VALENCIA.El PIB español podría contraerse un 11,5% en 2020 y crecer un 7% en 2021, según el último informe ‘Situación España’ de BBVA Research, presentado este martes por Jorge Sicilia, director de BBVA Research y economista jefe de BBVA; Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico; y Miguel Cardoso, economista jefe para España.
La contracción esperada para 2020 supone una rebaja de las previsiones del informe anterior -que estimaba una caída del PIB del 8% este año-, y se explica principalmente por la prolongación de las medidas de confinamiento por un periodo superior al esperado y por el mayor impacto de las restricciones sobre la demanda, al igual que lo ocurrido en otros países europeos.
Sin embargo, la reducción de los contagios y la flexibilización de las restricciones han dado paso a una recuperación intensa. La expectativa de que ésta se prolongue se ve reforzada por los ambiciosos anuncios de política en Europa y un impulso fiscal significativo en España. Con todo, los riesgos siguen sesgados a la baja, en un entorno de todavía elevada incertidumbre.
BBVA Research calcula que la caída de los niveles de actividad podría sobrepasar el 20% en el primer semestre del año respecto al mismo periodo de 2020. “La revisión a la baja del crecimiento en 2020 se explica por la prolongación de las medidas de confinamiento por un período superior al esperado; por el mayor impacto de las restricciones sobre la demanda interna; por una mayor concentración de la reducción del gasto en los bienes y servicios producidos internamente; y por la contracción del sector turístico”, señala el informe ‘Situación España’ del tercer trimestre de 2020.
Según las estimaciones presentadas este martes, las dudas sobre la salud y la situación laboral, junto con la mayor duración de las medidas de confinamiento y distanciamiento social, produjeron un ajuste del orden del 25% en el gasto en consumo de los hogares españoles en los primeros seis meses del año. El descenso del consumo se centró especialmente en sectores relacionados con servicios y, entre estos, aquellos en los que el consumo se realiza en un contexto social, como la restauración, el ocio y el turismo. Por el contrario, aumentó el consumo de alimentos y bienes relacionados con la salud.
El informe señala que las caídas en la inversión y en las exportaciones habrían sido severas, pero algo inferiores a lo previsto en el inicio de la crisis, mientras que el consumo público se habría acelerado, actuando como estabilizador. Ha sido de especial importancia la caída de la actividad en la compra de maquinaria y en la construcción residencial, que podría haber disminuido un 30% en el primer semestre, mientras que las exportaciones de bienes habrían evolucionado relativamente en línea con el PIB, con una reducción en torno al 20%. Entretanto, el gasto en consumo público se ha acelerado de forma considerable durante los últimos seis meses. “Esto consolida una tendencia perceptible desde finales del año pasado, pero que se ha potenciado con la necesidad de respuesta a la pandemia por parte de las administraciones públicas”, apuntan los economistas de BBVA.
La contención de la epidemia ha permitido la flexibilización de las restricciones y una recuperación económica particularmente intensa desde mediados del segundo trimestre del año. Si esta recuperación continúa, podría llevar a un aumento del PIB del 10% trimestral en el tercer trimestre. Desde inicios de mayo, diversos indicadores apuntan a que la actividad se ha reactivado, conforme las limitaciones al movimiento y a la apertura de negocios se han relajado, sobre todo en aquellas provincias que comenzaron la desescalada antes. Asimismo, cada cambio de fase se ha visto acompañado por un nuevo avance del consumo, en algunos sectores por encima de los niveles observados antes de la crisis. Todo esto podría llevar a un incremento del consumo de los hogares cerca de un 20% trimestral en el tercer trimestre.
El impacto de la crisis, además de significativo, ha sido heterogéneo y diferente al observado en la crisis de 2008. Esto se observa, por ejemplo, en el comportamiento del empleo. En esta ocasión, las ocupaciones más afectadas tienen una mayor presencia femenina y los mayores de 35 años representan más de la mitad de las personas que han perdido su empleo, frente a una quinta parte en 2008. Otro ejemplo es el sectorial, donde la construcción no es uno de los detonantes de la crisis, y la hostelería, tradicionalmente un sector refugio en otros episodios de incertidumbre, sufre considerablemente las repercusiones de la epidemia.
Respecto a la economía europea, BBVA Research resalta que, aunque muestra un punto de inflexión, las políticas más expansivas abren la posibilidad de escenarios más positivos, siempre y cuando la epidemia permanezca bajo control. Destaca dos anuncios positivos: por un lado, un nuevo fondo de recuperación – ‘Next Generation EU’ – equivalente al 5,4% del PIB de la UE. BBVA Research ve adecuados tanto su tamaño, como los plazos y composición, y lo considera un paso importante de cara a una mayor integración fiscal en Europa, a pesar de que queden detalles pendientes de conocer. Por otro lado, el BCE ha continuado expandiendo su hoja de balance, con un contundente incremento en la liquidez (a través de las subastas TLTRO III) y garantizando la correcta transmisión de la política monetaria en la zona del euro. “Esto, junto con los programas de garantía pública, ha permitido que el crédito a empresas se haya expandido de manera excepcional en el segundo trimestre del año”.
En España, la expansión del gasto público se acelera y el déficit podría alcanzar casi el 15% del PIB este año. BBVA Research estima que las medidas de impulso a la demanda interna – entre las que destacan la aprobación del Ingreso Mínimo Vital (IMV), los programas sectoriales (automoción, turismo), la provisión de liquidez a las empresas más afectadas o la extensión de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y la prestación por cese de actividad hasta septiembre de 2020 – alcanzarán al menos un 3% del PIB en 2020. En este contexto, anticipa que las cuentas públicas sufrirán un deterioro considerable.
En su informe, BBVA Research considera que “el diseño del Ingreso Mínimo Vital cumple buena parte de las condiciones necesarias para reducir la incidencia de la pobreza extrema y aumentar la empleabilidad y la inclusión laboral de sus beneficiarios”. En este sentido, destaca que es compatible con el empleo y su diseño trata de evitar que sus beneficiarios caigan en una trampa de pobreza. Buena parte del éxito del IMV dependerá de su implementación correcta y de la evaluación periódica, afirma.
Asimismo, asegura que “la extensión de los ERTE hasta el 30 de septiembre es una medida necesaria para preservar puestos de trabajo”. Aunque la extensión es bienvenida, no debe continuar indefinidamente. En esta línea, explica que las políticas públicas deberían incentivar la rápida transición de los trabajadores hacia sectores más productivos y en expansión.
Respecto al flujo de crédito a la economía, BBVA Research indica que la provisión de avales, junto con la acción del BCE y del sector bancario, han logrado impedir una mayor caída del PIB en el segundo trimestre del año, de entorno a 4,5 puntos porcentuales. El saldo de crédito bancario a las empresas no financieras ha aumentado en mayo al mayor ritmo interanual desde finales de 2008. Este crecimiento se debe sobre todo a la coordinación entre la autoridad monetaria, las administraciones públicas, el sector bancario y las empresas. En este sentido, el informe valora positivamente la línea ICO de 40.000 millones de euros para incentivar la inversión en digitalización y sostenibilidad ambiental, junto con los 10.000 millones asignados al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas como instrumentos útiles para garantizar que las empresas permanezcan a flote y eventualmente acometan proyectos de inversión.
Con todo, los riesgos siguen sesgados a la baja, en un entorno de todavía elevada incertidumbre, indica BBVA Research. El principal obstáculo a la recuperación continúa siendo las dudas respecto a la evolución de la pandemia y la efectividad de las medidas tomadas para limitar de manera sostenida el contagio. No obstante, también existe margen para escenarios más positivos en los próximos trimestres, pero requerirán de la consolidación de la buena dirección que han tomado algunas políticas a nivel europeo y de la construcción de consensos a nivel nacional alrededor de las medidas necesarias para impulsar la capacidad de crecimiento.