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'informe del estado de la cultura 2018'

Contentos pero no mucho: este es el sector cultural con el que se encuentra José Guirao

20/06/2018 - 

VALÈNCIA. “No nos debemos relajar”. Esta fue una de las últimas ideas que verbalizó Inmaculada Ballesteros, directora de l’Observatori de a Cultura i la Comunicació de la Fundación Alternativas, durante la presentación en València del informe El estado de la cultura en España 2018: España y el espacio cultural Iberoamericano, que acogió el Museu de Belles Arts. Su mensaje iba en perfecta consonancia con las conclusiones del informe, un documento que invita a un “optimismo moderado” sobre la recuperación de un sector que, en estos días, vive algunas de sus jornadas más agitadas, con la tramitación del Estatuto del Artista o la creación del Ministerio de Cultura y Deporte, capitaneado por José Guirao. Si bien, esto último se sitúa entre el presente y el futuro. Tras analizar el último año, la encuesta impulsada por la fundación puntúa a la Cultura en España con un 4,7 sobre 10, un suspenso que, sin embargo, supone la mejor nota desde el primer informe (en 2011) y rompe la tendencia descendiente.

Durante la presentación del informe también intervinieron José Ignacio Pastor, presidente de ACICOM (Asssociació de Ciutadania i Comunicació); Toni Gisbert, secretari d’Acció Cultural del País Valencià, y Beatriz Barreiro, profesora de la Universidad Rey Juan Carlos y autora –junto a Alfons Martinelli- del capítulo sobre los derechos culturales. El estudio reflexiona especialmente este año sobre el Espacio Cultura Iberoamericano, apuntando como “fundamental” la revitalización de la cooperación entre España y Latinoamérica, aunque no es la única novedad del texto, que también trabaja sobre las distintas lenguas del país y la situación del patrimonio cultural, entre otras temáticas. 

Cuestión de números, uno de los datos más reveladores que se extrae del informe ejemplifica esos sentimientos encontrados, entre la mejora con respecto a los ejercicios más próximos y la decepción de una deriva cargada de dudas. “Tenemos 2.500 empresas más y hemos perdido 50.000 puestos de trabajo”, reflejaba Inmaculada Ballesteros. En este caso, la autora destaca la creación de compañías vinculadas a los sectores digitales y, como ejemplo, el mundo del videojuego, así como una “perversión”: la problemática de los falsos autónomos. De igual forma, también habla de un cambio de paradigma por el que se seguirá perdiendo empleo “por cuenta ajena” para poner más peso en la balanza al empleo “por cuenta propia”. “Olvidemos completamente ese trabajo tradicional, en el que empiezas a trabajar a los veinte años a una empresa y te jubilas con 60 y pico en la misma. Eso se acabó”, añade.

Por supuesto, era imposible no mencionar el actual panorama político-cultural, con un ministro recién llegado, José Guirao, y una cartera que comparte con Deportes, aunque ya no con Educación. Algo es algo. En una situación similar se situaba el primer informe realizado por la Fundación Alternativas, aunque en este caso en el inicio de la crisis económica, un primer estudio que analizaba una Cultura que en este momento administraba Ángeles González-Sinde desde el Ministerio de Cultura.“Deberíamos ser optimistas, pero también realistas. No confiarnos demasiado. Nos han dado un ministerio pero no otras herramientas que necesitamos”, recalcó Ballesteros ante un panorama que todavía tiene muchas urgencias, como el mencionado Estatuto del Artista o la Ley de Mecenazgo.

También crítico con la administración se mostró Toni Gisbert, que lamentó que Educación “se ha comido” a Cultura en la conselleria liderada por Vicent Marzà. “La cultura es una asignatura pendiente […] Del Ayuntamiento ni hablo”. Aunque el informe hace pocas referencias explícitas a la Comunitat Valenciana, sí trata ampliamente una cuestión que le toca de cerca: la relación entre las distintas lenguas del país. Esta es una de las preguntas novedosas que se plantean en el cuestionario realizado a distintos agentes culturales, que deben puntuar si las culturas en lenguas minoritarias del estado español están suficientemente representadas y promocionadas. ¿El resultado? Un claro suspenso: 3,9 puntos.

Necesita mejorar

Los resultados de la quinta encuesta realizada por la fundación con distintos agentes culturales españoles revela una mejora en la percepción del sector, con 4,7 puntos, frente a los 4,4 de 2017 y mejorando incluso las notas de 2016 (4,6) y de 2014 (4,5). Sin embargo no recupera el aprobado inicial de 2011 (5,1). El suspenso del estado de la cultura en España se mantiene, pues, pero se invierte la tendencia a la baja y se comienza a recuperar terreno en lo que podría calificarse de un optimismo “prudente y moderado”. En comparación con las calificaciones medias recogidas en 2017, los datos son generalmente mejores en todos los apartados. De esta forma, según el informe la creación continúa siendo la esfera cultural más valorada (5,7), seguida del consumo cultural (5,4), con incrementos de tres y dos décimas sobre 2017, respectivamente. Mejoran también las notas de la producción y edición, y de la distribución y comercialización, que rozan el aprobado (4,9 y 4,8, respectivamente), manteniéndose dentro del suspenso la puntuación de las políticas públicas y las estrategias comerciales (3,9) y la proyección exterior (3,8).

Desglosado el documento por sectores, la creatividad publicitaria y el diseño se mantienen en el primer puesto del ránking (5,3), y suben las artes visuales (4,7), mientras que el sector del libro y las bibliotecas baja hasta 4,3 puntos. Por su parte, el sector de la cultura deposita sus esperanzas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y las redes digitales para la conexión entre creadores y públicos (7,32); el boca a boca entre usuarios (6,68); el incremento de la creatividad (6,2) y la libertad de elección de los consumidores en Internet (6,30).

 Por otro lado, los puntos débiles del sector son la efectividad de las políticas públicas (3,10) y su defensa de la remuneración justa del autor (3,4); el apoyo a la sostenibilidad económica de la cultura (3,59) o el respeto a su autonomía (3,77). También malas notas para prácticamente todas las preguntas relativas a la proyección exterior o la cooperación cultural, desde los intercambios con la UE (3,64), la proyección de las PYMES (3,12), la equidad de los intercambios (3,49), las políticas de cooperación (3,54) o la potenciación de la presencia de productos culturales iberoamericanos (3,70).

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