VALÈNCIA. La consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián, pretende acometer varios cambios en el segundo escalón de su departamento de cara a la recta final de la legislatura.
Así, fuentes internas de la cartera que lidera aseguran que la propia responsable autonómica ha transmitido a su entorno el deseo de relevar a algunos altos cargos que dependen en el organigrama del secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, con quien ha tenido varios desencuentros en los últimos meses.
De esta manera, los miembros del segundo escalón que se encontrarían en la cuerda floja son la directora general de Prevención de Incendios Forestales, Delia Álvarez, y el director general de Cambio Climático y Calidad Ambiental y artífice del plan SDDR, Joan Piquer, ambos en buena sintonía con Álvaro. Una posibilidad todavía no concretada que, según la información recabada por Valencia Plaza, ha causado un fuerte malestar en Verds-Equo, la formación ecologista integrada en Compromís que impulsó estos nombramientos.
La decisión que baraja Cebrián implicaría un recrudecimiento de la guerra con el partido que, precisamente, la impulsó para el cargo de consellera que ostenta. Cabe recordar que, inicialmente, la apuesta de Verds-Equo para el puesto era la de su portavoz, Julià Álvaro, quien finalmente aceptó ser 'número dos' del departamento por necesidades de paridad marcadas en las negociaciones entre PSPV y Compromís. Así, Cebrián, que inicialmente iba a ocupar un puesto en el segundo escalón, fue propuesta por el partido ecologista como consellera.
Sin embargo, desde los primeros compases de la legislatura comenzó a producirse cierto distanciamiento entre Cebrián y los impulsores de su designación. En enero de 2017, la consellera realizó una serie de cambios internos que evidenciaban su deseo de soltar amarras con Verds-Equo: así, procedió al cese del jefe de Gabinete de la conselleria, Fernando Rodrigo, y del asesor de Asuntos Parlamentarios, Rubén Tello, ambos cercanos a Julià Álvaro. En su lugar, nombró en estos puestos respectivos a Marina Aparicio y a Eloísa Sarrió, más próximas a otras patas de Compromís como Bloc e Iniciativa.
Tras esto, la tensión en el departamento no dejó de crecer. Al margen de la búsqueda de posibles filtradores de algunas informaciones publicadas, el siguiente hito en la crisis interna de la conselleria fue la destitución en julio del director de Vaersa, Vicent García, otro dirigente que mantenía proximidad con Álvaro. Precisamente, dos de las personas que en aquel Consejo de Administración no votaron a favor del citado cese fueron Delia Álvarez (que se abstuvo) y Joan Piquer (que votó en contra). Los otros rechazos llegaron del propio Álvaro y del director general de Medio Natural y Evaluación Ambiental, Antoni Marzo, quien, si se concretan las destituciones, sería el único alto cargo ya con sintonía con Álvaro. Una oposición que resultó insuficiente ante el voto de la consellera y de los otros miembros del órgano pertenecientes a PSPV y también Compromís.
Con un movimiento de estas características -que desde Verds-Equo todavía pretenden paralizar-, la reparación de las relaciones con la consellera quedaría definitivamente descartada por parte de la formación ecologista.
Por otro lado, está por ver si los deseos de cambio de la consellera se concretan en las próximas horas o incluso a las puertas del V Seminari Govern que tendrá lugar el siguiente fin de semana en Vinaròs, en el que la consellera se enfrenta a un examen de cumplimientos e incumplimientos en el que su departamento no viene destacando por los éxitos. Sin duda, y al margen de la complejidad que sus áreas contienen, los pulsos internos existentes en la cartera que dirige tampoco están ayudando a que la gestión supere el aprobado.
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