VALÈNCIA. Cynthia Clark, profesora de la Bentley University de Boston, fue una de la decena de expertos internacionales que hace un mes participó en una interesante jornada sobre gobierno corporativo celebrada en la sede de la Fundación de Estudios Bursátiles y Financieros (FEBF), que fue organizada por el Centro de Gestión de Empresas (CEGEA) de la Universitat Politècnica de València y el Harold S. Geneen Institute de la Bentley University.
Dicho instituto fue constituido en el año 2008 gracias al mecenazgo de Harold Geenen, primer ejecutivo de ITT entre 1959 y 1977. Hablamos de una compañía manufacturera global que cotiza en la Bolsa de Nueva York con una capitalización de unos 3.500 millones de dólares. Cuando cesó como primer ejecutivo, ITT era la undécima empresa estadounidense, cuyas prácticas empresariales impuestas por Geenen eran seguidas y replicadas en numerosas empresas como llegó a reconocer el prestigioso rotativo The New York Times.
"En el Harold S. Geneen Institute definimos el gobierno corporativo con la calificación más amplia de cubrir los derechos y responsabilidades de todos los stakeholders. Esto no significa que se pase por encima de otros temas clave como la coordinación o el control, el alineamiento o las desviaciones. Toda la investigación doctoral de los estudiantes se centra en las vías institucionales y corporativas para que las personas y las empresas cumplan mejor con los derechos y obligaciones legales". Así responde Cynthia Clark a Isabel Giménez Zuriaga, directora general de la FEBF, en una entrevista recogida por este diario.
A juicio de Clark, "los códigos de gobierno corporativo crean una atmósfera de buena conducta. El problema es que son de cumplimiento voluntario y que no hay una penalización real por no cumplir. A pesar de ello, los códigos son de dominio público y uno de los más importante en Estados Unidos es el Federal Sentencing Guidelines para que las empresas muestren una conducta ética". Precisamente la profesora ya apuntó en su ponencia en el workshop organizado por la FEBF, la Asociación de Empresarias y Profesionales de Valencia (EVAP/BPW Valencia) y el Instituto de la Empresa (IE) que “los retos de un mejor gobierno corporativo se encuentran en el terreno de una mayor diversidad de género, una adecuada retribución a los directivos, la permanencia de los consejeros y la gestión del activismo accionarial”.
La mayor diversidad de género no se da precisamente entre los consejos de las cotizadas españolas aunque también sucede en Estados Unidos. "La presencia de mujeres en los consejos de allí está creciendo lentamente pese a larga existencia de otras cuotas en la regulación vigente. Las cuotas de género son fuente de una fuerte polémica y un tema espinoso", advierte Clark, que entiende que con sus pros y contras "parece la única forma de cambiar los números y mejorar la representatividad de las mujeres a un ritmo más razonable, especialmente cuando se compara el progreso de este porcentaje con otros países (con cuotas de género)".
La profesora no dudó en alabar el buen trabajo de la FEBF en los 25 años que lleva dotando de una mayor cultura financiera a los valencianos. "La educación financiera es muy importante y en este sentido valoro el trabajo realizado desde la FEBF de forma muy positiva. Es importante orientar la labor hacia toda la sociedad, no sólo a los segmentos con mayor formación o con mayor volumen de ingresos".
Clark recuerda la problemática del envejecimiento de la población y para ello tiene claro que la formación "en edades tempranas cubriría muchos huecos de ignorancia financiera (desde entender lo que es una cuenta bancaria, hasta descifrar un tipo de interés compuesto o aprender a invertir en bolsa). Por ello, sería muy deseable incluir esta formación introductoria en finanzas en la educación básica, dadas sus externalidades positivas".
Entre otras cuestiones, la profesora también recuerda en dicha entrevista el potencial del mercado de la inversión sostenible -y más tras la elección de Donald Trump como presidente de EE UU-, que "es muy grande y va avanzando a su ritmo, mostrando no solo que es el camino adecuado sino además que es rentable para las empresas. Los inversores demandan este tipo de valores para sus carteras en el largo plazo, y son valores rentables. Es una tendencia que ha llegado para quedarse independientemente de quién sea el inquilino de la Casa Blanca".