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Cataluña, anticatalanismo y orgullo PP: la fórmula Casado para la Comunitat

12/01/2019 - 

VALÈNCIA. El acto de presentación de la candidata del PP a la Presidencia de la Generalitat, Isabel Bonig, y a las alcaldías de València, María José Catalá; de Alicante, Luis Barcala, y de Castellón, Begoña Carrasco, dejó pocas dudas de cuáles van a ser los ejes estratégicos de la formación de la gaviota para las próximas elecciones autonómicas y locales de mayo. Cataluña, catalanismo -o anticatalanismo en este caso- y orgullo de la gestión pasada fueron los temas recurrentes de los discursos estelares pronunciados este sábado en el auditorio Mar Rojo del Oceanogràfic: unas ideas fuerzas que ambas dirigentes expresaron antes de que su presidente nacional, Pablo Casado, saliera a refrendar que ese es el camino adecuado.

Así, ante un auditorio abarrotado -algo más de 300 personas con varias decenas que se quedaron fuera-, los mensajes estrella que se sucedieron tenían el mismo denominador común: Cataluña y sus derivadas. Una palanca que el PP viene utilizando en la escena nacional -también se aplicó en Andalucía- pero que en la Comunitat Valenciana tiene aditamentos especiales: la posibilidad de agitar el fantasma del catalanismo.

De esta manera, las intervenciones fueron notablemente beligerantes hacia el problema catalán. Ya fuera en relación a la educación, la lengua o el problema territorial, todos los caminos terminaban llevando a Cataluña para, de alguna manera, relacionar al Consell del Botànic con el problema independentista y su posible extensión hacia la Comunitat Valenciana.

La primera en abrir fuego fue Begoña Carrasco, que prometió "devolver la ilusión" a los castellonenses y "cambiar los lazos amarillos independentistas por los verdes de Castellón". "Vamos a ser el muro de contención que frene el avance en la Comunitat del radicalismo catalanista", añadió.

Barcala, aunque centró su discurso en otras cuestiones como la gestión del tripartito al que el PP arrebató la Alcaldía hace un año, cargó al final contra las subvenciones a entidades "catalanistas" y prometió que su Gobierno no les daría ni un euro.

Por su parte, María José Catalá, en su presentación oficial como candidata, no se detuvo demasiado en cuestiones relacionadas con la ciudad -movilidad, urbanismo o limpieza, por citar algunos asuntos polémicos- sino que se decantó por trazar un discurso de corte ideológico que dejó entrever cuál sería la línea argumental del evento y, quizá, de su propia campaña. "Me presento para que la senyera vuelva a entrar a la Catedral y el catalanismo quite sus manos de esta ciudad", espetó la candidata, quien entre sus múltiples menciones y agradecimientos nombró al presidente de Lo Rat Penat, Enric Esteve, quien también fue mentado posteriormente por el propio Casado, algo que no parece casual.

En esta línea, Catalá también se expresó en valenciano para remachar otro mensaje anticatalanista: "Los valencianos no necesitamos elegir, nos sentimos valencianos y españoles, y no vamos a permitir que nadie rompa nuestro país ni que nadie haga de nuestra tierra una sucursal".

Al margen de esto, la candidata a la Alcaldía sacó pecho de proyectos en los que participó como consellera de Educación y Cultura entre los que mencionó colegios, inversiones en el San Pio V y en el IVAM o la implantación de Berklee en la ciudad: "Esto es lo que nosotros sabemos hacer", sentenció, en una intervención en la que también reivindicó la figura de Rita Barberá como la "mejor alcaldesa de España" pese a las críticas que despertó días atrás por parte de los familiares de la histórica dirigente del PP.

En una línea similar se pronunció la presidenta del PPCV y candidata a la Generalitat, Isabel Bonig, quien también recordó a Rita Barberá en su discurso y coincidió con Catalá en agitar una posible contaminación del problema independentista en la Comunitat e incluso rememorando el conflicto lingüístico: "Dicen que en esta tierra hablamos catalán y algunos hablan de los países catalanes. Aquí no tienen cabida tesis separatistas catalanistas, nunca formarán parte del ADN del pueblo valenciano", afirmó, para cuestionar que quienes "dan subvenciones a entidades catalanistas" puedan dar "lecciones de nada".

Bonig sí introdujo en su discurso algunas de sus reivindicaciones más repetidas en los últimos meses: bajada de impuestos (IRPF, patrimonio y sucesiones), libertad educativa en la elección de centro, que la lengua sea un mérito y no un requisito para acceder a la función pública y terminar con las listas de espera en sanidad. Además, la líder del PPCV se acordó -fue la única mención- de la reforma del sistema de financiación, algo que a su juicio "ha desaparecido de la agenda valenciana".

"Dique de contención" contra el independentismo

Ante esta preparación, Casado no se iba a quedar atrás en un auditorio ya caliente por las intervenciones anteriores. Así, el líder del PP consideró un "desprecio" que pueda considerarse a la Comunitat "un apéndice de los fantasmagóricos e irreales Països Catalans" y exigió "garra" a la Comunitat para reivindicarse como "protagonista" de su futuro y ser el "dique de contención" del independentismo.


En esta línea, Casado aseguró en su intervención que el PP es el único partido capaz de "parar el procés" y "recuperar la dignidad de España", para asegurar que en la Comunitat la alternativa es "el comunismo, el socialismo y el catalanismo".

Por otro lado, Casado insistió en una idea que ya ha utilizado en otras ocasiones en la Comunitat Valenciana: la de ensalzar -pese a los problemas judiciales- la gestión anterior del PP. Así, el líder nacional reivindicó el legado de Rita Barberá y aseguró que Ciudadanos fue quien exigió la expulsión de la histórica dirigente en la negociación de gobierno entre PP y Cs, una petición "humillante" para asumir un acuerdo "en el que tanto daño se hizo a la ciudad de Valencia y a la Comunitat" por la gobernabilidad y estabilidad de España.

No sé quedó ahí. Casado aseguró sentirse "orgulloso del PPCV" y reivindicó el papel de los expresidentes Alberto Fabra, Francisco Camps y Eduardo Zaplana (los dos últimos investigados en procesos judiciales), para quien pidió también "humanidad en su trato penitenciario". "Si alguien ha hecho mal, vivimos en una democracia, en un Estado de Derecho, y no somos nosotros los que tenemos que juzgarlo, lo que si podemos juzgar es lo que se ha dejado hecho, las infraestructuras, las políticas fiscales, el impulso a la buena educación, a las infraestructuras, eso no nos lo va a tapar nadie", zanjó.

Menciones

Otro de los puntos de interés del acto se concentró en las menciones realizadas por los intervinientes a compañeros de partido. La figura del portavoz europeo del PP, Esteban González Pons, y del municipal, Eusebio Monzó, fueron especialmente ensalzadas, y también fue mentado por todos -excepto por Catalá,- el trabajo del presidente de la Gestora, Luis Santamaría, quien no se encontraba presente por un viaje familiar.

Casado se encargó de citar a prácticamente todos los miembros valencianos de la Ejecutiva, siendo especialmente efusivo con César Sánchez, Pablo Ruz y Belén Hoyo.

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