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Corrupción en la ONU: "El dinero de todo el mundo... no es de nadie"

La última entrega de Documentos TV recoge denuncias de corrupción en las Naciones Unidas de una gravedad intolerable y ante la que nadie rinde cuentas, tampoco aquí

3/12/2016 - 

VALENCIA, A veces te queda patidifuso viendo los informativos de televisión. Esta semana se ha dado una noticia con megáfono que era estrambótica. Un pueblo de 26 habitantes iba a tener una estación del AVE. Así dicho parecía un despilfarro, una locura, un suceso surrealista, propio de una película de Berlanga. Pero si le preguntabas al profesor Google la cosa cambiaba considerablemente.

Primero, veías que la noticia tenía seis meses ya de antigüedad. Segundo, que en esa zona es donde está proyectado un intercambiador de trenes con Portugal y es el único sitio llano donde podría hacerse el apeadero, que ni siquiera es una estación.

La inversión en el AVE puede ser desproporcionada, un derroche, se puede poner en duda de muchas maneras, de hecho se echa de menos más debate sobre algo así en televisión, pero noticias incompletas para hacer chanza que te obligan a ir a Internet a ampliarlas porque eres consciente de que te han desinformado... mal asunto.

Todo lo contrario que con los clásicos. Días antes de esta comedia, Documentos TV publicó un documental demoledor. Impactante. Se trata de una producción francesa, 'ONU, la sombra de la impunidad'. de la periodista Pauline Lietar. Las palabras que dan título a este artículo las pronunciaba un abogado azerí de Nueva York especializado en defender a funcionarios de la ONU involucrados en casos de corrupción.

"La gente siempre ha sido codiciosa y sigue siéndolo. Por desgracia, la codicia sigue mandando en la ONU. Hasta dónde yo sé, el número de detenciones en la organización cada año sigue siendo el mismo. No es que sean muchos, pero aparentemente el número de transacciones en beneficio propio o de malversación e incumplimiento de obligaciones fiduciarias se mantiene al nivel.

Lo principal es que el dinero de las Naciones Unidas pertenece a todo el mundo y el dinero, cuando es de todos, no e de nadie. Y eso es lo que genera esta situación, la oportunidad de robar. Y así seguirá, es posible que dentro de unos siglos la corrupción seguirá y nada haya cambiado, pero yo tendré trabajo asegurado para el resto de mi vida".

No está exagerando. En una organización supraestatal que no rinde cuentas ante nadie los casos de corrupción superan la ficción. Pasen y vean.

Haití. Es el primer caso que aparece. La ONU tenía firmado unos contratos con una empresa para que tratara las aguas residuales de la base de los cascos azules, que era como una pequeña ciudad. Se supone que para firmar un contrato con la ONU, la empresa debe cumplir estrictamente la legalidad, pero no fue el caso.

La empresa cogió las aguas fecales de los soldados y las tiró en el río. A varios kilómetros la atmósfera era pestilente, pero no se trató de un problema de olores. El agua se filtró y llegó a un río en el que la gente bebía y pescaba. Había soldados que traían el cólera de sus países, de modo que, cuenta el documental, hubo una epidemia de esta efermedad, que se creía erradicada en Haití, en la que murieron nueve mil personas. ¿Qué sorpresa se encontró la periodista que hizo esta operación? Que la ONU siguió contratando a esta empresa después de esta barbaridad.

A mí no me investigue

El siguiente paso fue pedirle explicaciones a Dmitri Dovgopoly, director de la división de adquisiciones de la ONU, en Nueva York. El funcionario lo que viene a decir es que desde la sede principal no pueden supervisar los contratos que se firman en otros países. ¿Entonces quién los supervisa? No se sabe. Y ahí queda la entrevista, el señor Dmitri se enfada por las preguntas y expulsa a la periodista del edificio con una elocuente acusación: "¡Me está usted haciendo un reportaje de investigación!"

No solo es esto. Se tratan numerosos casos. Especialmente sangrante es el de Kosovo por las cifras que se manejan. Desde el bombardeo de la OTAN a Yugoslavia, tras la resolución 1244 de la ONU que puso fin al conflicto, el territorio quedaría administrado por una misión de la ONU, la UNMIK, que tuvo que transformar la naturaleza de su misión tras la declaración de independencia de Kosovo en 2008.

El denunciante, detenido 

La periodista entrevista a James Wasserstrom, ex funcionario de la ONU que fue expulsado de Kosovo en 2007. Trabajó durante 28 años para las Naciones Unidas pero en el pequeño país balcánico acabó su carrera. En la época en la que la UNMIK gestionaba todo el territorio, descubrió una red de sobornos durante una licitación cuya mayor mordida, según su testimonio, alcanzaba un 10% de 350 millones de euros.

Cuando quiso recurrir a las autoridades competentes no pudo, porque eran ellas las que estaban en la trama. Denunció la corrupción en la sede central de la ONU y su vida desde entonces, explica la periodista, se convirtió en un infierno. Fue detenido por los presuntos corruptos. Le prohibieron la entrada en todas las instalaciones. El delincuente fue él.

Y fue despedido. Lo mismo ocurrió con todos los que denunciaron irregularidades. En algunos casos fue gente que denunció trata de seres humanos, incluso menores. Hasta uno de los encargados de la supervisión anticorrupción de la propia organización fue apeado amablemente por poner exceso de celo en su trabajo.

Con todas las horas que gastamos en debates estériles, es una pena que después de este reportaje tan inquietante no tuviéramos una tertulia, una entrevista a algún alto funcionario de la ONU que rindiera cuentas ante la opinión pública española de todas estas denuncias.. Sería lo más normal pero, es curioso, usted y yo sabemos que estamos a años luz de algo así.

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