Estar o no estar, ser o no ser que diría Hamlet. La duda shakesperiana nos puede servir de guía en las circunstancias del momento que vivimos. En las interrelaciones personales y políticas de nuestros representantes hay de todo: utilización torticera de personas, traición, venganza, despecho y cobro de facturas pasadas
El utilitarismo y pragmatismo de las presencias. Sabido es que si estamos hablando de política, enseguida se nos viene a la cabeza la rentabilidad del momento. Nuestro país está metido, parece, en un nuevo déjà vu electoral si no lo remedia el santo advenimiento como poco. A saber, Pedro Sánchez con una hiperactividad casi indisimulada recorriendo el mapa patrio y recibiendo a tirios y troyanos,-no a todos porque algunos no se dejan-, está utilizando este supuesto impasse veraniego para organizar su relato, que dicen los modernos, y preparar la nueva contienda electoral. O sea está de campaña pura y dura. Insiste Sánchez en que no tira la toalla y que va a intentar repetir su investidura. O desconocemos, seguramente sí, las claves que maneja, pero tiene pinta que nadie nos quita unos nuevos comicios. Hemos criticado al Presidente porque habla fuera de España, porque apenas comparece ante los medios en nuestro país y hete aquí que llevamos quince días de febril actividad. Esta sensación de que hace, o parece que hace, para llegar al mismo sitio, ese 10 de noviembre. Esa practicidad de la presencia que por abrumadora diera la sensación de que los demás no están ni se les espera. La pregunta es ¿Simulación o verdaderamente nos tenemos que creer que lo está intentando? ¿Por qué tanta insistencia y rechazo contra Pablo Iglesias? ¿Existe algo más que desconocemos todos para explicar ese rechazo o es puro marketing para aniquilar al contrario? La pregunta no es baladí. A pesar de la puesta en escena de Sánchez muy dura con Podemos y su líder, los equipos se estarían intercambiado papeles, o sea negociando. Entonces ¿qué está pasando que no vemos?
¿Y los ausentes? No estar a veces también es una forma de hacer política. Sin embargo los gurús siempre dicen que una presencia bien utilizada ayuda y mucho. Otros aseguran que si no hablas no te equivocas y eso hasta puede ser rentable. En estos últimos días en apariencia apenas sabemos nada de Pablo Iglesias, muy mentado por Sánchez, tampoco de Albert Rivera que a lo mejor rumia alguna nueva ocurrencia. Algo más hemos sabido del líder popular Pablo Casado revivido tras la fallida investidura y el golpe de timón en su partido. Casado quizás se siente cómodo en esta situación de indefinición porque sus contrarios, sobre todo en su parcela (Ciudadanos y Vox) le dan un nuevo espacio. Y ni que decir tiene lo que ocurre en la izquierda que le beneficia. Y además tiene que rentabilizar su posición institucional ha conseguido recuperar Madrid (ayuntamiento y comunidad). En el caso de Iglesias parece que se masca una nueva decepción. Le aprietan desde dentro para que se entienda con Sánchez, pero es muy difícil no el acuerdo, sino incluso el acercamiento. Está muy resentido y es consciente del error cometido al no aceptar la entrada en el gobierno. Ya no le pasa ni una a Sánchez, pero es que el presidente tampoco, es recíproco. La relación está rota, salvo que haya algún movimiento oculto en la trastienda que revele lo contrario. Porque en política es sabido que todo puede ser posible. O sea que estas ausencias de unos y de otros pueden tener mensaje. Alguno dirá, es que están de vacaciones, descansando de tanta exposición mediática y trabajo parlamentario. Como principio general no nos creamos nada de lo que vemos en apariencia.
Qué fácil es utilizar al Rey como sparring o pin pan pun propiciatorio cuando no se resuelven las cosas y no se consigue formar gobierno. El rey Felipe VI lleva cinco años en la Jefatura del Estado y ha tenido que convocar seis rondas de consultas para elegir presidente del gobierno. Su padre, Juan Carlos en casi cuarenta años al frente del país tan solo realizó diez. Eran los añorados tiempos del bipartidismo, que muchos ahora echan de menos. Cada vez que surgen dificultades para la conformación de gobierno se escrutan los gestos y las palabras de monarca. Se asegura que lo que dice, lo dice con fundamento. O sea puesta en marcha de la Constitución, aquello de favorecer el entendimiento siempre dentro de la Carta Magna. Sin embargo todos, y digo todos, enseguida queremos ver más allá de lo expresado por el rey. Y claro se cae en la tentación de reinterpretar lo asegurado por Felipe VI. Que si presiona a Sánchez, o a Rivera, que ya lo hizo con Rajoy y al final se repitieron las elecciones, que si debe hacer algo más que recibirlos, que puede proponer a otro candidato con mayor consenso, que si,…a alguien se le olvida que tiene un papel escrupuloso. Cumple con pulcritud con la Constitución y no se inmiscuye, aunque algunos sí lo piensen. Es muy fácil utilizar sus palabras, incluso sus silencios porque otros no hacen su trabajo como les han ordenado los ciudadanos tras las últimas elecciones. Mientras la gestión gubernamental está paralizada, no hay actividad parlamentaria, mucho menos control al gobierno y tampoco se legisla. Todo un poema si pensamos lo que tenemos por delante. El 31 de octubre el brexit se hará efectivo, también conoceremos la sentencia del procés, que se presume contundente y la economía que ya empieza a reflejar cierta desaceleración.
El Tablero
Las frases de la semana
El Rey Felipe VI: “Lo mejor es encontrar una solución antes de ir a elecciones”¡Sería lo deseable, pero tanta claridad constitucional en el verbo desata las interpretaciones!
Pedro Sánchez, presidente del gobierno en funciones: “La desconfianza entre el PSOE y Unidas Podemos es recíproca” ¡Pues menos mal que era el socio preferente y el que le puso en Moncloa. O alguien se saca un conejo de la chistera o vamos de cabeza a elecciones!
Pablo Echenique, secretario de acción de gobierno de Podemos: “Desconfianza en quien le hizo presidente y con quien pactó los presupuestos más sociales de la democracia. Es la enésima excusa para no aceptar un gobierno de coalición” ¡Pena y decepción por lo que pudo ser y ya no será. Han cometido el error de su vida!
Joan Baldoví, diputado de Compromís: “Pedro y Pablo se han metido tanto el dedo en el ojo que deberían hacer un reset para negociar” ¡O nos engañan o se les acabó el tiempo del entendimiento. Es muy difícil reconstruir puentes desde la desconfianza!
Teodoro García Egea, secretario general del PP: “Que Sánchez deje paso a otro candidato socialista o incluso a otro candidato de otra formación política. Que nos proponga otro nombre y si no, que dé paso a los partidos constitucionalistas” ¡Como estrategia no ha estado mal, aunque en el PP todavía están sorprendidos por la ocurrencia!
José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE responde: “Es el chiste del día” ¡No le quedaba otra respuesta. Están que no les llega la camisa al cuerpo. No les dan los números. O a lo mejor es que ya están de campaña!
Cayetana Álvarez de Toledo, portavoz del PP en el Congreso: “El PP solo se abstendría si Sánchez deja de ser Sánchez, es decir si se hiciera una lobotomía política y se convirtiera en constitucionalista” ¡Lo de ampliar el lenguaje político está bien. Pero hay que pensar en el común de los mortales y tantos circunloquios o palabros tan estudiados a veces no dan los frutos esperados. Más sencillez!
Isabel Díaz-Ayuso, próxima presidenta de la Comunidad de Madrid desligándose de Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes: “Soy otra persona, tengo otro perfil, otra etapa y otros proyectos” ¡La herencia que siempre vuelve. Va a tener que demostrar más que nadie!
Cristina Cifuentes, ex presidenta de la Comunidad de Madrid, respondiendo en redes sociales con una frase de Gandhi: “No hay que apagar la luz del otro para lograr que brille la nuestra” ¡Respirando por la herida y dolida con su otrora colaboradora. Insiste en su inocencia y en que alguien le ha jugado una mala pasada. Se resiste a formar parte del pasado!