VALÈNCIA. Growth Inversiones, el vehículo financiero de Rafa Nadal presidido por su padre Sebastián, cerró el pasado año con un patrimonio de 42,56 millones de euros. O lo que es lo mismo: un 6,29% por debajo de los 45,417 millones que mantenía a buen recaudo a fecha 31 de diciembre de 2017, tal y como lo ha constatado este diario de la base de datos pública de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
De este modo, la rentabilidad cosechada durante 2018 fue de un 6,29% negativo, que contrasta con los positivos resultados de los últimos ejercicios: en 2017 se revalorizó un 4,07%; en 2016 un 0,53%; y un 5,08% en 2015. Bien es cierto que dicha sociedad de inversión de capital variable ha venido levantando el vuelo en las seis primeras semanas del año, dado que el patrimonio ha vuelto a elevarse por encima de los 43 millones de euros en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) donde cotiza como la práctica totalidad de sicavs.
Domiciliada en Barcelona y gestionada por el Urquijo -la división de grandes patrimonios del Banco Sabadell-, al término de 2018 contaba con 105 accionistas, es decir, solo cinco por encima del mínimo legal establecido en el centenar. Y, además, uno solo controlaba el 87,65% de una potente cartera donde primaban en casi un 90% las posiciones en activos extranjeros y principalmente a través de instituciones de inversión colectiva (IIC) vía fondos.
De hecho a 31 de diciembre pasado, la cartera tenía invertido algo más del 45% de su patrimonio -cerca de 20 millones de euros- en gestoras de la talla mundial de BlackRock, AXA Funds, Amundi, Morgan Stanley y Robeco, entre las principales.
En cuanto a la renta variable se refiere, y más concretamente en acciones, la representación española alcanzaba a solo cuatro cotizadas: Amadeus (247.000 euros), Banco Sabadell (73.000), Ferrovial (270.000) e Iberdrola (303.000), lo que arrojaba un total de 894.000 euros siempre según datos recabados por Valencia Plaza del site del organismo supervisor.
Por su parte, en el plano internacional se dejaban ver una veintena de cotizadas -bien diversificadas y de calado mundial-, que totalizaban 4,37 millones de euros. A destacar Deutsche Telekom (465.000 euros), Sanofi (464.000), Unilever (411.000), Royal Dutch Shell (364.000) y TotalFina (363.000), por citar las cinco con mayores inversiones.
Asimismo Growth Inversiones también tenía posiciones defensivas dentro de un portfolio diversificado como cualquier inversión que se precie. Concretamente un tercio de la cartera estaba invertido en renta fija principalmente a través de deuda corporativa de empresas españolas (BBVA y Banco Santander) como de firmas foráneas (BNP Paribas, Crédit Agricole, Goldman Sachs, ING Groep, Société Générale y Volkswagen).