VALÈNCIA. El expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha presentado un recurso excepcional de nulidad de las actuaciones como último recurso para tratar de evitar el banquillo en la Audiencia Nacional. Su último cartucho, el escrito de apelación presentado ante la decisión del magistrado José de la Mata de procesarlo dentro de la pieza de Fitur de grandes contratos, fue rechazado por la Sala de la Audiencia.
Ante ese rechazo, la defensa del Molt Honoratble ha presentado otro escrito solicitando que se retrotraigan las actuaciones al momento previo al auto de la Sección Cuarta. Tal como avanzó La Ser, pide que se anule el auto porque el magistrado de dicha sección, Fermín Echarri, participó tanto del tribunal que ordenó la reapertura de la causa que ha supuesto su procesamiento por contratar a la Gürtel, como de la terna de magistrados que rechazó su recurso contra esa última decisión. Ello, según la defensa de Camps “quiebra el derecho a un juez imparcial”.
Lo que el escrito no dice es que cuando Echarri ordenó reabrir esta pieza del caso Gürtel, no lo abrió contra nadie en concreto, sino que tras las declaraciones y la sentencia del juicio de la financiación irregular del PP valenciano, dijo se investigase si la entonces directora de Promoción Institucional, Dora Ibars, podía haber recibido órdenes de algún superior. A ello hay que sumar que el auto desestimando el recurso está firmado por tres magistrados, y los tres votan en el mismo sentido, por lo que la decisión de Echarri no es decisiva.
Además, también habría que tener en cuenta la decisión del Tribunal Supremo en los recursos del primer juicio de Fitur. Las defensas argumentaron justamente lo mismo que la defensa de Camps en referencia a que, en el TSJCV hubo magistrados que resolvieron los recursos durante la fase de instrucción y, después, formaron parte del tribunal que condenó a la Gürtel. El TS desestimó lo solicitado por las defensas y mantuvo las penas impuestas por el tribunal valenciano.
Pero si hay algo que llama la atención del escrito de Camps es la inquina que le demuestra al magistrado instructor cada vez que puede. Dice el escrito que: “De la Mata apertura ya las nuevas diligencias como Pieza Separada Valencia 5 – Camps – Grandes Eventos, naciendo ya desde antes de su persona como una investigación ad personam, prospectiva, pero ad personam, y dirigida desde incluso antes de su nacimiento contra Francisco Camps Ortiz, nuestro patrocinado, el único investigado, pese a que el Sr. Camps ex lege no fue superior jerárquico de la referida Sra Ibars y que la propia Ibars manifestó siempre expresa y abiertamente no haber recibido instrucciones del mismo ni de nadie al respecto”.
Sigue diciendo que el juez instructor solo investiga a Camps, y que “olvida” los ocho años de investigación de TSJCV donde el expresidente nunca fue investigado. Eso fue así porque en aquella época, ni el tridente de la Gürtel, formado por Francisco Correa, Álvaro Pérez y Pablo Crespo; ni las trabajadoras de Orange Market, Mónica Magariños e Isabel Jordán, ni el número 2 de Camps, Ricardo Costa, habían decidido colaborar con la Justicia.
Y agrega que hace ésto “para acabar abrazando las interesadas, cambiantes, contradictorias e increíbles declaraciones de aquellos/as que buscan con esto y faltando a la verdad, claro e ilegítimo beneficio”. También acusa a De la Mata de “negarle el acceso a la información de la causa”, lo que, a su juicio, genera “indefensión, privilegiando las peticiones de las partes (acusadoras) situadas en el banquillo de acusados como novedosa aportación de colaboradores, supuestamente arrepentidos, a cambio de sabe Dios y la fiscalía anticorrupción qué beneficios”.
Por último, la defensa de Francisco Camps, además de pedir la nulidad del auto dictado por la Sección Cuarta de la Audiencia Nacional, también solicita la recusación del magistrado Echarri. Ahora será el pleno de la Sala de Lo Penal de este tribunal la que decida si le da la razón a Camps, lo que obligaría a emitir otro auto o, por el contrario, rechaza el incidente planteado. Si ocurre esto último, el expresidente habrá gastado su último cartucho y sí o sí, se sentará en el banquillo acusado de los delitos de fraude y prevaricación.