Los festivales de la Comunitat no hacen I+D+I y repiten de manera clónica novedades y viejos conocidos de la escena para atraer fácilmente al público
VALÈNCIA. Id aprendiéndoos sus canciones, preparad las pancartas para que sean reutilizables, memorizad sus letras, buscad cómo se comportan en directo... Es el mejor consejo posible si vas de festival este verano, porque hay grupos omnipresentes que no pararán de sonar. La realidad musical de la Comunitat se multiplica durante los meses estivales, o no. Un análisis meramente concienzudo de los carteles revela un hecho algo menos esperanzador, los certámenes no hacen mucho I+D+I y acaban repitiendo de manera clónica las tendencias musicales del año y viejos conocidos de la escena indie que se traducen en entradas fáciles de vender. "Todos los grupos son muy conocidos" o "al menos van..." son algunas de las coletillas del público objetivo que buscan los macrofestivales valencianos. Y a pesar de tener un volumen imponente, un nombre tan destacado de la música nacional como Rosalía no pasará por ningún rincón de la Comunitat a pesar de sí hacerlo en Galicia, Euskadi, Cataluña, Madrid, Andalucía o Islas Canarias. Mientras, hay grupos que lo harán hasta seis veces.
Haciendo cuentas con todos los carteles que se conocen de este 2019, es fácil identificar nombres repetidos hasta la extenuación, que al menos viajan entre las tres provincias. Es el caso de Carolina Durante, acude en estos meses hasta en media docena de ocasiones: Low Festival, FIB, Festival de les Arts, Spring Festival y Primavera Weekender. El mundo del indie español aporta también un puñado de grupos que pasarán por los escenarios de la Comunitat cinco veces; estos son: Second (Mediterránea, Spring Festival, Festival de les Arts, Arenal Sound y Low Festival), Cariño (Music Port Fest, Festival de l'Horta, Festival de les Arts, FIB y Low Festival) e Iván Ferreiro (Arenal Sound, Festival de les Arts, EMDIV, Mediterránea y Montgorock -en este último festival, con su homenaje a Golpes Bajos-). Los dos grupos que se podrá ver hasta media decena de veces auqnque no forman parte del circuito indie son Zoo (Rabolagartija, Pirata Rock, Spring Festival, Festival de les Arts, y Arenal Sound) y SFDK (Festardor, Rabolagartija, Elche Live, Mediterránea, Spring Festival y Arenal Sound).
Otros cinco nombres se repiten hasta en cuatro ocasiones: Dorian (Low Festival, Arenal Sound, Festival de les Arts, Pirata Rock), Miss Caffeina (Music Port Fest, Spring Festival, Mediterránea y Low Festival), Vetusta Morla (FIB, Festival de les Arts, Arenal Sound y Low Festival), Fangoria (Spring Festival, Low Festival, Arenal Sound y Festival de les Arts) y Rozalén (Rabolagartija, Pirata Rock y Festival de les Arts y Spring Festival).
Sorprende que en este menú del día repetitivo se encuentren festivales que comparten una parte significativa del cartel entre sí. Es el caso de Rabolagartija y Pirata Rock, y más claro aún el Festival de les Arts y Arenal Sound, que repiten hasta ocho grupos. La causa de esto suelen ser más empresariales que creativas: pueden estar organizados por la misma empresa, que contrata a los artistas para dos bolos a un precio menor, o porque los cachés de los grupos son muy rentables en la relación precio-a-gastar/entradas-vendidas, lo que descartaría grandes nombres internacionales que estuvieran en gira o, como ya se ha dicho anteriormente, un caso como el de Rosalía.
La oleada de festivales estivales por tanto acaba trasladando una concepción errónea de los festivales como gran oportunidad de ver a grupos que no pasarían de otra manera por la Comunitat. Al final se configuran como festivales relativamente homogéneos en el que cada uno tiene su matiz, como la tolerancia a la música más comercial, la sensibilidad por poner algún grupo internacional, o ser más o menos fieles al sonido indie... Pasa en los "festivales Radio 3", pero también ocurre en los de música más alternativa, como pueden ser Festardor y Festivern, que no solo se nutren de la misma escena musical sino que además repiten año tras año los mismos grupos, que se "enraízan" a la cita, como es el caso de La Pegatina en el Arenal Sound.
Sin embargo, esto no se trata de una decisión empresarial arbitraria. La realidad es que este modelo de festival de la Comunitat da sus frutos y estos se acaban posicionando, muchas veces, entre las citas de referencia y con más afluencia de todo el país. Los datos están ahí: Mediterranew Fest calculó en 2018 que los festivales tendrían un impacto de 150 millones de euros en la economía valenciana gracias al más de un millón de asistentes que reunirían todas estas citas. ¿Por qué pasa esto? Tal vez porque el público valenciano es más permeable con el concepto de festival, tal vez por los precios low cost con el que las grandes citas más curadas no pueden competir.
Sin duda, algunos de los festivales de la Comunitat se han logrado posicionar nacional e internacionalmente. Y ojo, no sería justo no reivindicar que hay apuestas en algunos festivales que, aunque relativizándolas a los grandes festivales europeos sepan a poco, sin duda en la Comunitat caen de pie.