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de 'tattoos' a un centro de yoga

Cuando el tamaño de tu negocio sí importa

8/04/2019 - 

VALÈNCIA. Decir que el tuyo es el estudio de tatuajes más grande de España igual no te da clientes pero te facilita al menos algún titular. Más si el estudio se emplaza en una tierra limítrofe conocida por sus bodegas de solera y el caballo cartujano más que por el arte urbano. Combinando la tradición con lo nuevo bautizó Eduardo Bernal su negocio con el nombre de Baco Tattoo, el mayor estudio de tatuajes en Andalucía y uno de los primeros de Europa en implantar el modelo americano donde los tatuadores trabajan como autónomos.

En total, el estudio ocupa una superficie de 280 metros cuadrados repartidos en tres plantas, en pleno centro de Jerez. La idea original de Edu Bernal era amortizar el local subcontratando espacios a otros autónomos dentro de su misma especialidad y compartir gastos de mantenimiento. Con el tiempo, podría abrir la puerta a otras disciplinas y diversificar la oferta, como el yoga o galería de pintura pero, por el momento, prefiere poner el foco en el tatuaje y cobrar cierta fama en ese sector. Por el momento, tiene ya listas de espera de más de 40 días. 

Como canal de difusión se vale, sobre todo, de Instagram, que le ha dado nombre en todo el mundo. “Prácticamente el 100% de la clientela me  descubre a través de internet y me sorprende cuando llegan clientes desde Holanda o de Francia para tatuarse en Jerez que no es precisamente una ciudad de paso”, comenta. 

Él perfeccionó la técnica en Estados Unidos donde “rulé mucho”, cuenta, porque estuvo trabajando en diversos estudios de Nueva York o Miami. Aquí se inspiró para trasladar luego el modelo de negocio de “colaborar con otros tatuadores que, en lugar de trabajar como asalariados o cobrando comisiones del dueño del establecimiento, prefieren alquilar un box y trabajar a su aire”. 

Dice que se siente realizado con el trabajo y que el negocio, a punto de cumplir un año de vida, le va bien. Pero el gran sueño, cuando consiga reunir el dinero suficiente, sigue siendo dedicarse al arte.

El espacio más grande dedicado a yoga y bienestar

“Encontrar el local es lo que más tiempo nos llevó. Buscábamos una buena ubicación, en el centro de Madrid, cerca del eje Castellana, que tuviera luz natural y muchos metros cuadrados. A eso hay que añadir la negociación del alquiler, que no siempre es fácil”. Lo cuenta Ana Rabanal, socia fundadora, de El Gong  junto a Luis Moreno y Pablo Meléndez. 


El Gong, un inmenso club de Yoga y Bienestar, se abrió en 2016, como una alternativa a los típicos centros de yoga de barrio, pequeños, con horarios restringidos debido a la escasez de profesores y no siempre con las mejores instalaciones. “Así que decidimos hacer nosotros el club de yoga al que nos gustaría ir”, dice Ana Rabanal.

Actualmente, El Gong es un espacio en pleno barrio de Chamberí (Madrid) que ocupa la primera planta de edificio, en total 900 m2. En él se propone un concepto en el que confluyen actividades como club de bienestar, centro de yoga y meditación, estudio de Pilates, con salas de masajes y nutricionista, restaurante (deli) con comida sana, salón-biblioteca y una tienda dedicada al yoga y al bienestar.

El establecimiento abre todos los días del año con un horario amplio “porque sabemos lo difícil que es encontrar un hueco y proponemos una oferta completa de clases y estilos…Ofrecemos más de 100 clases a la semana”.

Teniendo en cuenta el modelo de negocio que han desarrollado se entiende que el tamaño del local estuviese ligado desde el principio a la inversión. En cuanto a si resulta más complicado gestionar un megaespacio que un negocio de dimensiones normales, Rabanal no observa una complejidad añadida, “salvo la evidente de que tienes más metros de los que ocuparte. La ventaja es que entran más alumnos y eso te permite crecer y ser más rentable con el mismo  número de personas trabajando”.

Pero no debe de ser siempre tan sencilla la gestión de estos espacios gigantescos. También El Paracaidista se anunció en su día como el concep store más grande de España comparándose con el Colette de París. Con cerca de 3.000 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas, algunos lo consideraron un “imprescindible” en Malasaña. Sin embargo, apenas sobrevivió los dos años. A comienzos de 2019 bajaba la persiana sin decir adiós a sus miles de clientes que, según sus promotores, recorrían las dependencias a diario.

A la sombra de un grande

Pero son las multinacionales las que más entran a la greña en esto del tamaño. “Zara abre en Madrid su tienda más grande del mundo”, “Primark inaugura su segunda tienda más grande de España” fueron titulares de los principales medios de comunicación en su momento. Algunos recordarán todavía las imágenes difundidas el día que Primark abrió su supermercado de ropa de más de 12.400 metros cuadrados en cuatro plantas en la Gran Vía de Madrid.

Y aunque eso de ser la primera o segunda más grande corresponde a un título efímero, arrebatable en pocos meses, hay que reconocer que generan en el imaginario colectivo tal impresión de grandeza que parece obligada la visita. De hecho, el Primark de Gran Vía sigue siendo uno de los establecimientos más transitados en Madrid, tanto que hay negocios colindantes que aprovechan la proximidad como reclamo. “Ubicado en un lugar privilegiado de la capital, en semiesquina a la calle Gran Vía, a tan sólo unos minutos caminando de la Puerta del Sol, La Plaza Mayor y el antiguo Madrid de los Austrias. Hotel Avenida Gran Vía, en pleno centro de Madrid. A sólo 100 metros de Primark Gran Vía". Esta es la presentación que puede leerse del Hotel Avenida Gran Vía (Madrid) en el arranque de su página web. 

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