores, para que no se fueran a la calle. Hay un problema muy grave de temporalidad, con gente que lleva años y años encadenando contratos temporales. Pero como ocurre en Sanidad con los interinos, por ejemplo. No es una situación agradable para ninguno de nosotros. Estamos haciendo un análisis para saber cuál es la plantilla mínima que necesitamos para hacer nuestro trabajo, y a partir de ahí que se estabilice la situación.
- ¿Crees que cuando acabe tu gestión seguirá este problema o ves la luz al final del túnel?
- Roberto García: Yo creo que no tendremos que esperar al final de mi gestión para ver la luz. Este año o el que viene habrán cambios. Temas como las bolsas de trabajo o la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) ayudarán a estabilizar la situación de la plantilla. Nuestro compromiso con las condiciones laborales de esta es total y absoluto.
- Josep Policarpo: Desde la Secretaría estamos trabajando por hacer efectivas las convocatorias públicas de 2018 y 2020, activar las bolsas de trabajo y la revisión de la RPT, que es lo que, de alguna manera, va a incluir más puestos de trabajo.
- Más comunicados: AVETID lanzó el pasado junio uno denunciando el poco cuidado y compromiso de los partidos políticos del Botànic II, que habían prometido una conselleria propia para Cultura. Muchas veces, cuando los periodistas preguntamos a los y las profesionales de las artes escénicas dicen aquello de que la primera legislatura había sido un periodo de prueba que ahora ya se ha acabado...
- Josep Policarpo: No sé si con el tema de la conselleria propia se habla con un buen conocimiento de causa y de las repercusiones reales que pueda tener sobre el sector. Creo que en realidad se trata de que las competencias estén bien definidas y tengas personal y presupuesto para llevarlas adelante, y eso se puede hacer exactamente igual formando parte de Educación como teniendo una conselleria propia. Es más, creo que, teniendo detrás a Educación, que tiene un presupuesto muy importante puede suponer una ventaja a nivel organizativo y económico. Así que no creo que eso sea decisivo respecto a la efectividad de las políticas.
Por otra parte, sobre lo del periodo de prueba, el sector habla de ese tiempo que necesitábamos para reconstruir toda la situación con la que nos encontramos tras el cambio político. El sector tiene que ser exigente con los políticos, porque de eso depende su vida y su profesión, así que yo -básicamente- creo que se trata de mostrar que estarán vigilantes para ver que vamos cumpliendo objetivos.
- Dos preguntas sobre dificultades. [Dirigida a Roberto García] El salto hacía arriba en la cantidad de la programación y los profesionales contratados desde que entraste en la dirección adjunta ha sido importante. ¿Tan difícil era ponerlo en marcha y dinamizar Teatres de la Generalitat Valenciana?
- Roberto García: Yo creo que no era difícil. Lo que faltaba era visión y un proyecto. En la última (larga) etapa de Teatre de la Generalitat no había ni proyecto ni un testeo de las necesidades del sector ni una comunicación fluida con los y las profesionales. Vivíamos tiempos de guerra con enfrentamientos continuos. A veces, cuando hablo con compañeros de profesión, les digo que, si estuvieran en mi lugar, seguramente estarían haciendo lo mismo o algo mejor, pero yo creo que aplicamos medidas de sentido común. No buscamos grandes ideas, sino que queremos normalizar y poner sentido común.
- Josep Policarpo: Eso tiene mucho que ver a que la Administración haya abierto las puertas de las instituciones a profesionales del propio sector. Antes eran instituciones totalmente herméticas, que vivían de espaldas a la profesión y por voluntad propia, además, porque no la valoraba. Abrir esas puertas y hacer protagonistas a los y las profesionales valencianos ha sido el gran cambio político. Y otro cambio importante también ha sido la filosofía de trabajo, que se basa en un nivel de transparencia y participación inaudito hasta ahora. También la igualdad de género, el acompañamiento, las interlocuciones... Es que yo recuerdo como era imposible quedar con la anterior directora general para contarle nada, un proyecto.
- ¿Y es tan difícil garantizar y prever desde la Administración que un activo cultural público se va a quedar sin su máximo gestor, sobre todo cuando habláis de esa importancia de que haya un proyecto? Lo pregunto porque ahora mismo hay plazas por cubrir en Cinema Jove, Escalante o el TEM, por ejemplo.
- Roberto García: Esta es otra batalla diaria mía. Estamos inmersos en un dispositivo burocrático que parece que esté diseñado para dificultar la actividad artística, en cosas como las que comentas. Sí que estamos estudiando medidas para corregir esto, y una vez pasemos esta pantalla, espero que se estabilice una fórmula para diseñar los procesos de selección de las direcciones artísticas. Y que cuando una persona sea elegida, a través de un concurso o lo que sea (es lo que estamos estudiando), pueda desarrollar en el tiempo su proyecto. El tiempo y la continuidad es fundamental, porque sino estamos viviendo una situación de temporalidad eterna. Pero claro, todo esto depende de una fórmula administrativa, jurídica, consensuada, y sin dudas de que sea acorde con la legislación... Y aún estamos en esta fase transitoria.
- Josep Policarpo: De todas formas, no se puede negar que tenemos que mejorar en esta cuestión. Tenemos que saber garantizar la continuidad de los cargos, y aunque es verdad que a nivel administrativo tenemos muchas dificultades y es complejo, ya tenemos cierta experiencia. También es importante intentar que estos procesos no coincidan con periodos electorales, porque si no, ocurre que se eternizan.