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Apuntes y experiencias de una cultura valenciana unida por el #MeQueer

29/08/2018 - 

VALÈNCIA. Tres titulares:

El Vaticano no quiere líos: así eliminaron la frase del Papa sobre la psiquiatría y los gais (El Confidencial)

“Con Franco no podían obligar a los niños a ser homosexuales como están haciendo ahora” (Espejo Público, Antena 3)

“Vete a follar al Saler”: Un joven denuncia una agresión homófoba en el metro de València (El Diario)

Aunque parezca mentira, todos estos titulares se han publicado en la última semana. Este repaso de prensa podría ser la excepción, pero no lo es. Constituye, por el contrario, un minúsculo ejemplo de algunos de los persistentes ataques dirigidos al colectivo LGTBI y su representación. Con muchas historias individuales por contar, el reto es impulsar la memoria colectiva, una Historia basada en la reescritura y en los nuevos relatos. Impulsado por el periodista alicantino Rubén Serrano, hace días que el movimiento #MeQueer sacude las redes sociales, recopilando miles de experiencias contadas en primera persona por gais, lesbianas, bisexuales o transexuales. Historias de odio, abusos y, también, solidaridad y amor. Precedida por un #MeToo que ha sacudido el mundo, la campaña ya ha conseguido cruzar fronteras tras apenas unos días de vida. Detrás de la etiqueta, microhistorias de carácter global con las que no pocos se sienten identificados. El fenómeno generado, de igual forma, invita a desarrollar más ‘tentáculos’, a ampliar su campo de análisis y acción. 

Teniendo en cuenta que las industrias creativas son las encargadas, en gran medida, de nutrir la cultura –más o menos popular- de nuevos referentes y de romper con los esquemas previamente establecidos, en Cultur Plaza damos un pequeño giro al objetivo del #MeQueer cediendo la palabra a algunos miembros de este colectivo vinculados a campos como la comunicación, la literatura, la música, la ilustración, el cine, el arte o la moda. Así, son distintos profesionales valencianos los que a modo de tuit –o, mejor dicho, TwitLonger- nos explican de qué manera vehiculan la conversación en torno a las cuestiones LGTBI en sus distintos ámbitos laborales. A veces de manera explícita, otras no, pero siempre con una mirada consciente de la necesaria inclusión de nuevas representaciones. Estos son algunos apuntes y experiencias de distintos agentes culturales de la Comunitat tras el #MeQueer.

Betto García, diseñador

La visibilidad es clave. El hecho de que cada vez más miembros del colectivo destaquemos en nuestras profesiones es un gran paso: generamos referentes. ¿Por qué no hay apenas gais, lesbianas o bisexuales reconocidos en nuestros libros de historia? No interesaba. El orden heteropatriarcal trataba de imponer un modelo de masculinidad único. Yo soy diseñador, que es una profesión tradicionalmente vinculada –estereotipo mediante– a lo femenino y a lo queer. Pero al tener mi propia marca también soy empresario y he de lidiar con inversores, artesanos, bancos, proveedores, etc, y todos los días soy consciente del camino que queda por recorrer. Es importante que no solo haya referentes queer en mundos como el del arte o las artes, en general, más abierto de mente y progresista, sino que cada cual pueda ser quien quiera ser en cualquier sector, sobre todo en los más masculinizados. Que ser gay-friendly no sea la excepción.

Alberto Sancho, comunicador y gestor cultural

Ser director de comunicación es, también, tener la oportunidad de expresarte desde los escaparates de las personas con las que trabajas. Más allá de incluir acciones explícitas de apoyo, normalización o visibilización, en el día a día deben establecerse hábitos saludables para la audiencia: cuestiona cada palabra y cada imagen que escoges. Todavía recuerdo el pollo cuando intenté que una campaña de San Valentín (!) no se basara solo en una pareja heterosexual. Hacer que los clientes —que no siempre tienen la razón— se cuestionen las cosas es tan improductivo como satisfactorio.

Anna Boluda, escritora 

Tretze anys després del canvi legal que permet el matrimoni i l’adopció a parelles de lesbianes i gais, les famílies homoparentals continuen sent pràcticament invisibles a escoles i instituts, a les sèries infantils, als llibres de text… No hi ha referents propers. Jo he escrit la novel·la juvenil Res a amagar per intentar acostar aquesta realitat, i la del bullying homofòbic, a adolescents i professorat. Cal parlar-ne, i molt. Explicar-ho, reflexionar, posar-se en la pell dels altres. Queda molt camí per fer, però sóc optimista: l’homofòbia té cura.

"les famílies homoparentals continuen sent pràcticament invisibles a escoles i instituts, a les sèries infantils, als llibres de text…"

Juan Nieto, periodista

La percepción que se tiene hoy en día del colectivo LGTBI en los medios de comunicación no tiene nada que ver con la que había hace diez años. Cuando entré por primera vez a trabajar en un periódico, era la única persona de la redacción que hablaba de su condición sexual con normalidad. Sentí respeto y mucha curiosidad, nos percibían como un colectivo exótico. Me propuse que nos conocieran. Si se generaba un discurso inclusivo en la redacción, se rompían estereotipos y quedaba reflejado en las informaciones. ¿Cómo se construye ese relato? Las informaciones sobre el colectivo tienen que ir más allá de la celebración del Orgullo o el día contra la intolerancia. Incluso más allá de las agresiones de carácter homófobas o de los delitos de odio. La presencia del colectivo LGTBI en los medios de comunicación tiene que ser transversal, alejarse de esa idea comúnmente aceptada que tienen de nosotros.

¿Por qué referentes del colectivo sólo tienen que aparecer en los medios de comunicación en programas especiales o reportajes determinados? ¿Por qué sólo se habla de nuestro modelo de familia en la celebración de la aprobación del matrimonio homosexual? Eso está bien pero queremos ver a personas gays, lesbianas, bisexuales o transexuales en tertulias de televisión, hablando de cualquier asunto trascendente, no únicamente de igualdad. Es lo que intento hacer desde mi trabajo, incluir a referentes del colectivo en tertulias analizando la actualidad política, la vivienda o cualquier tema que consideren oportuno y para el que estén preparados. Sólo así romperemos esquemas de género, transformaremos la sociedad y construiremos un relato inclusivo de una vez por todas.

Josep Arbiol, director de la MICE

La alfombra de la MICE es rosa. Y no es un hecho casual ni una vana frivolidad. El rosa, “el color de las niñas", sería desde un principio el color señera. Color de integración y transgresión para todas y todos. Y un rosa fuerte, cantarín. En educación la inclusión es el valor más importante a impulsar y desde la organización del festival siempre hemos querido provocar reacciones, estimular pensamientos críticos, despertar conciencias abotargadas y apostar por una sociedad abierta, lejos de tabúes adultos y maniqueísmos castradores. No por ser un festival educativo e infantil/juvenil nos teníamos que ceñir a los cuentos de hadas de Disney o Pixar repletos de estereotipos sexistas y miradas conservadoras o “políticamente correctas”. La cuestión de género se ha de tratar desde la más tierna infancia y dentro de ella visibilizar y normalizar los derechos de la comunidad LGTBI. Aún recuerdo cuando inauguramos la quinta edición con una película india con temática homosexual y con la presencia del embajador de la India, donde están prohibidas las relaciones homosexuales. Pero lo más interesante es destacar cómo, año a año, el número de películas realizadas por niños, niñas y jóvenes que recibimos contienen personajes gay integrados positivamente dentro de sus guiones. Con naturalidad. Como en la vida que deseamos.

Víctor Sánchez, director de escena y dramaturgo

Creo que es necesario releer los clásicos desde una perspectiva queer, sacar a relucir la homosexualidad empañada y, si es preciso, inventarla. Y también hay que ser transgresor con nuestros propios textos o, al menos, ayudar a dar visibilidad a las sexualidades disidentes que se aparten de la normatividad heterosexual-patriarcal-blanca. Hay que apropiarse del insulto (maricón, marimacho, travestorro, bisexual vicioso) y también del discurso. Tenemos el derecho y la obligación de reescribir la historia.

"es necesario releer los clásicos desde una perspectiva queer, sacar a relucir la homosexualidad empañada y, si es preciso, inventarla"

Ada Díez, ilustradora y diseñadora gráfica

Aunque el hashtag #MeQueer sea algo nuevo, la lucha LGTBI por una representación y visibilización digna sigue siendo una batalla continua. Mi modo de crear está muy basado en la cultura pop, en los libros, cómics, series o películas que consumo, y muchos de ellos incluyen contenido LGTBI que posteriormente transmito en los carteles o ilustraciones que realizo. Los elementos que escojo para mi trabajo me permiten mostrar una mayor diversidad que transformo muchas veces en actitud, pues creo que una visibilización adecuada siempre ayuda a que la sociedad avance. Como creadores, como participes de la cultura, como comisarios tenemos el deber de fomentar y aportar nuestro grano de arena en esta problemática #representationmatters

Miguel Andrés, performer

Como artista y activista trato de sensibilizar a la sociedad a través del performance art. Actualmente estoy muy centrado en el VIH puesto que soy seropositivo y veo la necesidad de comunicar la discriminación a la que estamos sometidos incluso dentro del propio colectivo LGTBIQ+. El VIH es el armario que está dentro del armario y por ello somos discriminados doblemente: por nuestra sexualidad y por nuestro estado serológico.

Estrella Jover, fotógrafa

Ser mujer y decir que tienes novia es como caminar de noche sola por la calle: quieres pensar que no va a pasar nada, pero lo haces con miedo. Gestionar con valentía esos pequeños movimientos cotidianos es un acto íntimo revolucionario. La primera vez que hablé de mi novia en un contexto laboral dije “mi compañera de piso”. Nunca más. Contar nos empodera y hacerlo desde la cultura, la educación o la prensa debería ser una obligación para todas y más aún para las que hemos sentido ese miedo.

Pau Sanz i Vila, ilustrador

En mi trabajo el tema LGBT está siempre presente, lo está también en mi vida y es algo que irremediablemente formar parte de ambas. Me llaman “maricón” por la calle y dicen que mi obra es muy gay, me da igual. Mi primera gran exposición fue en Barcelona, My sweet home, donde mostraba diferentes personas en la intimidad de su hogar amando sin miedo a las miradas. Desde hace ya tres Orgullos he realizado en Madrid una carroza gracias a Barbanarama, hecho que me ha ayudado a estar siempre presente en un evento que creo necesario. También dedico ese día mi cuenta de Instagram a hablar de mis vivencias personales e intentar ayudar a las personas más jóvenes que empiezan a conocer y no entender un rechazo gratuito que existe aún en la calle.

Eley Grey, escritora

Hace cinco años decidí escribir historias donde aparecieran mujeres que aman a otras mujeres. Acababa de descubrir autoras y editoriales que introducían personajes diversos en sus libros y yo quise contribuir de alguna manera. Pensé que, como yo, si otras personas encontraban protagonistas LGTBI en los textos, podrían por fin dejar de sentirse bichos raros, extrañXs y ajenXs a la realidad del mundo. Entonces escribí mi primer libro: Las mujeres de Sara. Desde entonces no he dejado de unir letras con un objetivo claro: mostrar personajes diversos para naturalizar la perspectiva social.

Eduardo Jairycovich, director artístico y estilista

Nacemos condicionados y a lo largo de la vida vivimos el martirio de la exclusión y el odio para luego nosotros mismos presionarnos para intentar encajar en una sociedad estigmatizada. Desde mi posición como director artístico y estilista siempre he intentado hacer llegar a las personas una lucha que he llevado por dentro, canalizada a través de mis proyectos y mi propia persona. La estética queer, la androginia, el amor propio y temas como el sexismos y el machismo son los que más trato en mi revista con invitados que saben plenamente de lo que hablamos. A principios de 2018, empecé a organizar una edición de Chapelle Magazine (@chapellemag) que saldrá proximamente en la cual intento abarcar y dar visibilidad a todo el colectivo y a las personas que luchan a nuestro lado, rompiendo los estereotipos, los tabús e intentando normalizar ciertos puntos como la sexualidad LGTBI+. Todos tenemos la necesidad de ser como queramos ser y sobretodo libres, sin que nadie nos pare. Nos queda un camino muy largo por recorrer, pero haciendo frente, lo conseguiremos.

Encarna Sant-Celoni i Verger, escritora y traductora

Voler fondre't de vergonya quan tot un autobús t'insulta en enxampar-te fent un bes a la teua nòvia; el desengany que una que creies amiga, en confessar-li que ets lesbiana, et diga que això és com triar la poma podrida en lloc d’una sana; el desconcert amb què et deixa la teua mestra preferida en adonar-te que et vol guarir de la malaltia d’estimar una altra dona... El nostre #MeToo particular i tan invisible com nosaltres.

"El campo del arte no está exento de violencias, acoso, discriminaciones e injusticias raciales, coloniales, de sexo-género"

Felipe Rivas San Martín, artista visual e investigador

El campo del arte no está exento de violencias, acoso, discriminaciones e injusticias raciales, coloniales, de sexo-género. Así lo hemos experimentado en las diferentes instituciones artísticas. Pero al mismo tiempo, el campo del arte parece ser un espacio privilegiado donde se puede abordar el vector de género minoritario o las sexualidades disidentes, ya sea como temas de experimentación creativa o con fines reivindicativos. Muchos artistas trabajamos desde nuestras propias biografías sexuales para producir obras que cuestionen y amplíen los estrechos marcos de la norma sexual y cultural.

Mila Martínez, escritora

Procuro ser fiel a mí misma. Mi fórmula para influir en mi entorno siempre ha sido la normalización. Como escritora, tengo la responsabilidad de crear historias inclusivas, de potenciar personajes LGTBQ, de aportar mi granito de arena para forjar un mundo mejor donde el punto de referencia sea el respeto, donde nadie sufra por cómo siente o por quién lo siente. #MeQueer

Javier Vilalta, Director Humans Fest, Associació Àmbit

‪La cultura es la herramienta más importante para transformar la sociedad que llega a toda la sociedad, implementar un lenguaje inclusivo en nuestras acciones es nuestro mejor activismo para la comunidad LGTBI. Todos los proyectos que dirijo la sensibilización en diversidad y género es transversal en todas las acciones, en el Festival de cine hay un apartado específico para visibilizar la realidad de las personas trans, la comunidad LGTBI y especialmente la sensibilización sobre el género no binario en escuelas, proyecciones, secciones especializadas, en 2018 hemos decidido llevar estas acciones a las localidades de interior que están años luz. En Àmbit tenemos un programa de sensibilización sobre sexualidad y nuevas masculinidades dentro y fuera de prisión rompiendo esquemas del heteropatriarcado.

Luis Noguerol, mediador cultural y voluntario de Lambda.

La cultura nos ofrece fabulosos recursos  que abordan específicamente cuestiones LGTBI, (cine, exposiciones, literatura, música, etc). Sin embargo, es tal el imperio del heterocentrismo que también me gusta desplegar la perspectiva queer en cualquier tipo de producción cultural con la que trabajo, aunque no incida de manera explícita sobre temas LGTBI. Además considero importante hacer visible mi condición de homosexual o impulsar pequeños gestos, como por ejemplo, recoger la posibilidad de asignarse una tercera opción de género en encuestas de actividades que organiza mi empresa.

Binomio Mujeril, fotógrafas

Nos sumamos a la lucha sacando a la luz la serie que lleva por nombre AMAZONAS con el fin de homenajear y visibilizar a las mujeres lesbianas. Decidimos rescatar este pueblo de la mitología griega formado por mujeres valientes y luchadoras ya que lo personal es político y cualquier forma de organización de la vida al margen de la 'parejonormatividad' establecida, es una forma de lucha política y una manera de reflejar una realidad bella y enriquecedora.

Óscar Hernández, escritor

Escribir me permite denunciar la homofobia y narrar relaciones homosexuales que ayudan a mucha gente a aceptarse a sí misma o, a los lectores no lgtbi, a conocer, entender y respetar otras formas de amar y desear. En mis novelas aparecen personajes y relaciones homosexuales porque la visibilidad y los referentes son imprescindibles para lograr el respeto y la normalización. Si El viaje de Marcos ayudó a miles de jóvenes a aceptar su homosexualidad, creo que El guardián de los secretos y Esclavos del destino han contribuido a que los personajes gays sean vistos con naturalidad por los lectores.

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