VALÈNCIA. (EFE/Loli Benlloch). Quedarse tirados en L'Albufera, dar un mitin paraguas en mano y sobre una silla o lesionarse jugando al rugby son algunas de las anécdotas de esta campaña electoral en la Comunitat Valenciana, en la que también ha habido tiempo para invitar al adversario a ir de concierto o 'colarse' en actos ajenos.
Los quince días de la campaña para las elecciones autonómicas y generales del 28 de abril en la Comunitat Valenciana, que está a punto de finalizar, han sido intensos en actos y mítines electorales, entre los que no han faltado las anécdotas para hacer más llevaderas estas dos semanas a los candidatos y candidatas.
Uno de los elementos con los que quizá no contaban los partidos ha sido la climatología adversa, que en unas ocasiones ha obligado a cambiar las agendas a última hora y en otras a dar mítines bajo la lluvia, encima de una silla y micrófono en mano porque el atril se estropeaba, como le pasó a Manolo Mata (PSPV) en L'Alcúdia.
Seguro que tampoco tenían previsto que el recorrido en barca por L'Albufera de la candidata de Compromís a la presidencia de la Generalitat, Mónica Oltra, acabara con la barca parada en medio del lago tras incendiarse el motor. Hubo que volver a puerto perchando, aunque eso sí, sacando pecho del lema de campaña: "Imparables".
Tirados se quedaron también, pero en la carretera debido a las retenciones causadas por un accidente, algunos candidatos de Ciudadanos de Valencia y Castellón que acudían a un mitin de Inés Arrimadas en Alicante, y que tuvieron que echar mano de móviles y ordenadores para no perderse los discursos.
Nada comparable, eso sí, con lo que le pasó al equipo de comunicación del PSPV-PSOE, que llegó tarde a una acto en Vallibona (Castellón) porque se les cruzó una vaca en la carretera y no pudieron pasar hasta que el animal decidió moverse. Quizá por eso Ximo Puig ha optado por ir andando a todos lo actos que ha podido.
Ser adversario político no está reñido con la buena relación personal, por lo que la candidata del PP a la presidencia de la Generalitat, Isabel Bonig, invitó antes de un debate electoral a su homólogo en Cs, Toni Cantó, a ir juntos al próximo FIB, invitación que este no rechazó, aunque confesó que él es más del Rototom.
Y Puig, por el Día del Libro, hizo sendos regalos literarios a sus contrincantes directos: Anna Penyas para Oltra (Compromís), Francisco Brines para Bonig (PP), Rafael Chirbes para Cantó (Cs), y Eric Vuillard para Rubén Martínez Dalmau (Unides Podem-EU).
Quien parece no llevarlo tan bien es Dalmau, quien en un mitin con Pablo Iglesias ironizó sobre el hecho de que en dos debates electorales le haya tocado junto a Bonig y Cantó: "¡Imaginad el karma que estoy pagando de otras vidas!".
Dalmau no ha dudado esta campaña en "colarse" en un barracón escolar instalado en Elche por Cs para criticarlo y subirlo a las redes sociales, aunque el más viral ha sido Manolo Mata (PSPV) con sus vídeos en los que, ante una pizarra, lo mismo ha criticado la propuesta fiscal del PP y Cs que ha defendido la escuela pública o ha recomendado libros y películas.
Tampoco ha pasado desapercibido el "Baldobingo" de Joan Baldoví (Compromís) para marcar en un cartón de bingo si los candidatos a la presidencia del Gobierno hablaban en los debates de los problemas valencianos, y que ha desembocado en el desnudo a medias del concejal Pere Fuset, quien prometió "un Paco León" si se hablaba de la infrafinanciación.
La campaña ha tenido también un candidato lesionado, Toni Cantó (Cs), quien se hizo daño en el hombro jugando un partido de rugby en València, y otro 'mudo', Adrián Ballester (PP), quien juró bandera como reservista voluntario el primer día de la campaña y no pudo hacer declaraciones políticas durante dos días por su condición de militar.
Es sabido que la canícula veraniega recalienta las meninges a más de uno. Lo tórrido de la estación no disculpa a los políticos. Más de un ciudadano se pregunta para qué va a las urnas si luego sus representantes no se ponen de acuerdo para gobernar. Y ya no vale que estemos en tiempo de tanteo y de juegos más o menos florentinos. Aún no lo hemos visto todo
