VALÈNCIA. Abel Guarinos renovó el pasado mes de abril su cargo como director del Institut Valencià de Cultura, la institución pública que reúne las políticas y espacios culturales más relevantes de la Comunitat Valenciana. Guarinos estará otros cinco años al frente del proyecto que vio nacer. Aprovechando el inicio de este nuevo mandato, se sienta con Culturplaza para hablar de algunos asuntos de actualidad, hacer balance y mirar al futuro.
- ¿Hay una solución posible al Cor de la Generalitat?
- El Cor y el IVC estamos de acuerdo en que esta situación se generó hace más de 27 años, que era cuando las pruebas selectivas se tendrían que haber convocado. Coincidimos también en que se tiene que resolver, pero tenemos que ceñirnos a parámetros administrativos que no legislamos nosotros, sino que vienen ya diseñados por el Ministerio de Administraciones Públicas y después por la Conselleria de Hacienda. Hay buen entendimiento y desde la Administración nunca se ha querido hacer daño a nadie, y por eso aún no se han convocado las plazas, sino que solo se han publicado las Ofertas Públicas de Empleo. Podríamos haber entrado a saco y convocar esas plazas, pero estamos intentando mirar cuáles son todas las posibilidades dentro del marco legal.
- ¿Cómo se va a solucionar entonces?
- Obviamente nos tenemos que atener a lo que marca la ley. Cualquier otra cosa que se reclame, como la fijeza por firma del President de la Generalitat, es prevaricación. Se nos tiraría encima la Justicia, la Abogacía de la Generalitat y los sindicatos mayoritarios. No vamos a prevaricar haciendo algo que no nos permita la ley, pero sí hemos ido explicando en todas las instancias la singularidad del Cor de la Generalitat. Nosotros creemos en eso y se está intentando hacer que la legislación en el ámbito artístico sea singular. Si lo conseguimos, [sería] fantástico.
El ministro [Miquel] Iceta ha abierto una puerta a todos los interinos de España. Eso se tiene que legislar, y cuando esté hecho, lo veremos. En el peor de los casos, habría una parte de concurso y otra de oposición, y la parte de la oposición sería muy fácil. Sería una prueba que sería su único trabajo: cantar una pieza junto a otras voces de tu misma sección para saber si empastas bien con la formación. Además, la antigüedad ya tiene mucho peso en la legislación actual: ninguna persona que venga de fuera del Cor tendría el máximo de los 3 puntos por experiencia.
En definitiva, hay solución y no debemos correr para saber de qué manera nos puede favorecer la nueva legislación. Yo a lo que me comprometo es a que el Cor ni se desintegrará ni perderá calidad. Estoy seguro de que al final del proceso se verá.
- Recientemente, una auditoría de Hacienda censuraba que el contrato de alta dirección del director de la formación, Francisco Perales, no había sido autorizado por el Consell. Han pasado seis meses y sigue sin pasar por el Consell, ¿en qué punto está la formalización de este?
- Toda la documentación está presentada. Yo no me atrevo a decir una fecha porque depende de lo que el Consell decida.
- ¿Cambiarán las condiciones del contrato?
- Es una cuestión de regular lo que está haciéndose desde 1992. Hubo un momento en que se aprovechó que era profesor en un conservatorio de música, él es funcionario, para pasarle a otras funciones. En ese momento se podía hacer (parece ser) todo lo que se quería y nadie decía nada y ahora se le pone peros, siendo la misma persona y las mismas condiciones. Pero bueno, se solucionará. Es un trámite administrativo que es una excepcionalidad, como la tiene el director de Les Arts.
- La misma auditoría también os dio un tirón de orejas por las contrataciones del Circuit Cultural Valencià, ¿este año ya se ha aplicado un protocolo diferente?
- No es que sea irregular. El Circuit Cultural Valencià es un proyecto de la Generalitat en la que participan los ayuntamientos, no es una subvención de la Generalitat a los ayuntamientos. Nosotros le decimos a Intervención que, igual como hacemos una actuación en el Teatro Principal de Alicante o en la Plaza del Patriarca de València, ¿por qué no podemos hacer otra en la plaza de la Reina de Benetússer? Desde el 2016 hasta el 2020, no se había dicho nada malo siendo el sistema siempre el mismo. Ahora estamos hablando para que, de cara a 2022, haya una regulación para permitir que los Ayuntamientos puedan patrocinar espectáculos del Circuit del IVC en sus términos municipales.
- ¿Cuál es la fórmula para que no vuelva a haber este tirón de orejas?
- Que se entienda, cómo ha sido hasta ahora, que es un proyecto de la Generalitat para llegar a todo el territorio de la Comunitat Valenciana.
- Con lo cual, vais a seguir defendiendo vuestra fórmula.
- Sí. Estamos defendiendo esa fórmula. Los alcaldes quieren ver sus espacios llenos, y muchas veces les da igual que sean con grupos, compañías o películas valencianas; nosotros obviamente también queremos eso, pero que sean las producciones valencianas las que sean prioritarias. Por eso digo que son los ayuntamientos los que nos están patrocinando a nosotros.
- El problema de una excesiva interinidad y muy pocos puestos estables es constante en todo el organigrama del IVC, ¿de qué manera afecta esto al funcionamiento normal del Institut? ¿Debería el Consell abordar un plan para cambiar esta realidad?
- Puede poner nerviosa a determinadas personas porque no tiene asegurada su plaza en un organismo, pero solo es visible ese problema en el Cor porque ahí sí que es el 100% de la plantilla. Hay que relativizar todo también: es bonito tener la seguridad de ser funcionario toda la vida, pero, ¿cuánta gente estamos trabajando en sitios que no estamos para toda la vida? No por eso tenemos una angustia existencial. En el resto de departamentos, no es una cuestión conflictiva. De hecho, el pasado día 18, muchos no hicieron ni huelga.
- ¿Está abocado el IVC a externalizar permanentemente algunos puestos de trabajo?
- El IVC surge de CulturArts, que fue un ente público que tuvo un ERE de 62 personas. Ahora, el IVC tiene ese carácter de querer llegar a toda la Comunitat Valenciana y de hacer más actividad en determinados aspectos. Si lo que queremos es que las actividades culturales, pagadas con los impuestos de todos lo valencianos, no solo se vea en la capital sino en otros puntos de la Comunitat y no tenemos suficientes técnicos para cubrirlo, no es ningún problema que buenos técnicos de empresas privadas trabajen en hacer llegar al ciudadano ese proyecto. Se le puede llamar externalización de servicios, o se le puede llamar trabajar desde la empresa privada allá donde la empresa pública no tiene suficientes recursos humanos.
- En todo caso, sí ha habido un cambio de criterio reciente porque la plantilla del IVC se quejaba de que esa externalización llegaba a veces a espectáculos que se hacían en el Teatro Principal de València.
- Si son festivales, sí. Solo en Les Arts hay 100 personas trabajando, pero nosotros no tenemos -sería bonito- un número tan elevado de personal técnico. No digo que no me gustaría tenerlo, pero es que no nos lo pueden autorizar porque sabemos el marco de infrafinanciación en el que se mueve la Comunitat Valenciana. Entonces, ¿qué debemos hacer en los momentos puntuales en los que la Administración necesita contratar a más gente? Si son de empresas privadas, ¿son malos? ¿No están dados de alta en la Seguridad Social? El sector privado tiene derecho a trabajar también.
- ¿Entonces el marco después de un ERE no es el de recuperar la plantilla perdida sino el de externalizar?
- Es que recuperar a 62 personas… Sería un objetivo bonito, pero tocando los pies en el suelo, es irrealizable. Aún así, nosotros hemos ido teniendo alguna plaza más, pero una cosa es tener 7 y otra tener 62.
- Hilando más fino, esta falta de personal acaba afectando a la propia conservación del patrimonio. Faltan manos en un catálogo tan valioso como el de la Filmoteca Valenciana, ¿es urgente una mayor dotación para la digitalización y conservación de los fondos?
- Precisamente esta semana se ha cubierto una plaza que quedaba vacante en Filmoteca Valenciana. Tenemos que cuidar tanto el patrimonio audiovisual fílmico como el patrimonio de la extinta RTVV, y uno de los objetivos es tener a alguien más trabajando en La Filmoteca. Se ha conseguido esta plaza y esperemos que en 2022 haya otra más. En todo caso, lo que hay allí no peligra en absoluto, está muy bien conservado y es una de las Filmoteca que mejor funcionan del Estado.
- ¿Debería haber una relación más fluida entre Hacienda y Cultura para que esta entienda la particularidad de las instituciones y el tejido cultural? ¿Nota falta de sensibilidad?
- Yo no culpabilizaría a Hacienda. Simplemente, son más estrictos. Nosotros somos sector público, tenemos laborales pero también funcionarios que dependen de Función Pública. El otro día, ante la petición de ocupar alguna plaza en Filmoteca, me decían que hay cerca de 2.000 plazas que no se cubren de ninguna manera en otros departamentos de la Administración Pública. Por eso yo no culpabilizaría a ninguna conselleria en concreto, aunque es verdad que el problema de la infradotación de los recursos humanos existe. Lo noto y lo sufro.
- En 2022 se tendrán que renovar o convocar las direcciones adjuntas, ¿están cumpliendo sus objetivos presentados? ¿cómo se enfrenta a estas renovaciones?
-Están cumpliendo con creces su objetivos y, en algunos casos, estamos haciendo más cosas de las planteadas en un inicio, algo que ha dado la propia dinámica y solicitudes del sector. Estamos más que satisfechos. Es verdad que a final de 2021 se tendrá que plantear la continuidad o no, tanto por parte nuestra como por parte de ellos, que también pueden considerar ceder el testigo a otra persona.
- ¿Cuáles son los objetivos que se marca en este segundo periodo de su dirección en el IVC?
- La línea está marcada, ahora hay que incidir. Tengamos en cuenta que los primeros dos años fueron de limpieza y saneamiento del presupuesto heredado y de creación de la primera Relación de Puestos de Trabajo (RPT), que se hizo en 2017. Encajar un desastre organizativo de 27 años... Cuando yo entré Alicante solo tenía una plaza, la de la taquillera ordenanza. En este momento, además, tiene a una delegada territorial, un grupo C de administrativo y se crean en 2021 dos nuevas plazas. Lo mínimo para tener un teatro en funcionamiento. Que solo tuviese eso [una plaza] era patético. Uno de los pilares del nuevo proyecto es 'Més Alacant', tanto ciudad como provincia. Queremos seguir trabajando en esa descentralización de la cultura con la creación de más plazas de trabajo y, también, de más proyectos para Alicante como, por ejemplo, el festival 'Fresca!'.
Tenemos el Circuit Cultural Valencià, ¿es suficiente? Desde mi punto de vista hay que incidir más. Llegar a los 100 [municipios] sería un objetivo redondo en cinco años. Hay que darle fuerza, al margen de que hay que pulir con Intervención si es una subvención o si son los entes los que nos subvencionan. También me gustaría que el departamento de ayudas tuviera más músculo, no solo con presupuesto económico, sino con una cierta agilidad administrativa. Cuando yo entré no llegaba a los 7 millones de euros y ahora tiene 15. En cuanto a reorganización de espacios es verdad que, de la misma manera que en su día no tenía sentido artístico que el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración estuviese dentro del IVC, con la gente del Archivo de Radiotelevisión Valenciana, a medio plazo, debe pasar algo similar. Sobre todo cuando termine de crearse el Consell Valencià de l'Audiovisual.
Queremos incidir en todo aquello que hemos abierto. Un ejemplo es Promercat. Hasta ahora teníamos una feria de las artes escénicas en Alcoi o de la música con Trovam, pero no teníamos una feria del audiovisual que nos sirva para vender el audiovisual valenciano. Estamos en un buen momento para vender producciones como Coses a fer abans de morir, La mort de Guillem, La banda, etc. Vamos a potenciar que se creen proyectos audiovisuales más fuertes, vamos a incidir por una parte en el territorio lingüístico, ahí tenemos un mercado de coproducciones, y luego en el territorio estatal, por qué no.
- La nueva directora de Dansa València, de hecho, planteaba también impulsar una suerte de feria vinculada al festival.
-Desde que se recuperó en 2016, Dansa València siempre ha invitado a programadores. Hay que incidir en eso. Es, de hecho, uno de los puntos fuertes del proyecto de María José Mora. Hay que sacar la danza fuera de nuestras fronteras.
- Los grandes festivales de música, tal vez la realidad industrial cultural más relevante de la Comunitat, no cuentan con una relación fluida con el IVC, ¿debería hacerse más caso a esta realidad?
- Los grandes festivales de música, en algunos casos, son negocios musicales que van muy bien y que no necesitan de nuestra ayuda. Nosotros estamos allí donde hay un déficit. También es verdad que muchos de esos festivales hacen grandes eventos musicales pero no tienen en cuenta a los profesionales de la Comunitat Valenciana, a los que nosotros debemos apoyar. Si tú quieres tener una ayuda desde la parte cultural/creativa tienes que apoyar la parte cultural/creativa de nuestros músicos. Turismo es otra historia, a Turismo le interesa el negocio que genera después toda esa gente que va a un concierto, por eso tienen ese paraguas que los engloba. Cuando los festivales nos han necesitado, nos han tenido, pero obviamente si programan poca música producida por profesionales valencianos a nosotros como IVC nos interesa menos. No todos los negocios tienen que estar apoyados por el Institut Valencià de Cultura.
- La pandemia ha evidenciado la profunda precariedad que sufren la mayoría de trabajadores y trabajadoras culturales, ¿de qué manera puede el IVC ayudar, quizá con cambios en las líneas de ayuda, para garantizar que el dinero público no participa en esas relaciones laborales frágiles?
- Hay un difícil equilibrio entre cuánta gente puede vivir bien de su trabajo artístico en un ámbito geográfico como el nuestro. Es verdad que no es el momento de ponerle el cascabel al gato, de decir: vamos a reducir el número de ayudas aunque incrementemos el presupuesto, por el momento pandémico en el que estamos. Tenemos un problema de encaje entre quién es profesional y vive de esto y quién, aunque artísticamente sea bueno, no. La pandemia nos ha hecho ver que había gente, actrices o actores de mucho peso, que no habían cotizado ni 22 días de su trabajo en el 2019. Eso es muy duro. Pasa en todo el mundo occidental, en el mundo capitalista, con mayor o menor proporción. Es importante dejarlo claro. En un momento de recuperación de la pandemia es difícil no atender a todo el sector, por pocos recursos que tengan, por eso este año las ayudas a artes escénicas han alcanzado los cinco millones de euros, para poder atender a todos. Obviamente lo que tiene sentido que haga la administración es que cada vez esté atendiendo más a esa excelencia, a esas compañías que han demostrado estar en un nivel alto. Ahí tienes que volcar más recursos económicos frente al café para todos, que no tiene sentido.
- Hace apenas unas semanas la Generalitat anunció que a partir de este otoño el Auditori de Peñíscola dispondrá de programación estable y permanente, tras años limitándose a los meses de verano. ¿Cuáles son los objetivos que se marcan?
- Ese espacio ya nació con mala pata. La planta baja está a un nivel freático inferior al de la propia acequia. A la mínima que llueve, está hecho polvo. Lo estamos adecentando. Tendrá una programación no solo para la ciudad, sino para toda la comarca. Algunas de las cosas que programamos en Castelló, en día antes o día después, irá a Peñíscola, aunque también tendrá alguna singularidad. El festival Sonora, por ejemplo, tendrá una pata estable en Castellón, y con eso atendemos todo el cono norte de la Comunitat. Hay que llegar a todas partes.