VALÈNCIA. El debate sobre el impuesto turístico pasa por un momento tenso. Tras convocar el Consell de Turisme esta semana y volver a escenificar la negativa del sector, el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, se mantiene firme en su postura del 'no'.
Mientras, desde la vicepresidencia del Consell Mónica Oltra señalaba que los empresarios no son los únicos que deben decidir. Sin embargo, y a pesar de que miembros del PSPV se han manifestado a favor de la tasa, Colomer se ha posicionado junto al sector y no entiende que se empeñen en convertir los alojamientos "en mostradores de la Agencia Tributaria".
- Un mandato de Les Corts ha pedido abordar el debate de la tasa turística. ¿Queda alguna puerta abierta para que turismo pueda negociar?
- Lo que mandaten las Cortes Valencianas tiene un gran respeto. En la sociedad democrática no cabe otra y es así. De ahí vamos a ver cómo se articula el debate. Convocamos el Consell de Turisme por una cuestión de respeto al sector y con el fin de trasladarles este inicio de debate. No tenemos mucha más información que suministrar porque en Turismo no se está forjando la tasa y nuestra posición es la que conocéis.
- Cuando se habla de consenso con los empresarios, al tratarse de un impuesto, es muy difícil que alguien esté de acuerdo. Si tuviéramos la opción de votar sobre un impuesto, probablemente a nadie le gustaría. ¿Debe ser el consenso algo fundamental para aprobarlo?
- En la iniciativa legislativa popular o todo aquello que puede acabar siendo un plebiscito o una consulta a la ciudadanía fuera de elecciones queda fuera la materia tributaria. Pero esto es diferente por dos cuestiones. Primero, porque hemos hecho apología en la administración turística de la gobernanza colaborativa. Todo lo que hacemos tiene anclajes en el sector. Complicidad y co-decisión son atributos fundamentales para entender lo que diseñemos aquí, que no puede estar de espaldas al sector.
Por otro lado, aquellos que invocan la tasa defendiendo experiencias en otros territorios, en ellos el sector participó en su diseño. Son parte de la arquitectura de la tasa. Pero esto no se puede trasladar aquí directamente porque el sector se ha posicionado contra ella.
"SI ALGUIEN PIENSA EN UNA TASA PARA BENEFICIAR AL SECTOR, EL SECTOR DEBE VERLO"
Si alguien piensa en una tasa para beneficiar al sector el sector debe verlo. Si no lo ve aparece como una suerte de paternalismo, de tutela, con un cierto despotismo. Pero si lo hacemos para el sector, éste debe estar en el minuto cero conforme. Porque si regresa para promocionar, cualificar al sector, para competir mejor, para invertir más en turismo, tiene que estar el sector en el minuto uno en la fábrica y aquí no se está dando. Esto quienes defiendan la tasa deben de tenerlo en consideración.
- En Baleares, por ejemplo, se implantó sin el consenso con el sector.
- A parte de que el sector tiene la percepción del tema de la competitividad en el contexto del brexit y el mercado británico, de recuperación de otros mercados competidores como Túnez y Egipto, lo cierto es que estos mercados todavía muy sensibles al precio y a la touroperación, que está ahí, puede verse mermada la competitividad.
"VEO UN IMPUESTO INJUSTO LIMITAR SOLO AL ALOJAMIENTO EL PAGO"
Pero este no es el principal argumento que nosotros usamos. Es un argumento serio, riguroso, que necesita análisis. Pero es que lo veo un impuesto injusto limitar solo al alojamiento el pago, pero no es solo eso, sino por una cuestión de principios. ¿Toda nuestra capacidad de imaginación y de poner sobre la mesa políticas fiscales nuevas se resume al sector turístico?
Me gustaría un debate riguroso porque el alojamiento es de los pocos subsectores que tiene estrategias para aportar turistas. Que reinvierte para aportar turistas que llenan comercios, que llenan taxis, que llenan teatros. El turismo es el 14% del PIB y aquellos que fundamentalmente posible son los alojamientos. ¿Por qué lo cargas sobre ellos? Veo una injusticia que no está bien resuelta.
Me preocupa que se asocie tasa a cualificación del destino. No hay una causa-efecto. Con la tasa tenemos Salou como paradigma o Magaluf. La transformación del modelo depende de otras variables. Formación, tecnologías, inteligencias de mercados, productos competitivos, innovar. Yo quiero un debate holístico, que lo sume todo. La tasa nos transformará el modelo... Me gustaría que se introdujeran más opiniones.
- ¿Podría afectar más la tasa al turismo de touroperador que al turista más particular?
- Tengo esa impresión pero no es una parte menor de la industria turística. Afecta a todo el mundo pero hay diferentes clases de viajeros y poderes adquisitivos. Pero seguramente esto perjudica al más débil no siendo el precio fundamental en nuestro relato.
- ¿Desde Turismo se piensa en una alternativa a un impuesto que grave las pernoctaciones?
- En esta casa no tenemos nada pensado. Sabemos lo que ocurre en el mundo. Hay países con tasa de entrada en los aeropuertos. Desconozco si en esos casos, pero seguramente sí, será para circular y revertir en el sector y mejorar su competitividad. Aquí no, lo que haríamos sería convertir los mostradores de los alojamientos en agencias tributarias nuestras para que nosotros, desde esa especie de paternalismo, gestionásemos la calidad del sector.
"NUESTRA POLÍTICA FISCAL SE VA A LO QUE YA ESTÁ CRUJIDO A IMPUESTOS"
Y otra cosa que no me acaba de cuadrar del argumento es el tema del intrusismo. Otro caladero de ingresos está en aflorar la masa enorme de alojamiento que no tributa. Nuestra política fiscal se va a lo que ya está crujido a impuestos. Porque eso es otra cosa. Lo de menos es lo que pueda costar, es que no me parece estético.
- El modelo de Cataluña está más destinado a promoción y el de Baleares a invertir en medio ambiente y patrimonio. ¿Alguno de esos modelos podría ser mejor?
- La recuperación del medio ambiente es una obra coral de los presupuestos públicos. Los turistas no vienen de gorra, pagan. Una persona, un viajero, por estar fuera de su casa no debería ser tratado de una manera distinta. A mí me rompe el concepto totalmente. Cuando algunas veces se tiende a culpabilizar al turista de lo que le pasa a las ciudades, a la masificación, a la saturación, de la desnaturalización de los centros, yo creo que estamos proyectando nuestras insolvencias y las incapacidades para darle una respuesta a lo que significa el urbanismo del siglo XXI y a la recuperación de las ciudades.
No son los selfies los que destruyen las ciudades, sino las bombas, el odio, la desidia y la falta de estrategia de ciudad, que es nuestra, de los anfitriones. El turista puede ver lo más genuino del mundo o un decorado. Nuestro 'Mediterráneo en vivo' es recuperar lo que somos, el patrimonio que somos, La Seda, El Grial. Y también tendremos que gestionar nuestra capacidad de carga, claro que sí, pero no culpabilicemos al turismo. La tasa donde funciona no regula la capacidad de carga. Solo tienes que oír a los representantes de la política turística de estas autonomías que están desbordados y los problemas de vivienda que tienen.
- Aptur estaba de acuerdo en la tasa turística en Baleares pero en la Comunitat firmó el manifiesto impulsado por Hosbec. ¿Son realidades distintas?
- Las islas siempre tienen una característica diferente por la insularidad y se da por muchos motivos. Somos en términos de rentabilidad distintos, mercados emisores no coincidentes, son situaciones distintas. No es un debate de buenos y malos o de ganadores y vencedores. Es un tema muy transversal.
El IVA cultural laminó y deterioró el potencial del producto cultural que tanto nos interesa para renovar la identidad. Al final no hay partido ni gobierno perfecto desde el punto de vista de la política fiscal. Aquí deberíamos rebajar los humos y afrontar un debate riguroso y serio al que acudiremos con estos argumentos.
- ¿Turismo ha tenido algún encuentro con Hacienda?
- Hemos tenido algunas conversaciones durante estos tiempos y seguramente se aceleraran o al menos seguiremos teniendo.
- ¿Cree que Podemos y Compromís apretarán en los presupuestos con la tasa turística?
- Ese tema me desborda. Es una posibilidad pero que se dirime en el parlamento. El Parlamento es el primer poder, el más legítimo, el que da vida a los otros, pero esas estrategias se me escapan.
- Al secretario autonómico de Turismo, ¿le ha molestado en alguna ocasión pagar tasa turística en otros destinos?
- Yo no puedo tomar decisiones en base a mis experiencias, ni siquiera en mis intereses. Pienso en el sector y concretamente en la textura del sector valenciano. La empresa turística valenciana son pymes, negocios familiares, compartida con los bancos en algunos caso inmersos en desestacionalizar o en no cerrar el 31 de agosto. Yo tengo en la cabeza todas estas realidades.
El tema de los campings, lo que luchan por innovar, por llegar más lejos o por buscar mercados nuevos. Hay mucho negocio familiar pequeño y mediano como mucho. Las empresas no son multinacionales. Pienso en lo que pueda desequilibrar y en que pague el alojamiento en exclusiva.
- Se está dando por hecho que el alojamiento va a tener que asumir en su precio el impuesto que está pagando el turista.
- No sé lo que sucederá, pero el turista tiene cada vez más información, es cada vez más sibarita, que contrasta más calidad precio, que es un turista tecnológico, que en dos clicks tiene toda la información y busca lo más económico y que toma decisiones durante todo el proceso y después lo valora y se convierte en prescriptor o destructor.
Es un turista inteligente. Cuando viene a un alojamiento sabrá que es la tarifa del hotel y el plus de la tasa, pero que sale de su mismo bolsillo. Y toma la decisión en el mismo momento. Al final, ese hotel valdrá la suma, el camping valdrá la suma.
- Hosbec comentaba que la tasa podía convertir a la Comunitat en una tierra hostil.
- Yo creo que no. Prefiero hablar de la hospitalidad. De invertir en hospitalidad para que sea una tierra atractiva.
- La concejala de Turismo del Ayuntamiento de València, Sandra Gómez, apuntaba hace unos días a la tasa turística municipal.
- Esa es una hipótesis que en este debate polifónico el espacio local responde a toda esa diversidad o mosaico de ofertas y esquemas de concebir el turismo. Hay quien piensa que debería ser de base municipal, otros autonómica, otros compartida. En cualquier escenario recomendaría dos opciones. Por un lado hablarlo con el sector y dos, pensar que siempre hay una opción preferente, que es regular el alojamiento irregular.
- También se ha reunido la concejala con las plataformas de apartamentos turísticos. ¿Le ha llamado para pedir consejo sobre cómo tratar con ellos?
- Con Sandra hablamos mucho. Creo que lleva una línea muy correcta de poner orden y hablarlo con la gente. Sandra presentó un plan estratégico pactado y tengo un gran respeto y admiración por ella.
- A esto ha sumado la voluntad de limitar de apartamentos turísticos en algunas zonas.
- Eso está en el dominio y las decisiones de la ciudad. Todas las ciudades tienen que saber qué quieren ser de mayor. Los que hemos pasado por esa escuela siendo alcaldes, en la autonomía local reside la posibilidad de decidir los usos, el modelo económico, la ordenación del territorio, de las actividades, de la economía. València tiene que asumir ese debate y Sandra lo está haciendo y sus decisiones serán las correctas.
- La concejala pidió las competencias para multar a los apartamentos turísticos. ¿Se van a ceder?
- Abogacía tendrá que determinarlo. La ley está ahora en el Consell Jurídic Consultiu y ya nos rebajó un poco las posibilidades de ceder ese tipo de competencias. Pero hemos abierto una línea con los ayuntamientos para realizar un trasvase de información y que las policías locales colaboren. Ha ido muy bien en Gandia, Alfás del Pi. La nueva ley también inspira este concepto de colaboración y el trasvase de competencias me parecería muy correcto, pero está complicado.
- ¿Se prevé aumentar el número de inspectores para apartamentos turísticos?
- Lo hemos pedido otra vez, pero ahí está la famosa tasa de reposición de Montoro. Hemos cubierto todas las vacantes que había. Vamos a firmar un convenio con el Colegio Profesionales de Administradores de Fincas. Y esto para el presupuesto del 2018 lo vamos a meter en el presupuesto.
- La vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, se reunía con las kellys esta semana. ¿Cómo se ve su reclamo?
- Nosotros, en ese sentido, el viernes hemos hecho un curso académico de house kipping, de gobernantas de hotel, y precisamente para dignificar y reconocer y para visibilizar esa profesión condenada al ostracismo y a no ser reconocida por nadie. Lo hemos financiado con un convenio con la Universidad de Alicante un certificado universitario. Fue un día emocionante de recuperación y dignificación de la profesión. Por ahí tenemos que ir, por el reconocimiento y la profesión.
También hemos hecho una mesa con Trabajo, los sindicatos y las patronales. Hay que aprovechar este momento de crecimiento para consolidar y planificar plantillas. Para mejorar las condiciones laborales del turismo. La reforma laboral fue para nuestro sector dañina.
- ¿Dónde quedó la turismofobia de la que se hablaba hace un mes?
- Nosotros somos de la turismofilia. El turismo es la gran respuesta, no solo es un tema económico, el turismo ético cambiará el mundo para bien. Los turistas se mezclan, comparten. El código ético es el gran punto de encuentro. El turismo acelerará la revolución digital y la sostenibilidad. El turismo tira del carro del rescate de nuestra identidad, es el gran prescriptor de nuestra marca. El turismo no puede ser el sector comparsa.
- ¿Se ha conseguido desestacionalizar?
- Septiembre ha sido un mes bueno y más valioso que agosto. Estaba rondando el 80% y el comportamiento ha sido muy bueno. Nosotros, incluso nuestro plan operativo de marketing, será para la desestacionalización.
-El PP votó en contra de un proyecto de ley en el Senado para que fuera Benidorm declarado como municipio turístico. Luego aprobó una PNL en el Congreso. ¿Le ve coherencia?
- Cada uno que saque sus conclusiones pero la mezcla de partidismos con la profesionalidad que es la base de este nuevo tiempo desde la agencia, tomar decisiones pensando desde el rigor. Las palabra política es bonita pero las estrategias de partido enrarecen las cosas.