VALÈNCIA. El proceso de desapalancamiento bancario en la Comunitat Valenciana continúa su curso y a mayor ritmo que en todo el resto de España, según lo constató este diario del informe correspondiente al segundo trimestre del año que ayer colgó el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) en su web. Pero no solo eso sino que el cierre de sucursales bancarias sigue acentuándose más por estos lares que por el resto de España.
A lo largo del primer semestre del presente ejercicio se cerraron 150 sucursales bancarias en algún punto de València, Castellón y Alicante, lo que representa una caída del 5,12% frente al 2,91% del conjunto nacional donde bajaron la persiana 833 oficinas. A destacar en esta ocasión los datos de la provincia alicantina, que según el informe de la institución dirigida por Manuel Illueca arrojaron 66 cierres, el doble que en Castellón y superando los 51 de la capital del Turia.
Pero la cosa no queda ahí porque por primera vez desde 1991, cuando el brazo ejecutor de la política financiera del Consell comenzó a elaborar las series históricas, nunca antes la provincia de Alicante había tenido menos de mil sucursales bancarias. A 30 de junio eran 980 superando las 338 de Castellón pero -obviamente- muy por debajo de las 1.464 de València.
Tomando en cuenta el cierre de 2008, cuando se marcaron todos los récords históricos habidos y por haber en la serie del IVF, la Comunitat Valenciana ha visto como desaparecía el 45,03% de las sucursales bancarias -pasando de las 5.016 hasta las 2.782- frente al 39,10% del ratio nacional donde las 45.662 sucursales que había entonces se han desplomado hasta las 27.810 del último día de junio pasado. En todas las provincias (e incluso la propia Comunitat Valenciana) nunca antes había habido menos sucursales bancarias desde 1991 -fecha de los informes del IVF- como al cierre del primer semestre de 2017.
Castellón ha sido la provincia de la Comunitat que peores ratios presenta en términos porcentuales desde 2008, con una reducción de su tejido bancario de un 50,22% traducido en 341 oficinas menos; en el caso de València la pérdida es del 45,03% pero de 2.279 en términos absolutos; y Alicante del 43,55% oficinas con 756 sucursales pasando a mejor vida.
"Los procesos de concentración bancaria siguen estando detrás de las bajadas de persianas de las oficinas y más en aquellas zonas donde se habían hecho auténticas locuras como abrir en la misma calle varias oficinas de entidades que bien han desaparecido o bien se han integrado en otras", advierten fuentes financieras consultadas por este diario.
"Este mes debería aprobarse la compra de BMN por Bankia, lo que provocará la reducción del tejido comercial en aquellas áreas con duplicidades y la Comunitat Valenciana es una de ellas. Por no hablar de la integración del Banco Popular en Banco Santander, que en estos momentos siguen negociándose las prejubilaciones y despidos, lo que también desencadenará más cierres aunque afectarán menos a las provincias valencianas", añaden las mismas fuentes.
Y no les falta razón porque, tal y como manifestó José Ignacio Goirigolzarri en la última junta de accionistas de Bankia donde se aprobó la compra de Banco Mare Nostrum (BMN), será en diciembre cuando se cerrará la transacción, una vez obtenidas las aprobaciones necesarias. A partir de ese momento comenzará el proceso de integración de los dos bancos.