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Dani: "El paso del tiempo es mi principal agobio y fuente de inspiración"

La artista debuta con su primer disco 'Veinte', un trabajo en el que canta sobre la incertidumbre generacional que padecen los jóvenes de hoy, sobre el miedo a que el tiempo pase tan rápido y sobre las contradicciones emocionales típicas en la juventud

3/04/2021 - 

VALÈNCIA. La cantante Dani (Vigo, 1997) no se esperaba nada de lo que le ha ocurrido en el último año y medio. Siempre tuvo una gran pasión por la música. Estudió guitarra clásica en el conservatorio desde niña, pero al crecer se dio cuenta de que le gustaba más componer canciones y cantarlas con su guitarra. Entonces empezó a escribir canciones, pero no con la intención de convertirse en una cantante famosa, sino tan solo para ella. 

Al terminar el grado de Publicidad y Relaciones Públicas entró en el sello discográfico El Volcán para hacer sus prácticas universitarias. Es ahí donde toda su vida dio un giro de 180 grados. En aquel momento, el sello estaba trabajando con el artista Aaron Rux. Dani le enseñó un día sus canciones y a él le encantaron. Decidieron trabajar juntos y el sello les acogió. Meses después, el pasado julio, nació Veinte, un álbum de debut compuesto por ocho canciones de un pop muy cuidado, fresco y elegante

La artista demuestra con este disco que ni ser joven, ni principiante, ni carecer de experiencia en el sector musical impiden confeccionar un trabajo complejo a la par que directo y novedoso. Las letras de Veinte reflejan un momento vital -la veintena- más que un sentimiento concreto. Dani canta sobre la incertidumbre generacional que padecen los jóvenes de hoy, sobre el miedo a que el tiempo pase tan rápido y sobre las contradicciones emocionales típicas en la juventud. 

-Tu disco, además de desamor, habla de la incertidumbre de los jóvenes, que se ha visto muy intensificada con toda esta situación pandémica...
-La verdad es que las canciones del disco las escribí antes de la pandemia. Aunque parezca que en muchas de ellas hago referencia al confinamiento o a sentimientos que hemos tenido durante todos estos meses, es coincidencia. Todas las canciones estaban hechas antes. Intento escribir sobre cosas que puedo sentir o pensar. La manera aterradora en que pasa el tiempo, la incertidumbre que vivimos los jóvenes frente a muchísimas cosas... Reflexiono mucho acerca de eso.

-Una de las canciones más profundas del disco es Como solía creer. En ella cantas: “Y aún tardé en comprender que no todo es tan bueno como solía creer, y hoy estoy aquí sentado y puede que mañana no nos volvamos a ver”. 
-Soy una persona que da muchísimas vueltas al tema del paso del tiempo. Es mi principal agobio y al mismo tiempo mi mayor fuente de inspiración. Con esta canción pretendo expresar mis sentimientos encontrados frente eso. Por un lado, el miedo que me da lo rápido que se puede acabar todo lo que estoy viviendo ahora o las cosas que van a venir; y por otro, intentar aprovechar los momentos cuando todo acaba muy rápido.

Foto: PEDRO MARNEZ

-Tu pop contrasta letras tristes con melodías alegres o viceversa, letras optimistas con melodías más nostálgicas. ¿Cómo combinas estas dos cosas?
-Creo que en mi interior siempre hay un poco de las dos cosas. Cuando estoy super contenta, al mismo tiempo me siento un poco nostálgica porque sé que esa sensación de felicidad se va a acabar. Y cuando estoy nostálgica también pienso que va a venir algo mejor. Siempre tengo mucha confrontación de sentimientos, lo cual es muy guay a la hora de expresarlo en mis canciones. Que todas tengan esa sensación agridulce, que la melodía esté luchando contra la letra.

-El disco se llama Veinte porque no sigue un hilo conductor en las canciones (que fueron escritas entre tus 18 y 21 años), sino que refleja una serie de sentimientos e inquietudes que a ti te produce rondar la veintena. ¿Qué dirías que es lo que te da miedo?
-Lo que me da miedo de esta edad es lo rápido que se puede terminar. Al final estamos en un momento en el que hay un montón de estímulos y cambios. Desde hace un par de años, cada año se me pasa más rápido que el anterior. ¡Es horrible! Sé que seguramente esté en el mejor momento de mi vida, y si no es ahora va a ser en escasos dos años. Tengo mucho miedo de que se pase rápido, de no haber disfrutado lo suficiente, de no haber aprovechado lo suficiente las oportunidades... Ese es el sentimiento. Es lo que más miedo me da en la vida.

-Hoguera Existencial suena a grito de rabia, a esa falta de expectativas de las generaciones jóvenes.
-Justamente es la única canción del disco que no escribí yo. Es un regalo muy bonito que me hicieron Nacho y Mauro Canut. Es una canción que se nota que está escrita por semejantes artistas. Tiene una melodía super ochentera, bien alta, reivindicativa y que relata la incertidumbre, el no saber qué va a pasar.

-¿Cómo ha sido trabajar con Aaron Rux?
-Le conocí cuando estaba haciendo las prácticas de mi universidad. Antes de empezar a grabar y mucho antes del disco, llegué al Volcán para hacer las prácticas, porque estudié Publicidad y Relaciones Públicas. Estaba como becaria. Trabajaba para los artistas de El Volcán de ese momento, entre ellos Aaron Rux. Él escuchó mis canciones y encontró algo interesante en ellas. Le apeteció ayudarme a darles forma. Empezamos a trabajar y creamos el universo del disco. Era su primer trabajo como productor, así que fue un proceso muy guay para los dos. Lo recuerdo con mucho cariño, fue genial. Me siento muy afortunada de haber caído en esta familia tan increíble, de haber conocido a Aaron. Todo a raíz de unas prácticas de universidad. No puedo pedir más.

-Si te vas, que ha sido el hit del disco, fue remezclado por La Casa Azul. ¿Cómo ha sido trabajar con uno de los grupos de pop electrónico más notables de nuestro país?
-Es algo que aún a día de hoy pienso y no puedo parar de sonreír. La Casa Azul es uno de mis grupos favoritos del mundo, no solo porque admire muchísimo a Guille como músico y artista en todas sus canciones, sino también porque es un grupo que me trae muchos recuerdos familiares. Tiene un gran componente emocional para mí. El día que escuché la remezcla de Guille no me lo podía creer. Cuando la pongo se me sigue poniendo la piel de gallina. Me parece increíble tener la suerte de que haya querido aportar eso a Si te vas.

Foto: PEDRO MARNEZ

-Están surgiendo muchos artistas que crean su música de forma muy casera, con un par de programas informáticos y un micro decente, desde sus casas. El bedroom pop es un género en sí mismo dentro de todo esto. Es evidente que en tus canciones hay un salto cualitativo evidente con respecto a ese elemento casero. ¿Cómo te ves dentro del mundo del pop?
-Me veo muy adentro de este mundo. Aunque el pop ahora es tantas cosas... Todo esto de los géneros es muy complicado: igual lo que para nosotros es bedroom pop para otra persona es algo completamente diferente. Yo sí que me puedo llegar a encasillar, entre comillas, dentro del pop. Mi música se engloba dentro de este género. De ahí se pueden hacer tantas cosas... Al final, muchísimos estilos son pop. Es muy amplio, y en realidad eso es lo más bonito. Un cantante de pop tiene muchísimas posibilidades.

-Tienes estudios musicales en conservatorio. Últimamente se está rompiendo con esa idea inicial del nuevo pop creado por artistas que no tienen ni idea de música en realidad. Rusowski, tú, o yéndonos a lo más mainstream Amaia, cumplís con esto. Se rompe un poco ese estigma, que continúa en géneros como el trap o el rap. ¿Qué opinas?
-Creo que al final estudiar música en el conservatorio te aporta herramientas y ciertos conocimientos que luego puedes usar a la hora de componer, e incluso te pueden facilitar la comunicación con otros artistas. Es algo que te aporta un montón de cosas. Pero es cierto que conozco muchísima gente con un montón de talento o proyectos super interesantes, gente que controla la música a niveles de composición y producción increíbles, que nunca han estudiado nada de música. No creo para nada que los estudios sean un requisito necesario para hacer buena música. Es cierto que, en mi caso, gracias a haber estudiado en el conservatorio compongo de la manera en que lo hago ahora. Voy al estudio y puedo comunicarme con Aaron o con quien sea de una forma muy rápida y fluida. Puedo expresar mis ideas, etcétera, de manera más clara. 

-Pese a esa cierta complejidad tanto en voces como en instrumentos, los mensajes que lanzas son muy directos y, en realidad, cotidianos. ¿Qué te inspira para escribir tus canciones?
-En la mayor parte de los casos me inspiro en vivencias y pensamientos propios. Pero algunas canciones las escribí pensando en situaciones que estaba sufriendo gente a mi alrededor, que no me afectaban directamente, pero sí indirectamente, porque tengo personas cercanas que están pasando por ciertos procesos y me veo ciertamente involucrada en ellos. Siempre intento escribir sobre cosas que conozco o puedo sentir, aunque no sea en primera persona. 

-Tienes veintitrés años. Sorprende que tengas tan pronto una propuesta tan sólida como Veinte, siendo tan joven. Además, vienes de una familia de artistas y has pasado por televisión. Háblame de tu trayectoria. 
-Siempre me encantó la música. En casa mostré mucha inquietud. Somos cuatro hermanos y en realidad soy la única que se interesó por el mundo musical y artístico. Mis padres me animaron a estudiar en el conservatorio desde pequeñita. Estuve allí hasta que terminé el grado profesional. Pero en los últimos años me di cuenta de que mucho más que estudiar guitarra clásica, lo que me encantaba era llegar a casa y ponerme a cantar y a componer con la guitarra. Empecé a escribir mis primeras canciones, que las guardaba para mí. No iba más allá. Fueron pasando los años hasta que caí en El Volcán al terminar la carrera. Les encantaron mis canciones, empecé a trabajar con Aaron y sin darme cuenta casi terminé un disco que se publicó el pasado julio. Desde entonces me mudé a Madrid y estoy grabando cosas nuevas que espero que puedan empezar a salir pronto. 

-La estética del disco también es importante. Los videoclips muestran una especie de mundo muy naíf y caótico en el que te encuentras tú, en medio, cantando, y con aspecto seguro pese a todo lo que ocurre alrededor. ¿Qué habéis querido transmitir con esto?
-Creo que al final toda esta unidad existe porque tuve la suerte de poder trabajar en todo lo estético, desde los vídeos hasta la portada, las fotos..., con Silvia Coca, una artista madrileña super talentosa con la que conecto genial en todos los sentidos. Lleva ayudándome y trabajando conmigo en todo esto desde el principio. Junto a otras personas que también me han ayudado muchísimo creamos este proyecto que sí, es un poco caótico, pero a la vez dulce y divertido.

Foto: PEDRO MARNEZ

-Además de La Casa Azul, quiénes son tus referentes musicales?
-Por una parte están los artistas que escucho desde que soy muy pequeña, como Oasis, Blue, Los Beatles... Un montón de grupos que se escuchaban en mi casa desde que soy un bebé. Luego están los artistas más contemporáneos que he ido descubriendo en los últimos años. Destacan un montón de grupos de pop francés y luego también artistas del mundo urbano como Bad Bunny. 

Mi mapa de influencias es super variado. Soy mucho más de meterme en playlists para descubrir un montón de artistas diferentes que de escuchar discos. No soy de ese tipo de consumidora de música en este momento, entonces estoy continuamente descubriendo un montón de artistas que me encantan. Los que te puedo decir hoy pueden ser super diferentes a los que te diría dentro de una semana. 

-¿Próximos proyectos?
-Estoy en Madrid desde septiembre grabando un montón de canciones nuevas. Tengo también algunas colaboraciones. Empezará a salir todo dentro de muy poquito, tengo muchas ganas. Estoy haciendo también algunos conciertos. Es lo que tengo previsto para los próximos meses. 

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