VALÈNCIA. En lo que a centros comerciales se refiere, la presente legislatura será recordada por el 'no' del Consell a la multimillonaria inversión de Puerto Mediterráneo en Paterna. Junto al rechazo del complejo de Rabasa en Alicante, el celo del Ejecutivo valenciano ante grandes proyectos de este tipo ha supuesto la nulidad del 68% de la superficie comercial que se encontraron proyectada en la Comunitat cuando llegaron al poder.
Pero también ha habido proyectos con mejor suerte durante el presente mandato de gobierno. Es el caso de los complejos Estepark (en Castellón), VidaNova Parc (Sagunto) y el primer centro comercial de Benidorm. Los tres, que suman juntos alrededor de 135.000 de superficie comercial -lejos de los 300.000 de Puerto Mediterráneo y los 287.000 de Rabasa- sí han sido validados por el Consell de Ximo Puig.
¿Qué diferencia unos proyectos de otros? ¿Por qué los criterios urbanísticos, comerciales y medioambientales de la Generalitat han validado unos y otros no? Preguntado al respecto, el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, explica que "las diferencias con Puerto Mediterráneo son básicamente dos". "El caso de Benidorm, que es el último, es tal vez el más significativo. Es un proyecto que ocupa prácticamente la sexta parte del espacio que ocupa Puerto Mediterráneo, por un lado; y además contaba con una calificación del suelo ya adaptada para hacer un centro comercial", explica.
"Tampoco se tiene que olvidar una cuestión: se trata del primer centro comercial que se construye en Benidorm, mientras que los alrededores de València están especialmente saturados en estas cuestiones", agrega el dirigente. En cualquier caso, los argumentos que realmente tumbaron Puerto Mediterráneo no fueron políticos, sino exclusivamente técnicos -fundamentalmente los 50 metros que se guardaban de servidumbre junto a la carretera CV-35 en lugar de los 100 que exigía la Generalitat-.
Por lo que respecta al complejo de Sagunto, Álvaro destaca que este complejo se encuentra "en un parque Logístico que ya estaba en funcionamiento y adaptado a nivel urbanístico". "Lo único que se ha tenido que hacer es encajar en el lugar una determinada actividad que sí tenía cabida. Con Puerto Mediterráneo el análisis consistía en ver si el proyecto se adecuaba a un entorno no preparado par esta actividad.
En el caso de Estepark en Castellón, el procedimiento se encontraba en una fase más avanzada y el grueso de la tramitación administrativa que correspondió al actual Consell fue responsabilidad del área de comercio, que otorgó todos los permisos al observar que el proyecto cumplía con todos los requisitos legales y técnicos. No obstante, el director general de Comercio, Natxo Costa, reconoció públicamente que su departamento autorizó el complejo "porque no tenía más remedio".