VALÈNCIA. Tal vez la idea era buena pero la ejecución ha terminado siendo desastrosa. La moción de censura ideada por PSOE y Ciudadanos en Murcia para desalojar al popular Fernando López Miras está cada vez más cerca de convertirse en una pesadilla para sus impulsores, que apuntan a convertirse en cazadores cazados.
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ve cómo su golpe de efecto se ha convertido en un bumerán que amenaza con alcanzarla. Y esto va acompañado de un puñado de referentes de su partido como Toni Cantó (Comunitat Valenciana), Juan Marín (Andalucía), Begoña Villacís (Madrid) o Francisco Igea (Castilla y León), que avisan que tienen unas cuantas cosas que decirle en la próxima Ejecutiva del partido.
En cuanto a los socialistas, el foco se sitúa en el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, al que muchos medios han situado como el cerebro de una operación a priori atractiva que se ha ido torciendo y que podría terminar con una situación muy ventajosa para sus rivales. En el peor de los casos para los socialistas, Murcia seguiría en manos de López Miras y Ciudadanos podría desintegrarse y agrandar el espacio para el PP y Vox -con el consiguiente beneficio de la Ley d'Hondt que penaliza la atomización de los bloques-. A todo ello, habría que sumar unas posibles elecciones en la Comunidad de Madrid en las que Isabel Díaz Ayuso, una de las archienemigas de Pedro Sánchez, podría arrasar.
De producirse esta situación, el principal perjudicado sería el propio presidente del Gobierno y líder del PSOE, quien este viernes no debería estar demasiado contento con la concatenación de hechos que habrían convertido una operación de éxito en un balón de oxígeno para Pablo Casado. Si como se ha informado, el valenciano Ábalos ha sido el gran artífice de la maniobra, los defectos en la ejecución también le pueden ser anotados.
No obstante, en las últimas horas, diversos medios informaban de que desde el sector de Cs Ana Martínez Vidal, la virtual nueva presidenta si triunfaba la operación, se había propuesto a los tres diputados expulsados de Vox su apoyo para sacar adelante la moción, toda vez que López Miras había logrado que tres parlamentarios de Ciudadanos se desmarcaran de la misma recuperando así la mayoría.
Unos contactos que, posteriormente fueron negados desde la formación naranja. Más allá de la realidad o no de una oferta en firme, el PSOE debería replantearse en este punto si no es un precio muy alto a pagar apoyarse en tránsfugas de la ultraderecha que tanto ha criticado para obtener el poder en Murcia. ¿Tantas acusaciones al PP de blanquear a Vox y afearles sus pactos con la formación de Santiago Abascal para pactar ahora con sus exdiputados? Sería, sin duda, munición bien recibida sin duda por los de Pablo Casado para disparar a Pedro Sánchez en el Congreso.
En cualquier caso, dos son los escenarios posibles: si la moción falla definitivamente, Arrimadas quedará desacreditada frente a sus opositores internos y, además, será responsable de ahondar en la imagen de desintegración que viene ofreciendo su partido. Ábalos, por su parte, también perderá fuelle en el PSOE a la espera de calibrar las consecuencias del efecto dominó iniciado.
Si la moción sale adelante con los diputados expulsados de Vox, Arrimadas todavía asomar mínimamente la cabeza, aunque la maniobra seguirá sufriendo una fuerte desaprobación interna. En cuanto al dirigente socialista, habría conducido una operación de un coste probablemente demasiado alto para desalojar al PP de un gobierno regional que, además, estará presidido por Ciudadanos y dependiendo de diputados tránsfugas de Vox en la cámara.
