ALICANTE. La disputa por el mayor contrato ferroviario de los que se prevé convocar a lo largo del actual mandato en la Comunitat se reduce a un duelo encarnizado entre dos únicos aspirantes. Según pudo precisar Alicante Plaza, sólo CAF (asentada en Guipúzcoa) y Stadler (la antigua Vossloh, radicada en Valencia) han presentado ofertas para convertirse en proveedores de la nueva maquinaria que operará la llamada Línea 9 del sistema Tram, entre Benidorm y Dénia: la mayor compra de material móvil que prevé impulsar el Consell para toda su red pública de ferrocarril en los próximos años.
El premio del concurso es mucho más que atractivo. El proceso convocado por la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) parte con un precio de licitación de 52,8 millones por el suministro de seis trenes, además de las piezas de parque y repuesto, útiles y herramientas especiales.
La maquinaria (con un precio estimado de 8,8 millones por unidad) es hasta cierto punto similar a los trenes-tranvía que ya operan para la conexión entre Alicante y Benidorm. Pero, además, deberá contar con ciertas características especiales adaptadas a las condiciones peculiares del trazado de esa línea, en la que coexisten tramos electrificados (entre Alicante y Benidorm) con otros en que todavía no lo están (entre Benidorm y Dénia). Entre estos últimos, además, se incluyen algunos que probablemente nunca puedan llegar a estarlo, ya que su electrificación es prácticamente imposible por las complicaciones orográficas y límites ecológicos del entorno en puntos como el Mascarat, entre Altea y Calp.
Esa singularidad obliga a que los convoyes deban incorporar un sistema de propulsión dual, diésel y eléctrica, según reflejan las bases del concurso. La combinación de ese sistema proporciona, además, la ventaja de que, si en el futuro se consiguiese electrificar toda la línea, este nuevo material móvil seguiría siendo efectivo. Además, se garantiza la posibilidad de tranviarizar tramos muy sensibles de la Línea 9, como por ejemplo la nueva entrada a Dénia.
Actualmente, el servicio en la Línea 9 se realiza con seis trenes diésel de la serie 2.500, que tiene más de 50 años en explotación (fueron heredadas por FGV de la mano de Feve). Se fabricaron entre 1966 y 1973, han sido modificadas y reformadas en varias ocasiones (motorización, imagen exterior, interior y climatización), pero -según las fuentes consultadas- su elevado coste de mantenimiento, la falta de fiabilidad, la obsolescencia de equipos por uso y su desfase respecto a las normativas actuales habrían llevado a FGV a apostar por su renovación. De acuerdo con las bases del concurso, los nuevos trenes deberán estar entregados y listos para su puesta en circulación en un plazo de dos años.
La adquisición de ese material, que se prevé adjudicar en las próximas semanas, forma parte de las actuaciones de modernización que la Generalitat está ejecutando en esta línea, a través de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio que dirige María José Salvador.
Las actuaciones previstas continúan la programación anunciada con una inversión superior a los 100 millones que permitirán equiparar sus condiciones de seguridad, confortabilidad y calidad del servicio con el resto de la red del Tram. Entre esos trabajos de modernización se incluye la renovación integral de la vía, el remozado de las estaciones que se está llevando a cabo en la actualidad y la introducción de nuevos trenes que garanticen la fiabilidad y seguridad, además del confort, la accesibilidad o la información al cliente.