TORREVIEJA. Era casi indispensable que un festival llamado Crazy Urban lo inaugurara Locoplaya. Pese a que Don Patricio, Bejo y Uge llevan sus carreras en solitario, los integrantes de crazy beach no dejan de lado el grupo que les propulsó a la fama. Aunque los naturales de El Hierro no tenían cerca su caleta tantas veces cantada, Torrevieja los ubicó al lado del mar, en el recinto al aire libre Eras de la Sal. El verano hecho grupo, el helado de fresa derritiéndose -porque Locoplaya no se concibe sin colores ni en otra estación-. Así llegaron a la provincia de Alicante el viernes 13 de julio, colchonetas y pistolas de agua incluidas, como atrezzo y homenaje a sus Islas Canarias.
Espectáculo de luces, humo y una combinación de los tres músicos como frontman, hicieron un repaso por sus éxitos, desde CanariAss hasta Qué dice la juventud?, pasando por Cuelga tú o el que podría convertirse en el himno del festival: Crazy. Entre tema y tema, a capelas de jingles de anuncios. De cadenas de supermercados y otros comerciales. El sinsentido canalla y humorístico que caracteriza a Locoplaya en los videoclips y también sobre el escenario, pese a tener a un público bailando sentado por las restricciones de ya todos sabemos qué.
Además de las canciones conjuntas, también hubo hueco para algunos éxitos individuales, como los producidos por el argentino Bizarrap (no presente en el bolo, para lástima de muchos y muchas). Ya cerca del final, los chicos del grupo más crazy y playero recordaron que lo que tiene el trío es pa’ toda la vida, cantando el tema con ese mismo nombre. Una indirecta que todos esperan sea una declaración de intenciones para que, por muchos años que pasen y muchos éxitos que cosechen por separado, sigan llevando el flow más tranquilo, descarado y estival a todos los shows.
Tras unos minutos para respirar y aún con el confeti de despedida por los suelos, el escenario llamó a Le crie de la rue (el niño de la calle), como ha bautizado al que será su segundo trabajo. El granadino Prok salió casi sin hacer ruido para cantar al aforo completo su carta de presentación, la misma con la que abría su primer disco en solitario, Rojo y Negro. Con actitud de líder, empezó a mover los cuellos del público con rap consciente, reivindicativo y con referencias a la filosofía y cultura clásica.
El 50% de Ayax y Prok hizo suyo el show con el tercer gemelo en discordia, DJ Blasfem, a los platos. La amenaza, con su melodía a lo West Coast, introducía Le crie de la rue, su nuevo álbum que pronto verá la luz y que ya ha adelantado cinco de los seis temas que formarán parte de él. Prok, la voz de la serpiente, rapeó por tangos, boom-baps y jazz. Y soltó barras en freestyle y otras que recitó al público prometiendo que algún día publicaría en formato tema. Como sorpresa, invitados especiales al espectáculo a través de videollamadas, como Fernandito Costa, el también rapero, amigo y otro handiwandi (apodo que los gemelos tienen para llamar a sus fans).
Prok fue, en la primera noche de la primera edición de un festival crazy, desgarro sobre el escenario. Spirit, Salvatore Manzano, Deos sucios o la tan exitosa Fresas con nata también sonaron en la cita, seguidas por Yo la quiero, mamá, una declaración de intenciones hecha música. Pero si algo hizo Prok fue armar una vía de escape, pues puso la canción para canalizar la rabia y la protesta, apoyado por los puños en alto del público.
Una terapia que podría tener continuación con el round 2 de mano de las voces y shows de Recycled J y Bad Gyal, en un festival que ha apostado por los números uno del panorama nacional y la seguridad frente al coronavirus.
El artista granadino llega a las Nits de Vivers este viernes con adelantos de su próximo disco 'Le cri de la rue'. Culturplaza conversa con él sobre su trayectoria, la industria, el ego en el rap y sus próximos proyectos