VALÈNCIA (VP). En el mundo hay más de 39 millones de pozos distribuidos por todo el planeta. De acuerdo con un estudio publicado recientemente en Science, entre el 6 y el 20% de dichos pozos no tienen más de 5 metros de profundidad respecto al nivel freático. Esto implica que millones de pozos tienen el riesgo de secarse si dicho nivel baja unos metros. No obstante, pozos nuevos no están siendo construidos a mayores profundidades, debido a los altos costes de la construcción y mantenimiento de un pozo profundo.
En un intento de minimizar el mantenimiento de dichas bombas, y de esta forma fomentar la construcción de este tipo de pozos, se desarrolla el proyecto Ember, en el cual participan la Universitat Politècnica de València, la Universidad de Valladolid y Facsa.
Bombas Ideal está colaborando con los mismos facilitando el uso de sus instalaciones para testear la validez de las técnicas de diagnóstico de fallos desarrolladas en el proyecto. Concretamente, el objetivo del proyecto es el de desarrollar algoritmos que permitan, mediante las medidas de tensiones y corrientes a la salida del convertidor de frecuencia que alimenta el motor, determinar el estado del motor, y en particular del desgaste de su cojinete axial.
Dicho cojinete está formado por dos piezas: una móvil fijada al rotor del motor, y otra estática fijada al estator. Esta última está formada por unas pastillas fabricadas habitualmente de grafito, las cuales pueden desgastarse, perdiendo el cojinete su capacidad para deslizar y pudiendo provocar un fallo catastrófico en el motor. Por ejemplo, el desprendimiento de partículas del cojinete axial suele impactar sobre el devanado colocado en el estator, dañando el aislante, lo cual implica que se tenga que rebobinar la máquina.
El disponer de algoritmos de detección incipiente de estos fallos permite extraer la bomba del pozo solamente
cuando se ha detectado la presencia de una avería, ahorrando los elevados costes de desmontajes innecesarios cuando la bomba todavía está sana, e impidiendo también la aparición de fallos catastróficos si no se realiza una parada a tiempo.
Actualmente se están realizando ensayos en las instalaciones de bombas ideal, en los cuales se testean bombas con cojinetes sanos y desgastados, mientras se miden las tensiones y las corrientes a la salida del convertidor, las cuales sirven de entrada a los algoritmos de detección de fallos.
Los algoritmos desarrollados son especialmente útiles, pues permiten, a través de medidas realizadas en la superficie, detectar fallos en componentes de bombas situadas en pozos con profundidades entre 50 y 500 metros, sin la necesidad de instalar sensores, los cuales serían inviables debido a las altas profundidades y al medio acuoso en el que trabajarían.