VALÈNCIA. Telefónica y BBVA se han situado en el 'Top 5' de las 50 cotizadas que forman parte del principal índice bursátil europeo -y uno de los referentes del planeta- como es el Euro Stoxx50, ofreciendo rentabilidades superiores al 6% en estos tiempos donde se imponen los 'tipos cero'... y que seguirán así hasta el verano que viene como lo indicó este pasado jueves Mario Draghi en la reunión del Banco Central Europeo (BCE).
Concretamente la operadora presidida por José María Álvarez Pallete iguala el 7,4% que ofrece el líder francés de la energía solar Engie. Por su parte, el banco liderado por Francisco González ocupa la cuarta posición, con un 6,1%, por detrás de aquellos de su colega italiano Intesa San Paolo (6,9%).
Los dos 'blue chips' españoles ofrecen tamaña rentabilidad ante el mal tono bursátil que viene acusando en lo que va de ejercicio y valen en bolsa casi lo mismo. Así, Telefónica (TEF), que precisamente este viernes abonó 0,20 euros por título a sus accionistas y los abonó a través de las oficinas del BBVA, se deja un 6% en el parqué este año. Una caída que ha reducido su capitalización bursátil hasta los 38.593 millones de euros.
En cuanto a BBVA la caída en bolsa es mayor, dado que retrocede casi un 15% mermando así su valor por debajo de los 39.000 millones de euros. Precisamente Francisco González, presidente del también llamado 'banco azul', afirmaba hace tres meses que la entidad aumentará el dividendo que reparte a sus accionistas "de la misma forma" que lo harán sus resultados durante los próximos años y lo repartirá al 100% en efectivo.
Pero, ¿qué es la rentabilidad por dividendo? Se trata del cociente entre el dividendo esperado para el año y el precio de la acción. Su importancia radica en que ante cualquier caída en bolsa, el inversor puede mantener en cartera estos valores cobrando el dividendo hasta que gane dinero y decida vender.
Para muchos la elección de este tipo de compañías de alta rentabilidad por dividendo responde a estrategias defensivas. Pero conviene tener en cuenta que cualquier posibilidad de nuevas inversiones por parte de tales compañías reduciría los dividendos, dado que necesitarán recursos para financiar los proyectos.